Sustitución de género, por Gisela Ortega
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El caso del Caballero d´Eon, o Madeimoselle Beaumont, el espía transgénero del siglo XVIII, ha sido muy llevado y traído por historiadores y biógrafos. Charles-Geneviéve-Louis-Auguste-André-Thimothée d´Eon de Beaumont, también conocido como Chevalier d`Éon, o Madeimoselle Beaumont (1728-1810), estudio en París, en el colegio Mazarino, para luego continuar su carrera de Derecho, en la Universidad de esa ciudad. Se graduó a los 20 años siendo así el más joven de la región al titularse de abogado. Fue diplomático, espía, oficial y una persona de letras al servicio de Luis XV.
Considerado como uno de los primeros espías franceses, se destacó por sus misiones de inteligencia, decisivo, para que Rusia pasara al bando francés al comienzo de la Guerra de los Siete Años. Pero especialmente se recuerda por el enigma que constituyó su verdadero género. En todo caso pasó sus primeros 49 años identificándose como hombre, mientras que, a partir de 1777, vivió sus últimos 33 años como mujer.
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D´Eon se mantuvo abiertamente como hombre y como mujer en Francia e Inglaterra, según las circunstancias se lo exigieron, y al parecer en servicio de su patria –Francia-, aunque no falta quien asegure que se trataba de un aventurero sin escrúpulos. Pese a ser doctor en Derecho civil y canónico y haber publicado notables trabajos sobre historia y economía política, Luis XV utilizo sus servicios en diversos enjuagues diplomáticos. El más curiosos, y tal vez el primero para el cual adoptó la indumentaria femenina en su visita a Rusia.
En 1755 se presentó en la corte de la gran Catalina, bajo el nombre de Lía Beaumont, y tal arte se dio, que la Emperatriz la hizo su lectora. Así pudo entrar en posesión de muchos datos que a su Rey le interesaban inclinar a favor de éste el ánimo de la soberana de todas las rusias.
Terminada su misión regreso a su patria. Pronto volvió a Rusia, ahora “como hermano de la lectora de marras” y nadie, en la corte de la Emperatriz, hecho de ver la farsa.
Otra vez en Francia, obtuvo el nombramiento de capitán de dragones, tomo parte de la guerra de los Siete Años, se batió con valor en varias acciones y, a consecuencia de las heridas que recibiera, dejo las armas.
Luis XV, tal vez arrepentido, de las actividades desplegadas por el caballero D`Eon, y aunque no dejo de recompensarle, le alejo de su corte y le prohibió el uso del traje femenino.
Al advenimiento de Luis XVI, este le autorizó para que regresara de Inglaterra, donde había fijado su residencia, siempre y cuando se presentara como mujer y desistiera de sus pretensiones de volver al ejército.
Apareció en Versalles –ya no volvería a usar el traje masculino- y entonces es cuando más se debatió la cuestión de si se trataba de un hombre o de una mujer. En este equivoco sostuvo a la opinión hasta su muerte, en Londres, a los 82 años, en 1810. Al realizar su reconocimiento por los médicos, se desvaneció el misterio y se descubre con asombro que esta supuesta anciana, tenía genitales masculinos, y quedo comprobado que se trataba de un varón.
–Nadie supo, ni antes ni después, el origen y procedencia de este misterioso personaje que, siendo del sexo opuesto, se hizo pasar por mujer: ¿Henriette Jenny Savalette de Langes (1786? – 1858) que se decía hija natural de Charles-Pierre-Paul, marqués de Savalette de Langes (1745-1797), Comisario del Tesoro Real, en tiempos de Luis XV y Luis XVI, que incluso encontró apoyo en la propia familia del hombre cuyo apellido usurpaba.
Vivió en la Francia del siglo XVIII en el Palacio de Versalles. Era una figura omnipresente de la alta sociedad parisina, y su vida es una historia de empoderamiento transgénero al mismo tiempo que la suya fue también difícil. Pudo vivir cerca de 50 años, sin haber sufrido ninguna afrenta y sin que nadie descubriera su verdadero nombre y mentiras.
En 1816 solicitó y obtuvo del Rey una pensión de 800 francos, por su condición de hija de aquel dignatario, más otra de 500 francos de los fondos particulares de Su Majestad. Entonces era ya una vieja grande, delgada, con el cuerpo inclinado hacia un lado, con “ademanes de granadero y andar de gendarme” … Pero en su juventud brilló y triunfó, siendo solicitada varias veces en matrimonio, y mantuvo extensas relaciones con familias de elevada posición, que se desvivían por agasajarla y protegerla.
Ninguno de los que la conocieron sospechó ni un momento la verdad. Sólo la muerte había de descubrir su secreto. En abril de 1858 falleció y las dos señoritas que la amortajaban fueron las primeras en darse cuenta de la realidad.
Luego, el médico, certifico que se trataba de un hombre de constitución perfectamente normal, y el Journal de Seine-et-Oise, del 8 de mayo de 1858, comunicaba a sus lectores:
“Versalles acaba de ver morir a un nuevo caballero D`Eon. Menos celebre, sin duda, que su antecesora, ese personaje, hombre también, ha usado durante 40 años la ropa de mujer y ha muerto conservando la posición que se había atribuido, a tal punto, que hoy, para comprobar su defunción, ocurrida el 6 de este mes, habrá que inscribirle como desconocido en los registros del estado civil…”
En el domicilio de “la finada” se encontraron 150.000 francos, cantidad bastante respetable en aquel entonces y que nadie reclamo.
Addenda: El eonismo, (derivado del apellido D´Eon) de acuerdo a –psiquiatras y psicólogos–, se refiere a la inversión estético-sexual que corresponde a la necesidad que sienten algunos hombres de adoptar prendas o comportamientos sociales considerados como femeninos. Dos enfoques del eonismo prevalecen: el sexólogo y médico británico, Henry Havelock Ellis (1859-1939), cree que el eonismo sería la primera etapa de la alteración sexual, que se expresa simbólicamente a nivel de la ropa. El psiquiatra y pionero del psicoanálisis francés, Ángelo Louis Hesnard (1886-1969) piensa que es un medio de apropiación de la imagen de la mujer a través del travestismo y puede conducir a una forma de perversión sexual. En algunas prácticas sexuales, sobre todo en el fetichismo, el eonismo es un potente estimulante. Por ello, Chevalier d`Éon, es considerado por la comunidad LGBT como el “patrón de los travestis”.
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