• Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • Alianzas
    • Alianza Rebelde Investiga
    • #LaHoradeVenezuela
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Nuestra historia
    • Editoriales
    • Teodoro
  • Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • Alianzas
    • Alianza Rebelde Investiga
    • #LaHoradeVenezuela
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Nuestra historia
    • Editoriales
    • Teodoro

Tocaima, 1826, por Ángel R. Lombardi Boscán



0
Comparte
  • Compartir en Facebook
  • Tuitealo

Tocaima, 1826
FacebookTwitterWhatsAppTelegramEmail
A.R. Lombardi Boscán | @lombardiboscan | enero 6, 2022

Twitter: @LOMBARDIBOSCAN


Es llamativo como los «países bolivarianos» tienen memorias encontradas respecto a su «libertador»: me refiero a Simón Bolívar. En Perú no lo quieren porque los invadió y les quitó el Alto Perú para crear Bolivia. En Ecuador su recuerdo es tibio. Y en Colombia Santander, «el traidor», está por encima. Hace unos días, Diego Bautista Urbaneja, uno de nuestros mejores historiadores, me inquirió muy gentilmente sobre el “Encuentro de Tocaima” entre Bolívar y Santander a finales del año 1826. Y me demostró lo que siempre hemos sabido: mientras más suponemos saber de un tema en realidad no sabemos nada.

En Tocaima, muy cerca de Bogotá, hubo la implosión del proyecto constitucional para ceder al militarismo de los caudillos libertadores. Una Gran Colombia sólo sostenida por las bayonetas y con la Cosiata de trasfondo.

Todo el republicanismo de los mantuanos iniciado tibiamente en 1811 desapareció en 1813 con el Decreto de Guerra a Muerte y las tropelías de Boves y su “Legión Infernal” compuesta de llaneros y pardos (1814). Pasado ese Rubicón nuestra Independencia fue una guerra de exterminio. Y el famoso abrazo en Santa Ana entre Bolívar y Morillo con el Tratado de Regularización de la Guerra (1820) no aminoró las atrocidades ya acometidas y las nuevas por acometer. La nueva guerra de exterminio, luego de las exitosas “campañas de liberación” del Sur del continente, se desarrollarían entre los caudillos libertadores triunfantes y sus herederos.

*Lea también: Barinas por una histórica victoria, por Gregorio Salazar

Los únicos que queremos a Bolívar somos los venezolanos, y sólo, por interés. Como casi todos los amores. A Bolívar: Páez y sus amigos godos le sacaron la silla con lo de la Gran Colombia (1819-1831). No le perdonaron que haya puesto de capital a Bogotá. Y lo desterraron de Venezuela. ¿Dónde muere Bolívar? En una oscura playa al norte de Colombia con salida al Caribe. Yéndose al exilio rumiando su fracaso político. Es decir, que tampoco sus compatriotas venezolanos lo trataron bien, es decir, como hombre vivo. Ya muerto se le recuperó aunque no tanto por sus hazañas como nos han hecho creer sino como instrumento ideológico del poder.

En 1842 el mismo «traidor» Páez le trae de vuelta hasta Caracas como ceniza. Imitando lo que hicieron los franceses con Napoleón en París. ¿Por qué lo hace Páez? Para arroparse con la aureola de prestigio de Bolívar y construir su Mito, el de la nueva nación que repudió todo vestigio hispánico. Los venezolanos no teníamos identidad histórica. Indios y negros siempre han sufrido de nuestro desprecio. Lo español lo rechazamos y combatimos. Lo criollo era algo ambiguo y fruto de un mestizaje incestuoso y dicharachero. ¿Qué hacer entonces? Se buscó a Bolívar héroe.

El Poder desde entonces elaboró la identidad nacional alrededor del culto bolivariano. Desde Páez hasta Maduro todos han sido bolivarianos porque no serlo es perder a la clientela política, el Pueblo. Y no hay palabra más deformada y manipulada que ésta del Pueblo.

Así que el Pueblo bolivariano, supuesto protagonista del legado del Libertador, es en realidad, siempre lo ha sido, carne de cañón para quienes se han encumbrado en el Poder en Venezuela desde Páez hasta hoy. Junto al Mito Bolívar está el del Pueblo. Ambos deben ser desmontados.

El único Bolívar que de verdad nos hace falta es el real e histórico, el de carne y hueso. El humano y terrenal: virtuoso y defectuoso. Al que le podamos exigir cuentas para mejorar en nuestro presente. El Bolívar del Poder ese nos paraliza e intoxica con sus excesos y mentiras. En Tocaima, un olvido patriótico, es uno de los rastros perdidos de la tan cacareada como fallida unidad latinoamericana bajo las banderas republicanas que el personalismo dinamitó para sufrir la más grande y debilitante balcanización.

Ángel Rafael Lombardi Boscán es Historiador, Profesor de la Universidad del Zulia. Director del Centro de Estudios Históricos de LUZ. Premio Nacional de Historia.

TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo

Post Views: 3.843
FacebookTwitterWhatsAppTelegramEmail
0
Comparte
  • Compartir en Facebook
  • Tuitealo

Ángel Rafael Lombardi BoscánOpinión


  • Noticias relacionadas

    • Acuerdos, patrimonialismo y subjetividad revolucionaria, por Rafael Uzcátegui
      noviembre 21, 2025
    • Alimentar al planeta sin destruirlo: la urgencia del cambio alimentario
      noviembre 21, 2025
    • Un Pacto de Convivencia Pacífica para Venezuela, por Víctor Álvarez R.
      noviembre 21, 2025
    • Alertas sobre el desarrollo productivo en AL y el Caribe, por Marino J. González R.
      noviembre 21, 2025
    • Cuando los hunos vuelven y nadie quiere advertirlo, por Luis Ernesto Aparicio M.
      noviembre 20, 2025

  • Noticias recientes

    • Acuerdos, patrimonialismo y subjetividad revolucionaria, por Rafael Uzcátegui
    • Alimentar al planeta sin destruirlo: la urgencia del cambio alimentario
    • Un Pacto de Convivencia Pacífica para Venezuela, por Víctor Álvarez R.
    • Alertas sobre el desarrollo productivo en AL y el Caribe, por Marino J. González R.
    • Para Nicolás Maduro ¿Se acabó?: Es lo que parece pero no lo que pasa, por Ángel Monagas

También te puede interesar

Soberanía constitucional, por Fernando Luis Egaña
noviembre 20, 2025
Europa decide, Mercosur espera: el acuerdo aún pendiente, por María Victoria Álvarez
noviembre 20, 2025
Dopamina digital: La tiranía del «me gusta», por Rafael A. Sanabria M.
noviembre 20, 2025
Propuesta para superar la crisis, por Jesús Elorza
noviembre 19, 2025
  • Portal venezolano fundado por Teodoro Petkoff, comprometido con la verdad, ejerciendo la libertad de expresión. 25 años ofreciendo actualidad informativa, reportajes, investigaciones, análisis y opinión. Un producto de Editorial La Mosca Analfabeta.

  • Contacto: [email protected]

    Síguenos
  • Noticias

    • Chevron reafirma interés en Venezuela: "Queremos ser parte...
      noviembre 20, 2025
    • Maduro: Colombia y Venezuela están obligadas a marchar...
      noviembre 20, 2025
    • Pdvsa investiga incendio en Petrocedeño: no hubo heridos...
      noviembre 20, 2025

  • A Fondo

    • La migración: del trauma a la resiliencia
      noviembre 19, 2025
    • Narcotráfico protagoniza disputa entre EEUU y Maduro:...
      noviembre 19, 2025
    • Catar, negociador en conflictos complicados, quiere...
      noviembre 18, 2025

  • Opinión

    • Acuerdos, patrimonialismo y subjetividad revolucionaria,...
      noviembre 21, 2025
    • Alimentar al planeta sin destruirlo: la urgencia del cambio...
      noviembre 21, 2025
    • Un Pacto de Convivencia Pacífica para Venezuela, por Víctor...
      noviembre 21, 2025


Diseñado y Desarrollado por Binaural
  • Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • Alianzas
    • Alianza Rebelde Investiga
    • #LaHoradeVenezuela
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Nuestra historia
    • Editoriales
    • Teodoro
Presione enter para comenzar su búsqueda