Transición en puerta, por Luis Martínez
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Hoy, Venezuela esta como en una aparente tranca política. Por un lado el gobierno de Maduro que luce enclenque, de ilegitimo origen producto de elecciones fraudulentas, solo sustentado por una cúpula militar que durante 20 años a usufructuado el poder para su propio beneficio y por otro lado el gobierno de Guaidó, sustentado en la Asamblea Nacional como único poder que no ha perdido su legitimidad, asume la conducción de un proceso de transición, basado en la constitución y apuntalado por la gran mayoría de los países libres y democráticos del mundo.
Esta disyuntiva con seguridad se resolverá de manera pacífica, constitucional y electoral como he dicho innumerable de veces. El cambio de gobierno se hará realidad cuando la cúpula militar que sostiene el precario gobierno de Maduro, utilice la única salida razonable que le queda: la negociación. Embarcarse en aventuras épicas cargadas ideológicamente no es posible, pues a esa cúpula lo que lo mueve no es ideología alguna, sino el pragmatismo corrupto y delincuente que ha venido secando al país para poder mantener sus privilegios. En ellos no hay principio ni moral alguna. Por ello no es posible que resistan mucho tiempo la presión interna y externa. Al final, negociaran su salida.
A quienes de corazón y principios se conectaron con las predicas revolucionarias, les quedara recoger los escombros que queden del Psuv, juntarlos y emprender su lucha adaptándose a la democracia y libertad.
El cambio será pacifico porque los sectores democráticos quieren que así sea. Por ello la ruta de protesta y manifestaciones se mantienen evadiendo la constante provocación del gobierno quien, desesperado porque la oposición muerda el peine, provoca a sectores radicales, para desviar la lucha hacia la violencia, donde ellos se sienten como pez en el agua. Reprimen y violan constantemente los derechos humanos de gran número de venezolanos, incluso de niños. Hasta muertos ha habido sin justicia alguna. Pero nadie compra la provocación.
La gran mayoría de partidos, ONG, gremios y sindicatos agrupados en el Frente Amplio, Soy Venezuela y la concertación por el cambio; el pueblo que sufre la precariedad de alimentos y medicinas, todos los sectores sociales liderizados por Juan Guaidó y la AN llevan con mesura, credibilidad y amplitud este proceso de cambio. El apoyo internacional ha sido muy importante para bajarle los humos a un gobierno acostumbrado a ningunear sectores democráticos del país y a burlarse de los procesos de dialogo que se han realizado anteriormente.
El poder lo han venido perdiendo desde que de manera arrogante impusieron al margen de la institucionalidad democrática y de la propia constitución, un estado informal que solo responde a ellos. Es lo más parecido a un estado autocrático y totalitario. Eso es intolerable para cualquier demócrata de Venezuela y el mundo.
El cambio será constitucional, pues ante el vacío de poder imperante en la República, solo la legitimidad de la AN puede, de manera institucional, dirigir una transición que permita estabilizar las instituciones y legitimar un nuevo gobierno.
El cambio será electoral porque, solo con elecciones limpias, democráticas, dirigidas por instituciones imparciales, el pueblo venezolano puede expresar libremente y escoger sin amedrentamiento ni coacción alguna, a quienes conduzcan los destinos del país por el tiempo que establezca la constitución. Transición en puerta.
Docente universitario