Todo 13 viene de un 11, por Juan Vicente Gómez
Autor: Juan Vicente Gómez
Golpe es golpe, lo mismo el de 2002, como la aberración pseudo-democrática que heredó Maduro en 2013 cuando su padre político le dejó el volante de este Metrobus.
Choque aquí, golpe allá, ningún Fiscal “en tránsito” logra multarlo, la Ortega, a distancia, o el turco genuflexo designado por la ANC. La corrupción encierra a Lula. La ingobernabilidad fuerza la renuncia de Kuczynski. ¿Qué le tocará a Nico?
A la familia se le suben los humos y peca doble, por inocente y por el delito que le vale los ganchos. La impunidad casera cambia de lente cuando intervienen los fiscales del imperio. Bienvenidos con flores a Nueva York. Vengan a ver la estatua pero privados de libertad.
El 20 M, el 20 M, el 20 M. El presidente lo tiene claro: “con los votos o con las balas”. Más sincero imposible pero sin ser el arquitecto de la obra. El andamiaje cubano ni lo disimulan ante la fachada del edificio que dicen remodelar.
El colega Leo Pérez afirma que desde La Habana se siguen dictando “pautas de adoctrinamiento instrumentadas por el Frente Francisco de Miranda. Allí no quieren a Diosdado en la cabeza del poder”. Al parecer no les conviene ese mazo y mueven peones diferentes que no tienen chance real de alcanzar la posición del rey.
Falcón, falsón, ese es el peón y sube dos casillas. Si alguien muerde la estrategia de distracción quizás se le pueda lavar el rostro al fraude seguro del 20 M. Bertucci, actor de reparto, cero a la izquierda aunque incluso le resulte útil al gobierno para maquillar encuestas siempre dudosas, amañadas a su antojo, sobre intención de voto.
¿Podrá realmente el abstencionismo imponerse frente a las lamentables opciones de selección que se le presentan al elector?
¿Cómo harán los sectores opositores para capitalizar el descontento generalizado contra el régimen de Maduro? Más allá del dilema de si votar o no votar, quién le muestra al país el camino a seguir a partir del 21 de mayo. ¿Ha escuchado usted alguna estrategia para manejar los escenarios de “el día después” del 20 M?
Clap, clap, clap. Hay aplausos por doquier, pero todos entre el grupo de focas amaestradas que aletean en busca de alimentos. El chantaje es abierto. Si aplaudes tienes caja. La sumisión se paga de forma hortera con comida para los más desposeídos. «Si votas por mí te seguiré soltando las migajas del poder.»
CLAP, CLAP, CLAP. Al que reparte le queda la mejor parte. Escalera al cielo de la riqueza fácil para los enchufados y a todo aquel que se acomode en ese entorno. En el sector militar lo saben de sobra. A pesar del malestar en los cuarteles los chivos de verde están comprados con suficientes churupos imperiales del mismo color. La lealtad tiene un precio, el control de cambio siempre alcanza mezclado con corrupción para enjabonar a los suceptibles de pecar por dinero. El honor casi nunca es la divisa.
¿Y la oposición? ¿Dónde está la oposición? La presión internacional pone en jaque al gobierno y desde adentro no se sienten esfuerzos cohesionados para precipitar el cambio político. Los partidos, bien gracias. Gracias TSJ en el exilio. La AN parece no acompañar. Apesta a pactos oscuros y un sector culipandea. Deserciones. ¿Será imposible lograr un pacto realmente unitario que le termine de dar el empujoncito final a la silla de Nico Mad? ¿Qué hay de la vida del Frente Amplio? ¿Ya se desinfló el entusiasmo que tan buenos presagios prometía desde el Aula Magna de la UCV?
La propaganda oficialista cierra hoy las patronales “antigolpistas” que exprimen hasta el cansancio la consigna de que “todo 11 tiene su trece”. En 2002 eso fue cierto: Chávez volvió, volvió y volvió. Nunca más soltó el coroto.
En las vueltas que da la vida (y también en la política) ya Maduro dilapidó tanto la fortuna del país, como el legado de su mentor. A cada cochino le llega su sábado y ya tenemos tronco de cerdo, encerrado en el corral de su propio feudo, cebado hasta las metras para saciar el apetito de los comensales que debaten hambrientos en cierta Cumbre.