Tiempos constitucionales, por Douglas Zabala
«…Cuando se produzca la falta absoluta del Presidente electo o Presidenta electa antes de tomar posesión, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o la nueva Presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el Presidente o Presidenta de la Asamblea Nacional.»
No voy a entrar en disquisiciones jurídicas sobre este polémico artículo de marras; lo que me viene produciendo piquiña y debo recordarlo, es que de acuerdo a lo aquí preceptuado, nuestro amigo Juan Guaidó, tiene fecha de vencimiento, y con esto para nada quiero hacer mención a las consecuencia de su liderazgo, ya de hecho entró a la historia; pero si queremos desmentir la canalla mediática del gobierno, al pretenderlo igualarlo al Carmonazo, debemos tener presente que Guaidó terminará su encargaduría el sábado 23 de febrero.
En tan solo 30 día Guaidó deberá, en primer término, seguir convocando al pueblo a movilizarse; pero además tendrá que convocar a un nuevo proceso electoral, y para ello habrá que o renovar el actual CNE a través de la AN o también crear un CNE paralelo, para continuar en la zaga de tener dos TSJ, dos poderes legislativos y dos presidentes.
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También en estos 30 días el «encargado» de la Presidencia, tiene que dar muestra de la eficiencia de su mandato exprés, y para ello, al margen de si Nicolás lo permite o no, debe hacer efectiva la solidaridad internacional, en materia de salud y alimento. Guaidó está obligado a demostrar que en su gobierno, las medidas que tome serán vinculantes y de obligatorio cumplimiento.
El otro que también tiene fecha vencimiento es el usurpador Maduro. Quizás mientras avanzamos hacia el 23F vengan por Nicolás, renuncie Nicolás o simplemente negocie Nicolás
Es evidente que a pesar de él, su tiempo pudiese ser más efímero que el intinerato de Guaidó, y sino pregúnteselo a la Unión Europea, quien de paso ya puso su tiempo. Así las cosas, ha llegado la hora de cogerle tiempo al tiempo, en estos tiempos constitucionales.