Turbas orteguistas agredieron a obispos y periodistas en Nicaragua
La situación se presentó después de que una delegación de la Iglesia Católica, acompañada por la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (Anpdh), entró en la plaza central de Diriamba, cuya basílica estaba rodeada por unos 200 encapuchados paramilitares
Un grupo de personas afines al gobierno de Daniel Ortega y paramilitares irrumpió el lunes 9 de julio de forma violenta en la basílica de San Sebastián, en la ciudad de Diriamba, en Nicaragua y agredió a varios obispos y periodistas.
Luego de un fin de semana sangriento en el departamento de Carazo con un saldo de al menos nueve asesinatos, este lunes los paramilitares continúan asediando esa ciudad. En Diriamba se reportan ataques a la Basílica San Sebastián, donde 12 personas permanecen refugiadas adentro.
Entre los agredidos se encontraba el nuncio Stanislaw Waldemar Sommertag, el cardenal Leopoldo Brenes y el obispo Silvio Báez, según reseñan los medios nicaragüenses.
La agresión ocurrió cuando los obispos viajaron a Diriamba, 42 kilómetros al sur de Managua, para liberar a un grupo de paramédicos y misioneros franciscanos sitiados por los parapolicías en el templo.
“Gracias a Dios hemos podido llegar a Diriamba y sacar a las personas que estaban en la basílica como rehenes. Lo que nosotros hemos sufrido no es nada comparado con lo que ha sido víctima la mayoría de los nicaragüenses”, manifestó Báez, quien además fue herido en su antebrazo derecho.
Asediado por una turba enardecida que quería ingresar a la Basílica San Sebastián en Diriamba, fui herido, golpeado en el estómago, me arrebataron las insignias episcopales y agredido verbalmente. Estoy bien gracias a Dios. Se liberó la basílica y a quienes allí estaban. pic.twitter.com/9qTgugBjic
— Silvio José Báez (@silviojbaez) July 9, 2018
La situación se presentó después de que una delegación de la iglesia católica, acompañada por la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (Anpdh), entró en la plaza central de Diriamba, cuya basílica estaba rodeada por unos 200 encapuchados paramilitares y parapolicías, así como decenas de policías fuertemente armados y algunos de ellos también con los rostros tapados.
EFE pudo constatar que cuando la delegación eclesiástica llegó al lugar los agentes uniformados desaparecieron para dar paso a centenares de encapuchados civiles y simpatizantes del presidente Daniel Ortega.
#ÚltimoMinuto: La visita de los religiosos a Carazo se da en medio de ataques sangrientos e intentarán frenar la represión #SOSNicaragua https://t.co/oPUD4xGrcH
— La Prensa Nicaragua (@laprensa) July 9, 2018
Esos grupos se aproximaron a la basílica al grito “¡entreguen las armas!” y “¡No eran estudiantes, eran delincuentes!”, en referencia a los universitarios asesinados por la represión.
Brenes intentó dirigirse a los simpatizantes de Ortega, quienes le gritaron “¡asesino!” y “¡culpable!”, pero ante el intento infructuoso, el prelado decidió ingresar a la basílica por la puerta trasera.
En medio de una fuerte tensión, los obispos consiguieron acceder al templo, al igual que algunos simpatizantes orteguistas, que gritaban consignas a favor del presidente.
En el interior del templo había al menos una docena de paramédicos y religiosos con batas moradas y la cara cubierta con tapabocas que esperaban ser liberados por los obispos.
Ese grupo fue evacuado por una puerta lateral de la basílica, mientras los sacerdotes intentaron bloquear el acceso trasero, sin éxito.
Durante el forcejeo los encapuchados agredieron brutalmente con puñetazos a los obispos, a quienes encañonaron con pistolas, lo que les permitió acceder al interior del templo armados con machetes y pistolas, pudo constar EFE.
En medio de la confusión, los sacerdotes intentaron abandonar el templo como pudieron por la puerta trasera, pero nuevamente fueron agredidos por los encapuchados.
La muchedumbre oficialista aprovechó el momento para golpear a los periodistas que cubrían el evento, además de robar y destruir sus teléfonos y equipos de trabajo, en los que habían registrado la jornada.
El ataque a los obispos fue parte de los actos violentos que se dan en medio de una crisis que ha cobrado la vida de al menos 320 personas desde el 18 de abril pasado a causa de la represión del Gobierno, según la Anpdh.
Las protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo iniciaron por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción.