Treinta años después: sin hipocresías, por Beltrán Vallejo
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Abordo este tema sin moralismo político y sin hipocresía. La Historia real, no la de filosofadas o propias de una “patria boba”, como diría Bolívar, no anda con pendejadas para dar lecciones de cuál debe ser la vía táctica y estratégica “moral y legalmente adecuada” para la consecución del poder político. Por supuesto que para eso hay distintos caminos y que, como todo, lo primordial es la eficacia.
Es verdad que el neofascismo de Chávez y el neototalitarismo de Maduro tienen más de dos décadas asumiendo el intento de golpe de Estado del 4 de febrero de 1992 como una fecha patria, al mismo nivel del 5 de julio 1811; pero es que están en lo suyo, son golpista; pero también hay que reconocer que jugaron con las herramientas de la formalizada democracia liberal pues fueron a votaciones, aunque después las echaran a perder convirtiéndolas en un “pocillo” desde hace más de 15 años. Así mismo, a mí no se me tiembla la lengua en decir que he participado en “otros caminos” más allá de lo electoral.
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Y digo esto porque hay esquicitos en política, hipocritones ellos, que forman parte de la dirigencia opositora que participó en las algazaras violentas del 11 de abrir del 2002, en el paro insurreccional petrolero, en las refriegas calleras del 2014 y del 2017, y en el intento de golpe de Estado del 30 de abril de 2019, y con purismo inusitado cuestionan la fecha que alaba el chavomadurismo porque aquello no fue “democrático· ni constitucional”, sino un golpe de Estado brutal, que lo fue. Creo que casi toda la clase política dirigente en este país ha sido “golpista”.
Igual, los que con purismo democratero cuestionan otras vías para tomar el poder, distintas al sufragio, pues entonces debieran maldecir fechas como las del 18 de octubre de 1945 cuando el padre de la democracia, “Rómulo Betancourt”, se encompinchó con unos gorilas comandados por el futuro dictador Marcos Evangelistas Pérez Jiménez y le dieron un golpe de Estado al Presidente Isaías Medina Angarita; en la conciencia adecoide eso no fue un golpe sino la “Revolución de Octubre”. Y el 23 de enero de 1958, para salir de ese Pérez Jiménez, se tuvo que desarrollar un levantamiento popular que acompañará el golpe de Estado contra aquel golpista, comandada esa asonada por el Contraalmirante Wolfang Larrazábal y la denominada” Junta Patriótica”. ¿Esas fechas merecen entonces el repudio porque no fueron procesos electorales para salir de los mandamaces de turno?
Hablo de este tema sobre el 4 de Febrero para articularlo con las “conclusiones” que se han ido derivando de aquel “barinazo” y de los resultados del abortado referendo revocatorio, y con esos pronunciamientos “oficiales” de la oposición que hablan de una ruta para el 2024 donde hay que esperar esa fecha para enfrentar a Maduro en las denominadas elecciones presidenciales de ese año.
¿Es esa la opción estratégica realmente disponible?
¿Esto es verdad de que un país tenga que esperar dos años para hablar de lucha concreta y específica contra la tiranía?
¿Ustedes creen que un país que ha sido ofertado para colocar en él bases militares de una potencia extranjera, en confrontación con una potencia cercana, es un país normal que tendrá un futuro promisorio mediante elecciones en términos verdaderamente constitucionales?
Respóndame.
No es que “todas las opciones están sobre la mesa”, como dijo el gringo aquel, porque no lo están; pero no le digan a la gente que lo único que se vislumbra es participar en unas elecciones para el 2024 como si Venezuela fuese un “país normal”.
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