Teodoro Petkoff, por Rafael Henrique Iribarren Baralt
Cuando me enteré de la muerte de Teodoro me sentí triste y tuve miedo. Siempre sentí que Teodoro era el eje invisible que haría que los venezolanos recobrásemos la libertad. Poco después reaccioné y me dije a mi mismo: “¿Caramba, cómo se te ocurre que Teodoro, ¡Teodoro Petkoff!, desde el fondo de nuestros corazones no nos va a guiar y darnos la fuerza que necesitamos?”. Entonces seguí diciéndome a mí mismo: “Es verdad, es verdad, el alma es inmortal, y su voz seguirá retumbando en nosotros como siempre lo hizo, con la verdad, de frente, con desprendimiento, con valentía, sabiduría, y, por encima de todo, con bondad”.
Teodoro Petkoff escribía respetando lo sagrado que cada palabra tiene, y cuando eso sucede se allana el camino para que los inconscientes del lector y del escritor conversen con palabras de luz, disipadoras de tinieblas. Sus escritos procuraban cicatrizar la patria, y eran, en sintonía con su trayectoria académica, esencialmente didácticos.
Los buenos médicos curan con sus propias heridas, y los buenos políticos son, en esencia, los médicos de la sociedad. Teodoro fue, es, y lo seguirá siendo, un médico de la sociedad
Su ejemplo está tallado en piedra. La referencia de Teodoro es curativa habida cuenta de que en el convergen los aspectos aparentemente antagónicos del ser humano; pero que en él se evidenciaban bastante conciliados. Unos ejemplos: Teodoro era un hombre de acción; pero al propio tiempo un intelectual de primera línea. Era un economista, con honores (no le daba importancia a los honores), y al propio tiempo un reconocido escritor. Fue un combatiente y al propio tiempo no dejó nunca de tener el deseo de curar, el mismo que en su juventud lo llevó a comenzar la carrera de medicina. Fue un hombre de poder, de sincera sencillez, que no perdió su humanidad.
Su última creación fue el prestigioso diario TalCual, cuyas condecoraciones son las millonarias demandas y los variopintos intentos de asfixia por parte del poderosísimo régimen. TalCual en sintonía con el espíritu de Teodoro ha resistido al régimen, y es una referencia política mundial.
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En una entrevista que le hicieron a Teodoro él dijo que la novela “Los miserables” de Víctor Hugo había hecho que él se convirtiese en un hombre de izquierda. Uno en esa novela ve claramente a Teodoro, tanto en el autor como en los héroes. Esta imperecedera novela nos sirve de puente para escuchar dentro de nosotros, con voz potente, al gran Teodoro Petkoff.
Muchas gracias Teodoro.