Tragedia de Los Cotorros: tres meses y ni una sola audiencia
Durante los 90 días que han transcurrido, una y otra vez se han diferido las audiencias que involucran a los responsables de la tragedia del club Los Cotorros y los familiares de nuevo deben esperar hasta el 2 de octubre para ver si se realiza la primera
Tres meses se cumplen desde aquella madrugada del sábado 16 de junio cuando una fiesta de prograduación que se realizaba en el club conocido como Los Cotorros, en El Paraíso, terminó en tragedia al morir 19 jóvenes, más decenas de heridos, producto de la estampida y posterior asfixia de unas 200 personas que celebraban dentro del local en un evento llamado “The Legacy”, organizado y convocado por adolescentes a través de redes sociales.
El bullicio de la opinión pública cesó alrededor del caso pero no ha pasado uno de estos 90 días en los que familiares de los fallecidos y sobrevivientes hayan dejado de sufrir las consecuencias que se generaron después de que un grupo de jóvenes detonó una bomba lacrimógena dentro del local, un salón de características estrechas y sin medidas de seguridad para desalojos de emergencia.
La estampida, el pánico y una única salida disponible se combinaron como una trampa fatal para que los asistentes a la fiesta quedaran atrapados por un lapso de más de una hora, sin ventilación, ni primeros auxilios, bajo el efecto de los gases tóxicos de la bomba que fue detonada en medio de una pelea que ocurrió en el fragor de la fiesta.
Aunque hay cuatro menores de edad detenidos que ya fueron trasladados a sus sitios de reclusión (los que manipularon y activaron la bomba), un guardia de seguridad que fue liberado y debe cumplir régimen de presentación y la hermana mayor de uno de los organizadores -quien aún es menor de edad- que fue detenida recientemente porque formaba parte del grupo de personas que contrató el local para la fiesta, hasta la fecha no se ha realizado ni una sola audiencia: todas han sido diferidas, la más reciente debió realizarse el 12 de septiembre y los familiares fueron notificados una vez más que la nueva fecha sobre el caso fue fijada para el próximo 2 de octubre, según informó Yelitza Morales, madre de Adrián Blanco, uno de los 19 muchachos fallecidos.
La madre del joven explica que ha sido muy difícil que el Ministerio Público contacte a todos los familiares involucrados con el caso y que ellos mismos han ido recopilando la información necesaria para entregarla en Fiscalía, con el objetivo de que el caso no sea engavetado pero a pesar de la insistencia y organización por parte de los familiares, reconocen que es poco lo que se ha avanzado en establecer las responsabilidades del caso.
Lo más reciente fue la postergación de la audiencia una vez más. No hay nuevos imputados y desconocen si en todos los casos se hizo el cambio en el calificativo de los delitos, ya que la lista de fallecidos aumentó después de la madrugada del 16 de junio.
Este fue el caso de Jhoany Amaro, de 16 años, quien murió un mes y dos días después de los hechos. Miuly González, mamá de Jhoany, narró que su hija estuvo en terapia intensiva y en coma inducido en el Hospital Pérez Carreño por el daño general que le ocasionó la falta de oxígeno en el cerebro al quedar asfixiada durante casi una hora.
Pero la aspiración del gas tóxico le generó una inflamación cerebral de la que no pudo recuperarse por completo y debido a la grave afectación en su sistema respiratorio murió en la terapia intensiva del hospital.
Jhoany Amaro fue la número 19 para efectos legales. Pero para sus padres y familiares, no son números, son sus hijos, hermanos, nietos, sobrinos y amigos con nombres, apellidos y rostros que no quieren olvidar: son las historias de Giannina Gómez, Ariadna Franquiz, Coromoto Rangel, Leslie Peñuela, Alejandro Durán, Jennifer Bárcenas, Adrianni Paz, Alejandro Durán, Angie Castro, Adrián Blanco, los hermanos Marco y Cristóbal Altuve, Kleiber Berrios, Arianni Amaro, Yois Betancourt, Jorghen Castro, Keismel Tovar, Luis Guerra, Luis Eduardo Barrios.
Siguen las rumbas
A los padres no solo les preocupa que no hayan imputado a todos quienes ellos consideran parte de los responsables del caso, incluidos los menores de edad. El otro elemento es que las convocatorias a fiestas como la llamada The Legacy se siguen realizando y dudan que ahora se estén tomando las previsiones que no se consideraron en el club Los Cotorros.
Las convocatorias que se pueden conseguir a través de redes sociales cada vez son más restringidas para círculos de jóvenes que se conocen y muchas de ellas se hacen a través de whatsapp porque son más directas y más difíciles de rastrear.
«Sabemos que los jóvenes siguen organizando fiestas y aunque el local no volvió a abrir (el club) las razones siguen latentes», señala una de las madres de los fallecidos.
Lo que más temen es que además de la impunidad, el caso se pierda en el olvido, a pesar de que sus hijos murieron como consecuencia de una situación que pudiera repetirse porque combinó la peligrosa mezcla de incumplimiento de normas básicas de seguridad, manipulación de armas explosivas por parte de menores de edad, contratación de eventos con menores, negligencia y falta de respuesta oportuna en la asistencia de cuerpos de seguridad ante casos de emergencia.