Un 23 de enero de furia bolivariana en Mérida
En Mérida la jornada del 23 de enero comenzó con acciones vandálicas en las sedes de dos partidos de la oposición por parte de la «furia bolivariana», aún así los gremios y sindicatos de docentes de la región salieron a exigir nuevamente mejoras salariales y laborales y a conmemorar el fin de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez (1953 – 1958)
Autores: Frida Guerrero y Valentina Rodríguez Rodríguez
«#FuriaBolivariana», con esta etiqueta, pintada con spray para grafitis en color rojo en las fachadas de las sedes de los partidos Vente Venezuela y Acción Democrática (AD) de Mérida, amanecía la ciudad de los caballeros este 23 de enero de 2024. Así decidieron conmemorar la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez los adeptos al chavismo-madurismo en la entidad andina; también en otras ciudades.
Este 23 de enero en Venezuela fue muy distinto al de hace 66 años. En 1958 el país despertaba en libertad, con la noticia de la partida del tirano; en 2024, con vandalismo, amedrentamiento y empleados públicos en condiciones de «esclavitud moderna». El día cerró con más dirigentes políticos detenidos.
«Yo estudiaba sexto grado en el Grupo Escolar Bicentenario en el año 58. El 23 de enero nosotros nos vinimos a clases, no sabía lo que estaba pasando. Al rato vemos que comienza a concentrarse la gente en la calle. Nos enteramos y nos fuimos a la plaza Bolívar gritando: ¡Abajo la dictadura!», rememoró Humberto Ely Pernía, profesor de la Universidad de Los Andes y uno de los asistentes a la marcha que se llevó a cabo en Mérida este martes: «Estoy aquí porque tenemos que luchar para acabar con esta dictadura», afirmó.
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Para recordar el suceso que puso fin al régimen militar de mediado del siglo pasado, partidos políticos, gremios y sindicatos convocaron a una nueva jornada de protestas en contra del gobierno de turno; también fue la fecha elegida por la candidata electa en las primarias del 22 de octubre, María Corina Machado, para presentar la Gran Alianza Nacional (GANA), plataforma para respaldar su candidatura a las próximas elecciones presidenciales, a celebrarse este año.
«Aquí está la Universidad presente, sin miedo, sin temor; apoyando a todos los educadores, a todos los servidores públicos, en una fecha tan significativa como esta, que recuerda la transición entre una dictadura y una democracia», afirmó Mario Bonucci, rector de la Universidad de Los Andes (ULA), desde el camión con el sonido que acompañaría la manifestación de los docentes de Mérida que se oponen al gobierno; antes de emprender la marcha desde la plaza De Milla de la capital andina.
El 23 de enero de 1958 una insurgencia en Venezuela llevó al fin la dictadura del general Marco Pérez Jiménez. Según los datos recogidos de esa época, el pueblo, en unión cívica-militar, se levantó para hacer frente al Gobierno y así poder recuperar la libertad y democracia del país. Un mes antes de la huida del dictador se efectuó un plebiscito para prolongar el mandato de Pérez Jiménez, darle solidez a su régimen y legitimidad ante las Fuerzas Armadas.
Pasada las 10:00 a.m. de este martes, trabajadores públicos, docentes y jubilados se reunieron en la plaza De Milla para protestar por sus actuales condiciones laborales, los sueldos míseros que reciben y rechazar la política de la administración de Nicolás Maduro de sustituir salarios por bonos, «una forma moderna de esclavitud», resaltó el rector de la ULA; también para celebrar y recordar la fecha, que para muchos venezolanos está marcada por la palabra libertad.
La mayoría de los asistentes eran adultos mayores, que vestían de blanco –como solicitó la candidata María Corina Machado, también para para diferenciarse de la concentración chavista, con la que estuvieron a una cuadra de encontrarse– y portaban carteles y pancartas que destacaban la defensa de los derechos humanos, la liberación de los presos políticos, la exigencia de salarios dignos para cubrir necesidades básicas; otros, denunciaban que el gobierno actual era de «hambre, vandalismo y represión»; así como de furia bolivariana.
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El Plan Furia Bolivariana
El pasado 18 de enero, el mandatario Nicolás Maduro anunció la creación del «Plan Furia Bolivariana» para combatir supuestas «intentonas golpistas» en cada estado, municipio y barrio del país. «Es un plan cívico-militar para enfrentar cualquier intentona el día que sea, a la hora que sea, se presente como se presente», dijo. Días más tarde, el Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea) alertó que el este representa «una estrategia de intimidación» desde 2020, cuando fue implementado por primera vez ante inicio de la cuarentena por la covid-19.
«Después de la primera mención sobre el Plan Furia Bolivariana, en 2020, se reportaron 57 ataques contra líderes políticos y sociales», reseñó la ONG. Este 23 de enero sedes de partidos de oposición en Mérida y cinco estados más amanecieron vandalizadas y con grafitis de furia bolivariana. Al final del día cuatro dirigentes del partido Vente Venezuela, de los estados La Guaira (Vargas), Trujillo y Yaracuy, fueron detenidos.
«Un hombre, con la mano vendada, salió de la Seguridad Nacional gritando: ‘¡Viva la libertad! ¡Viva la democracia!’. Al verlo una señora lo identificó y dijo: ‘ese es “el Gavilán”, es un esbirro'», recordó el cineasta venezolano Roberto Siso, jubilado de la ULA, quien participó en la movilización de este martes en Mérida, llevaba una camisa que decía: «Llueve y escampa». En el 58 tenía 13 años y vivía a pocos metros de la sede del antiguo organismo de inteligencia policial en San Agustín del Sur, Caracas.
Tanto ayer como hoy hay quienes se disfrazan de demócratas el 23 de enero.
«El pueblo unido jamás será vencido», corearon los asistentes a la marcha encabezada por las autoridades de la ULA –en la que también participó el exalcalde de Mérida Simón Valdez– cuando estuvieron cerca de la concentración convocada por el chavismo, celebrada en la plaza Bolívar.
La movilización de los opositores y de los docentes en Mérida, llegó hasta la plaza El llano, recorrieron más de dos kilómetros, sin inconvenientes ni más gestos intimidatorios.
Este 23 de enero la sociedad civil y docentes de la ciudad de los caballeros salieron a las calles a decir que quieren vivir nuevamente en libertad, a recordar el papel que jugaron los estudiantes y las universidades en la caída de la dictadura de Pérez Jiménez y a exigir, una vez más, salarios dignos; todo esto a pesar de las primeras acciones de la furia bolivariana en 2024, año electoral en Venezuela.