Trump romperá la tradicionalidad de los medios en la Casa Blanca, por Ángel Monagas
Independiente de los contratiempos y las polémicas en sus nominados, el presidente electo de Estados Unidos sigue decidido a romper paradigmas, fijando nuevas reglas, visiones novedosas sobre el manejo del poder.
Trump ha entendido cómo se deben desplazar los líderes, los que ejercen el poder.
Más allá del mesianismo, del endiosamiento a los cuales son sometidos, Trump materializa la realidad de los que votaron por él e incluso de los que no lo hicieron.
Quizá no lo hace de la mejor manera. Es posible que no sea del agrado de todos y es que él quiere que sea así. Es una nueva forma comunicacional para muchos en Estados Unidos, empero no es más que la manera en que las nuevas mayorías se comunican y se expresan.
Quiénes son las nuevas mayorías: Las generaciones X, zeta, etcétera. Los consumidores, los que ven los streaming de los diferentes medios, los que se informan por el celular, las tabletas, las laptop, por mencionar parte de ellos. Superando ampliamente a la televisión, el cine, la prensa escrita.
El mundo digital se impuso.
Las redes, hacen mal y hacen bien, allí todos hablan: Falsos la mayoría por los intereses en pugna (los bots) y los verdaderos, influencers, usuarios, profesionales, con los que usted puede estar o no estar de acuerdo. Eso es válido.
Los medios tradicionales si los obvian están condenados a no ser vistos.
Es necesario transmitir en paralelo con ellos para poder morder su amplio público que no cesa en crecimiento.
Ciertamente si lo piensa es una batalla.
Ha servido para elegir jefes de estado, líderes y plataformas.
Tampoco es imprescindible para no lograr objetivos. De hecho observamos líderes que a la hora de encontrar multiplicación tangible del mensaje no se aprecia sino por las vías pacíficas, como una votación.
Si después no se respeta es otra cosa y requiere otros «ingredientes» para dar resultados.
Sucede como los GPS
Hacer política, publicidad, mercadeo en pequeños centros urbanos es distinto a hacerlo en urbes de grandes poblaciones y variadas.
Hay ciudades dormitorios, otras comerciales, de servicios, de centros de poder, y de caracterización variable.
Visitarlas requiere un GPS, ya no sirve un mapa o guiarse por letreros. Si así lo hace, aún viviendo allí toda la vida puede perderse.
Es igual con las redes. Son las GPS útiles para quienes quieren llegar a determinado público, la segmentación misma sin discusión.
Trump anuncia
Trump revisa, planifica sus futuras plataformas de prensa de la Casa Blanca.
Es conocido su fuerte enfrentamiento con los medios de comunicaciones más grandes, más fuertes y justo es reconocer más serios y de mayor tradición en los Estados Unidos.
El «establishment» no es que no lo soporta. Yo no lo interpreto así. Los veo como medios que tienen la valentía de hacer valer sus posiciones ante el jefe del estado más poderoso del planeta. Lógicamente también maneja sus intereses, disfrazados con lo que todos los medios hacen, su línea editorial.
Tiene que ser así porque los editores de los medios saben el peligro que encierra esa lucha entre decir, informar, opinar, sobre hechos que otros realizan.
Se cometen errores y también se acierta.
El error de muchos es no entender que la comunicación cambió, y el derecho a hablar, a opinar, a informar, ya no es exclusividad de una Universidad o Escuela y no lo es tampoco de un medio de comunicación formal.
Desde hace mucho tiempo los médicos por ejemplo, se enfrentan a la medicina no tradicional con resultados sorprendentes. Existen médicos brujos, «yerbateros» y «espiritistas», que siguen vigentes y aportan soluciones que contradicen a la ciencia.
Los milagros de los beatos hechos santos son estudiados y podemos enumerar una infinidad de situaciones.
¿Cuántos dudan de la existencia de «extraterrestres» o seres distintos a los que viven en esta tierra? Pocos creen que somos exclusivos del universo y las religiones saben que vienen por ellos también.
Todos existen y comparten, ¿Por qué en los medios habría de ser distinto?
Los «influencers» han superado los ingresos y la fama de muchísimos periodistas y medios.
Enfrentar esa ola, el tsunami más grande, a menudo no se hace de la mejor manera. Denigrarlos es un error.
Es uno de los pocos puntos en los que concuerdo con algunos gobiernos socialistas y comunistas al darles legalidad.
Chávez en su momento lo hizo solo que escogió muy mal a los calificados «comunitarios» sin ningún bagaje intelectual, pocos densos y hasta vulgares.
Con otros acertó. Maduro no pega uno porque el «influencers» no puede verse como un «militante comprometido».
Mejor estrategia usa Diosdado, con el error de no ampliar la visión de muchos y resaltar fuera de contexto a muchos.
Trump rompe ese esquema exclusivo de la izquierda y eso es un logro infinito de su parte.
Si los demócratas y los republicanos no lo entienden, allá ellos. También se quedarán atrás del «Trumpismo».
El hijo de Trump
Está decidido a colocar nuevos presentadores y medios como Megyn Kelly o Joe Rogan.
Y lo hizo su hijo Donald Trump junior a través de un podcast (también un medio no tradicional, ya aceptado por la prensa regular).
Le preguntaron y él respondió que es el momento de reordenar ese diagrama y «quitarle los asientos a algunas personas». Esto último fue un error, no es necesario dejar fuera a nadie.
Trump junior ha recibido la felicitación de su padre, aunque yo creo que la idea es del presidente.
En una publicación de la prensa se señala que «La sala de prensa de la Casa Blanca tiene capacidad sólo para 49 miembros acreditados… Sin embargo, si bien la Casa Blanca controla quiénes están acreditados, la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca, una entidad independiente, decide quiénes ocupan los asientos y dónde».
Es necesario recordar que en su primer gobierno, temporalmente Jim Acosta de CNN tenía prohibido asistir a las reuniones informativas.
Trump cedió después de que CNN cambiara su estrategia y luego Acosta volvió.
Los podcast ganaron mucho prestigio desde que Trump dejó en el 2020 la Casa Blanca. La Asociación de Corresponsales aún no acepta la incorporación de nuevos medios y este será un tema de segura controversia a partir del 20 de enero 2025.
En muchos países no son muy populares. En América Latina y Norteamérica es otra cosa y en los países desarrollados también han cobrado mucha importancia. No se sabe si Rogan o Kelly estarán interesados en sentarse para las conferencias de prensa.
De producirse esa realidad, muchos mandatarios imitarán su ejemplo y las reacciones pueden ser de las más diversas.
Los periodistas y los profesionales de la comunicación debemos entender que el único que nos invade nuestra esfera de trabajo y campo, es nuestra propia incapacidad de ser novedosos, versátiles y creativos a la hora de transmitir una información, un reportaje o una opinión.
Se me acabó el papel…
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