Tiempo para jugar, tiempo para reír, por David Somoza Mosquera
Twitter: @DavidParedes861
El propósito de este artículo no es banalizar lo que ha ocurrido durante más de un año: la pandemia es cosa seria y sus efectos han sido severos. Sin embargo, también es buen momento para recordar, sobre todo a las empresas, las palabras del actor y comediante inglés John Cleese, conocido por haber sido miembro del célebre grupo Monty Python: «Si quieres trabajadores creativos, dales tiempo suficiente para jugar».
Efectivamente, en un momento en el que el mundo continúa atravesando por una situación compleja debido a la crisis sanitaria, el humor, la comedia y el juego se han convertido en una herramienta clave a la hora de incentivar e impulsar cambios dentro de las compañías. Así que el tiempo es propicio para que las empresas permitan que los empleados experimenten con mayor libertad, que puedan sacar lo mejor de sí mismos y para ello es necesario también jugar y reír.
Con esto lo que quiero decir es que en medio de las crisis es importante buscar también soluciones «fuera de la caja», pues las ideas brillantes u originales no son siempre fruto de una inspiración momentánea. Son el resultado del esfuerzo y la constancia, de un largo proceso de aprendizaje, de dejar volar la imaginación y de estimular nuestro cerebro.
«Jugar» durante las horas de trabajo no significa distracción o pérdida de tiempo. Va más allá de simplemente abandonar momentáneo el escritorio. Se trata de una estrategia avalada por psicólogos y que han denominado «gamificación», la cual viene de la palabra game, que es juego en inglés. Su objetivo principal es que el personal establezca vínculos y un sentido de pertenencia con la empresa.
Así que introducir elementos de juego y tiempo de ocio puede resultar beneficioso para el trabajo y contribuir a mejorar tanto el rendimiento como los resultados.
Varias son las ventajas para los negocios: estimula la creatividad, incentiva la imaginación, incrementa la competitividad, mejora la memoria y la concentración, así como la coordinación y las habilidades cognitivas.
También ayuda a crear equipo, pues muchas dinámicas de juego se basan en la cooperación, y refuerza la resiliencia, tomando en cuenta que en este tipo de actividad a veces se gana y a veces se pierde. Esto lleva a analizar lo ocurrido, aprender de los errores y explorar otras posibilidades para salir victorioso del próximo reto o desafío.
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En esa misma línea están el humor y la risa, que también se perfilan como herramientas eficaces para mejorar la productividad y el clima laboral de cualquier tipo de empresa. Y, al igual que con el juego, tienen un sinnúmero de beneficios para el sector laboral. Destacan el fortalecimiento de la confianza a nivel personal y profesional de los empleados, el trabajo en equipo y la posibilidad de «despegar» para ser más creativos e innovadores.
Con esto también se derrumban ciertos mitos. Las personas suelen creer que en un ambiente donde hay humor no se puede trabajar y que la gente será menos productiva. Pero Google ha demostrado que el efecto es el contrario.
El gigante tecnológico es considerado un experto de la «gamificación». Para muestra las salas sofisticadas, alegres y estimulantes que ofrece a sus empleados, donde todos se reúnen a interactuar e incluso a trabajar.
Aún no ha pasado la tormenta, por lo que no está de más buscar otras vías que permitan a las empresas salir adelante. Cuando las personas se ríen entre sí crean una conexión, se sienten mejor, están más relajadas y son más productivas. Entonces, podría ser una buena idea abrir un espacio también al juego, a la risa y al humor.
David Somoza es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.
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