Todos vimos la mano del capitán, por Sebastián Boccanegra
Hay una persona que lanzó la piedra y ahora quiere esconder la mano. Lo hizo a través de los medios de comunicación. Lo vio y escuchó toda Venezuela y parte del mundo. Dio la orden de agredir al presidente de la Asamblea Nacional y presidente encargado del país, Juan Guaidó, en cualquier parte del país. El capitán llama a Guadió «Juanito Alimaña», promoviendo el odio, algo en lo que tiene gran experticia.
Las condenas al ataque ocurrido el sábado 29 de febrero de 2020 en Barquisimeto se produjeron en buena parte de Venezuela y desde diversos gobiernos del mundo. La Unión Europea, el Grupo de Lima, desde el gobierno de Estados Unidos, todos se pronunciaron en contra de lo ocurrido y exigiendo respeto a las actividades de la oposición venezolana.
Hasta desde las filas del chavismo han surgido voces críticas. El dirigente de Patria Para Todos y diputado al Consejo Legislativo en Lara Jesús Superlano, calificó como error político la agresión sufrida por Guiadó y quienes lo acompañaban y le hizo un llamado al alcalde de Barquisimeto, Luis Jonas Reyes, a que lo asumiera. ¿Será que el alcalde tuvo que ver con el ataque?
Ahora, Cabello -instigador público y notorio de las agresiones a Guaidó- difunde la versión de que todo es un “falso positivo”, algo montado por la oposición para victimizarse y acusa al jefe del prensa de la Asamblea Nacional, Edward Rodríguez, de haber contratado a los atacantes. Anunció que uno de ellos estaba detenido.
Al capitán se le olvida que el atacante detenido estaba acompañado por Juan Carlos Sierra, presidente del Mercado de Barquisimeto, y por la concejala roja rojita Juana Colmenares. ¿También fueron contratados por la oposición?
La versión del capitán lo único que confirma es que en todas las oportunidades anteriores en que han actuado los colectivos-paramilitares, lo han hecho siguiendo órdenes que vienen del altos dirigentes gubernamentales. A partir de la agresión en Maiquetía, la mano que todos veremos será la del capitán.