Tres destinatarios de un mensaje, por Luis Manuel Esculpi
No nos causó sorpresa la declaración de Arreaza señalando su permanencia en la mesa de negociación, aunque también habló de diálogo, manifestó que solo harían una «pausa» y al reanudar las reuniones lo harán con un «mecanismo repensado». No sabemos exactamente qué quiso decir con la última frase, posiblemente solo fue un recurso retórico para justificar el regreso. Recordemos que el personaje además de desempeñarse como canciller de Maduro, integra su delegación en la mesa de Barbados.
En nuestro artículo de la pasada semana nos referimos a la situación planteada con el retiro de la delegación oficialista de las conversaciones como una respuesta desde su lógica, a las recientes medidas adoptadas por Trump, diferíamos de la interpretación de algunos medios de comunicación (exceptuando a TalCual y a unos pocos nacionales) que interpretaron el gesto como un levantamiento definitivo de la Mesa de negociación. Los señalamientos de Arreaza corroboraron nuestra tesis.
En verdad más que a las declaraciones del canciller de Maduro, queremos analizar las significativas e importantes opiniones del ministro de la Defensa Vladimir Padrino, consideramos que ellas van dirigidas simultáneamente a tres destinatarios, la propia Fuerza Armada, a Maduro y su entorno, también a las fuerzas representadas en la Asamblea Nacional presidida por Juan Guaidó
Nuestra apreciación no coincide con los analistas que hicieron una lectura de su contenido como el mensaje dirigido exclusivamente «a la oposición», precisamente porque estimamos no tenían un solo destinatario. El vocero político de la Fuerza Armada, eso en buena medida es el Ministro de la Defensa, aunque el actual titular lo es no sólo por tal condición como de integrante del gabinete, lo es por el rol que la Fuerza Armada ha venido desempeñado en tanto pilar fundamental para el mantenimiento del régimen, además de sus características personales. Al pronunciarse por primera vez taxativamente en favor de la negociación al afirmar: «Cada vez que se sientan a dialogar en Barbados nosotros nos alegramos», está comunicando al interior de la Fuerza Armada la voluntad de sectores de los altos mandos, de propiciar una salida negociada y pacífica a la crisis política.
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Es obvio que cuando el General Vladimir Padrino llama al a la oposición a sentarse de nuevo, no desconoce que fue la delegación oficialista quien promovió «la pausa», al señalarlo, si bien es cierto, se está dirigiendo explícitamente a la oposición, tácitamente también apunta hacia Maduro y compañía.
En nuestro país el factor militar siempre ha sido un factor fundamental en los momentos álgidos y en el umbral de los cambios políticos, la actual coyuntura reviste especial importancia por razones conocidas, entre ellas su omnipresencia en las estructuras actuales del régimen.
Pensar en la transición e imaginar el cambio pretendiendo ignorar esas premisas conduciría a cometer un gravísimo error, poniendo en riesgo el propio tránsito, la gobernabilidad y la estabilidad de un nuevo gobierno
No se requiere de la presencia física de la representación del estamento militar en las negociaciones, la problemática planteada es subyacente, implícita y de obligatoria consideración tanto en el proceso formal como informal de toda negociación, no puede ser colocado al margen. En política no siempre se transita por senderos previamente seleccionados y escogidos por ser gratos o agradables, a veces y no pocas la realidad, la terca realidad, obliga a recorrer caminos imprevistos, aunque no sean los predilectos porque ellos pueden conducir a la conquista de los objetivos perseguidos.
El ejercicio de la política no es una acción exclusivamente voluntarista, ni una expresión de desahogo, exige el estudio, la reflexión y el análisis creativo en cada situación, colocando los pies sobre la tierra para poder así diseñar una estrategia exitosa.
La experiencia acumulada debe servir de enseñanza para no reincidir en errores cometidos en el pasado reciente