The Wall Street Journal publica análisis que atribuye apagón a incendios cerca del Guri
El reportaje cita un análisis que se basa en imágenes del satélite Suomi, de la NASA, que muestra incendios a 299,293 kilómetros de distancia del complejo hidroeléctrico Simón Bolívar, en la represa de Guri, que pudieron alcanzar los 1,338 grados Fahrenheit
Un reportaje publicado este viernes 15 de marzo por The Wall Street Journal cita un análisis realizado por la Texas Tech University que asegura que el apagón que sufrió Venezuela desde el pasado siete del mismo mes pudo originarse por una serie de incendios cerca del complejo hidroeléctrico de Simón Bolívar, ubicado en la represa de Guri.
El análisis fue realizado por varios expertos en materia eléctrica y utilizó imágenes del satélite Suomi, de la NASA, que muestran incendios, desde el seis de marzo ocurriendo en las cercanías de tres líneas de transmisión de 765 kilovoltios, que pudieron ocasionar el colapso.
Esas tres líneas eléctricas, según los expertos, son las más importantes de Venezuela.
El reportaje cita a un ingeniero venezolano, de nombre José Aguilar, quien aseguró que el que se produjeran los incendios es “algo imperdonable” y que los hechos le llevan a creer que se trata de negligencia.
El análisis, y especialmente las imágenes satelitales, contradicen la versión del gobierno de Nicolás Maduro, que sostiene que el corte del suministro de energía eléctrica fue provocado por un sabotaje vía internet al “cerebro” que controla el sistema de turbinas de El Guri, que se llevó a cabo desde EEUU.
La diputada María Alejandra Díaz, del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), aseguró incluso en una entrevista en el canal del Estado, que el ataque fue inspirado en una de las películas Duro de Matar, protagonizadas por Bruce Willis.
Carlos Portillo-Quintero, profesor de Texas Tech que analizó las imágenes satelitales, dijo que los incendios del 7 de marzo fueron de al menos 328 yardas por 328 yardas y que cruzaron bajo las 765 líneas eléctricas, señala el reportaje.
«El área del incendio fue muy grande», dijo el Portillo-Quintero, quien es venezolano. «Se confirmó al 100% que los incendios afectaron las líneas de transmisión el 7 de marzo. Eso contradice la narrativa del gobierno, que es otra cosa, y corresponde a la narrativa de los ingenieros».
Según TWSJ, la gente de la industria y los ingenieros que solían trabajar en la compañía eléctrica estatal Corpoelec han dicho anteriormente que la explicación más probable para el apagón fueron los incendios forestales, que son comunes durante la temporada seca de Venezuela. Si la vegetación de crecimiento rápido no se elimina, puede incendiarse. Las líneas eléctricas son altamente susceptibles a fallar debido a incendios como resultado de los años en que Corpoelec descuidó la vegetación clara. Las imágenes de satélite no entran en conflicto con esa evaluación.
“Pero esas personas no estaban seguras de dónde ocurrieron los incendios debido a la falta de información oficial. Confiaban en que se encontraba en algún lugar entre el complejo El Guri y la subestación San Gerónimo B. Esa estación está a unas 250 millas de El Guri y donde las tres líneas eléctricas se dividen en diferentes direcciones”, indica el reportaje.
Las imágenes del satélite, que la NASA utiliza para rastrear incendios forestales desde Australia hasta Rusia, muestran que hubo varios incendios a lo largo de las líneas de transmisión desde San Gerónimo B a El Guri desde el 6 hasta el 8 de marzo. Los incendios más cercanos a las líneas eléctricas fueron aproximadamente A 328 yardas (299,923 kilómetros) de distancia y ocurrió los días antes y después del apagón, lo que sugiere que esos incendios fueron responsables del apagón.
«Estas imágenes nos permiten establecer con credibilidad que hubo un incendio», dijo Miguel Lara, un experto en generación de energía en Venezuela que revisó el análisis.
Los incendios identificados en el análisis tenían una temperatura de al menos 1,338 Fahrenheit. Un incendio forestal promedio alcanza temperaturas de 1.472 grados Fahrenheit, según el Museo de Historia Natural de la Universidad de Utah.