Trujillo, Táchira y Yaracuy los estados con más mordeduras de serpientes en el país
Los municipios andinos Fernández Feo, del estado Táchira; y Valera, del estado Trujillo son los más afectados por este fenómeno
Los estados Trujillo, Táchira y Yaracuy completan el pódium de las entidades con mayor incidencia en mordedura de serpientes en todo el país, así lo dio a conocer el fundador y director del serpentario trujillano, Santos Bazó.
El investigador, de amplia trayectoria en fauna silvestre, manifestó que la principal causa de que dichos estados encabecen la lista de los ataques de serpiente “son sus condiciones geográficas, que favorecen una presencia ofídica importante en estas zonas de Venezuela”.
Bazó informó que desde el serpentario de Trujillo se desarrolla un proyecto de creación de un banco de veneno y antiveneno para la producción de suero antiofídico.
En una entrevista para el diario La Nación, el investigador explicó una serie de características de las especies propias de los estados andinos, cómo deben manejarse y qué hacer en caso de una mordedura, lo que calificó como “información importante” ante el incremento de mordeduras de serpientes, y la escasez de suero antiofídico, que en ocasiones puede tener consecuencias fatales.
“Venezuela actualmente tiene 214 especies reportadas de serpientes. En los estados Táchira, Mérida y Trujillo hay ochenta especies descubiertas, pero existen algunas nuevas que no se han contabilizado”, señaló.
Los municipios andinos Fernández Feo, del estado Táchira; y Valera, del estado Trujillo son los más afectados por este fenómeno, reseñó el medio de comunicación.
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Específicamente, en dichos estados, lo que más se consigue son mapanares, pero también boas, cazadoras, sabaneras y bejucas, las más comunes en el occidente del país. En el grupo de las no venenosas están las boas, sabaneras, falsas corales y falsas mapanares.
“El cambio climático favorece para que los ofidios incursionen en las casas, por ser fuente de calor. Pero también hay otros factores, que los humanos no percibimos, como son los movimientos telúricos (…) Más del 85 por ciento de las especies en Venezuela no son venenosas, no ocasionan daño al ser humano (…) Vemos que muchas personas se dan a la tarea de matarlas, publican las fotografías en las redes sociales, como si fueran un trofeo, cuando nos pueden salvar la vida, porque se comen animales venenosos y actúan como controladores biológicos”, dijo.
De la misma manera, el investigador aseguró que la escasez de suero antiofídico en la región andina, se debe a la falta de combustible en el país, ya que el mismo se realiza en Caracas bajo la tutela de una compañía mixta, de la cual forma parte la Universidad Central de Venezuela (UCV). “La distancia con los estados andinos dificulta el acceso oportuno a este antídoto, así como los problemas que se presentan con su distribución”.
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