Turquía sepulta por ahora la ambición de Suecia de ingresar a la OTAN
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó el lunes 23 de enero que Estocolmo debería dejar de contar con el «apoyo» de Turquía para entrar en la Alianza Atlántica, tras la quema de un ejemplar del Corán frente a la embajada turca en Estocolmo.
Texto: Andrés Mourenza
El presidente turco Recep Tayyip Erdogan ha enterrado las aspiraciones suecas de entrar en la OTAN. Después de una serie de manifestaciones en Estocolmo en las que se “ejecutó” a un muñeco que simbolizaba al presidente turco, de protestas frente a la embajada turca con banderas del grupo armado kurdo PKK y de la quema de un Corán frente a la legación diplomática, Erdogan ha dicho que no levantará su veto a la entrada de Suecia a la Alianza Atlántica, aunque mantiene abierta la puerta para Finlandia.
“O sea que ustedes dejan a las organizaciones terroristas campar a sus anchas en sus calles y luego esperan que los apoyemos para entrar en la OTAN. No ocurrirá”, afirmó Erdogan.
Las negociaciones con Turquía se prolongan desde el pasado junio y han llevado a Suecia y Finlandia a modificar sus leyes antiterroristas y comprometerse a revisar las peticiones de extradición de decenas de ciudadanos turcos refugiados en estos países pero que Ankara considera terroristas.
Con todo, diversos analistas creen que Turquía podría modificar su veto tras las elecciones del próximo mes de mayo en la que Erdogan se juega continuar como presidente tras veinte años en el poder y para las que las encuestas prevén un resultado ajustado frente a la oposición.
Finlandia debe considerar la opción de una adhesión a la OTAN sin Suecia, afirmó este martes por primera vez su ministro de Relaciones Exteriores después de que Turquía excluyera aprobar la candidatura sueca.
Turquía y Hungría son los únicos miembros de la OTAN que no han ratificado la decisión histórica de Suecia y Finlandia de romper su tradición de no alineamiento militar en respuesta a la invasión rusa a Ucrania.
Pero en Hungría, el primer ministro Viktor Orban prometió que su Parlamento aprobaría la adhesión de ambos países nórdicos en febrero.
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Enojo de Turquía
El extremista de ultraderecha sueco-danés Rasmus Paludan fue autorizado a manifestarse el pasado sábado frente a la embajada de Turquía en Estocolmo, y esto causó un gran enfado en el gobierno turco.
En medio de un importante despliegue policial y protegido por barreras metálicas, el activista antiislam y antiinmigrantes quemó un ejemplar del Corán.
El portavoz de la presidencia turca, Ibrahim Kalin, condenó un «delito de odio manifiesto».
El gobierno sueco reaccionó con extrema cautela a las manifestaciones del gobierno turco.
«No puedo comentar esta noche sobre la declaración. Primero quiero entender exactamente qué fue lo que se dijo», declaró el ministro de Relaciones Exteriores sueco, Tobias Billstrom, a la agencia noticiosa local TT.
El viernes, la policía sueca había considerado que, en aras de la Constitución y de las libertades de manifestación y de expresión en Suecia, la manifestación debía permitirse y que esta no suponía ningún peligro para el orden público.