Tibisay se burla y la MUD no acierta, por Xabier Coscojuela
La MUD avanzó un paso, pero para ello el grupo de militantes del PSUV que dirige el Consejo Nacional Electoral retrasó indebidamente el lapso en por lo menos seis días
Autor: Xabier Coscojuela
Un nuevo acto se cumplió de esta telenovela en que se está convirtiendo el ejercicio de un derecho constitucional como lo es el referendo revocatorio presidencial.
La MUD avanzó un paso, pero para ello el grupo de militantes del PSUV que dirige el Consejo Nacional Electoral retrasó indebidamente el lapso en por lo menos seis días.
En esta oportunidad también las rectoras rojitas hicieron gala de su desfachatez, representadas por la presidenta del ente electoral Tibisay Lucena, quien en una declaración de prensa afirmó que ellas han cumplido estrictamente la ley y las normativas para garantizar los derechos de todos. Dijo lo anterior justamente cuando hizo lo contrario.
Denunció la existencia de «falsas matrices de incumplimiento» y amenazó con no trabajar si se producían ataques contra los integrantes del ente comicial. Lucena quiere abusar, burlarse de los sectores democráticos del país y pretende hacerlo con total impunidad. Ni una crítica se le puede hacer. Es su deseo que sus tropelías, triquiñuelas y trampas para burlar la Constitución y el derecho de los venezolanos se haga en silencio. Pues lo va a tener difícil.
Otro episodio de este culebrón lo constituyó la petición del alcalde del municipio Libertador de Caracas, Jorge Rodríguez, de anular a la Mesa de la Unidad Democrática por supuestamente haber hecho fraude en la recolección de firmas. Alega una supuesta presentación de rúbricas de gente fallecida y menores de edad.
Realmente quien hizo fraude en esa recolección de firmas fueron las militantes del PSUV que dirigen el CNE pues pusieron todas las trabas habidas y por haber para evitar que la decisión de millones de venezolanos se materializara. La petición del jefe de quien manda en el ente comicial nos parece traída por los cabellos, pero con unas rectoras como Tibisay y su combo todo es posible.
Hay que estar alerta.
Hay que también tener presente que las rectoras se están haciendo las musiús con las elecciones regionales. Hace dos semanas se dijo que estaban por anunciar el cronograma pero sigue pasando el tiempo y nada que eso ocurre. Esto sería otra burla para los venezolanos que quieren salir de la mayoría de los gobernadores rojos que son cómplices y corresponsables de lo que está ocurriendo.
Por otra parte, la MUD convocó a marchar hacia las sedes del CNE en todo el país. La que se efectuó en Caracas partió de dos puntos, con lo que reforzaron la imagen de falta de unidad que están dando desde el 6D. En ninguno de los dos puntos se concentró una cantidad significativa de personas.
Según todas las encuestas, la abrumadora mayoría de los venezolanos quiere salir de este desastre que es el gobierno de Nicolás Maduro, pero ese dato no se concreta cuando se trata de marchar hacia la sede del CNE.
Esa escasa convocatoria contrasta con la lograda cuando hubo que firmar la petición para legalizar a la MUD como instancia autorizada para solicitar el referendo- y cuando hubo que enfrentar las triquiñuelas de las rectoras para tratar de echar para atrás esa petición.
En ambas jornadas la participación de los venezolanos fue importante. No se logran más de 1,8 millones de firmas por casualidad.
Creemos que los líderes de la entente opositora deberían tomarse su tiempo y analizar cuáles pueden ser las causas de esta escasa respuesta. Algunas de ellas no han sido convocadas de manera unitaria, pues el afán de protagonismo de algunos priva sobre el consenso requerido.
Hay que buscar alguna alternativa, pues repetir la misma fórmula solo va a producir el mismo resultado. No tenemos la solución a la mano, pero tal vez haya que enlazar la acción con las carencias más sentidas de la población como la inflación, la escasez, la falta de medicinas y la inseguridad personal. Hay que aumentar la presión de calle y el costo político para el Gobierno y el PSUV. Si impiden el refefin como alternativa política para Venezuela.
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