Tutorial para ir a un velorio, por David Show y Reuben Morales
Un estudio demostró que nadie sabe cómo comportarse en un velorio (el estudio no existe, pero el youtuber y comediante David Show y yo lo hemos vivido y ya con eso es suficiente). Por ello hemos buscado facilitarle la vida con este manual de comportamiento funerario.
De cuando te enteras del fallecimiento:
No tenga pena en admitirlo. Una parte de usted siente alegría. Le acaban de dar la excusa perfecta para salir del trabajo. Sin embargo ahora toca vestirse de negro, pero no hay tiempo para bañarse. Tranquila, nadie se baña para ir a un velorio (salvo que se haya enterado del suceso mientras se enjabonaba). Solo vístase de negro y échese bastante perfume. Ahora surge otra pregunta. ¿Cuánto tiempo se debe pasar en un velorio? Si quiere saber con exactitud, vaya treinta minutos antes de la hora de cierre de la funeraria. Así podrá decir que los vigilantes lo echaron cuando usted más quería apoyar.
De cuando llegas a la funeraria:
Prepare sus oídos. La clase social del difunto se saca por la música. Si era millonario, habrá un cuarteto de cámara al lado del féretro. Si era clase media, le cantarán los presentes. Si era pobre, habrá música a todo volumen (y un motorizado echando tiros al aire).
Al llegar, inevitablemente una parte de usted volverá a sentir mucha alegría. En un mismo espacio encontrará a todos los familiares y amigos que no veía desde hace siglos. Todos estarán pensando “¿Y la botella?”, así no lo reflejen sus caras. No obstante, usted puede romper ese hielo. Solo diga una verdad sobre el fallecido y listo. Como ningún muerto fue totalmente bueno (como lo pintan), exclame cosas como: “¿Tú también tuviste algo con ella?” o “¿Él también te quedó debiendo?” o “¡Ése no es Chávez! ¡Ése es un muñeco de cera!”.
De cuando entras a la capilla:
Nadie sabe con qué va a encontrarse en la urna. Por ello hágase la peor imagen en su mente. Así no se sorprenderá cuando vea a ese difunto más maquillado que una miss patrocinada por una casa de cosméticos. También evite decir “Deberíamos recordarlo haciendo lo que más le gustaba”. Pues si el difunto era mujeriego, no faltará quien diga “¡Orgía todos contra todos!”. Más bien aproveche la cercanía a los familiares y convénzales de los beneficios de la cremación. Así evitará apartar otro día de su apretada agenda para ir al entierro.
En cuanto a los familiares del fallecido, les damos una estrategia para financiar los onerosos gastos funerarios. Como todo el mundo quiere ver al difunto, hagan algo: vendan entradas. Además pueden sacarles provecho dividiéndolas en las siguientes jerarquías:»
Entrada General: da derecho a hablar fuera de la capilla.
Entrada VIP: permite compartir con los familiares.
Entrada Gold: acceso directo al difunto.
Entrada Diamante: otorga un cupo exclusivo para cargar la urna.
De cuando te vas del velorio:
Antes de partir, hágale un favor a la humanidad. Tómele una foto a las coronas de flores y móntelas en sus redes con el hashtag “#Lettering”. Al parecer, los defensores de este nuevo oficio de trazar letras a pulso olvidan una de las prácticas más difíciles del ramo: redactar un mensaje con pega blanca sobre una cinta de regalo. Habiendo cumplido esa tarea, retírese en paz.
Así esperamos haberle ayudado. Ahora ya tiene dos formas para saber cómo comportarse en un velorio. Una es siguiendo este manual. La otra es que usted sea el difunto.