Un aventón hacia el infierno carcelario venezolano, por Ángel Monagas
Twitter e Instagram: @AngelMonagas
En esta función uno se encuentra muchas personas. Unos me escriben. Otros me llaman. Gente buena, y gente con problemas que aprecian nuestro trabajo como útil a su causa.
Hago del conocimiento público, un caso que llegó a mí, por vía del hermano de una víctima del proceso penal venezolano.
Denuncia Nancy, una madre trabajadora.
Tenía una molestia en un seno, temía que fuera algo maligno . Los exámenes eran muy costosos, supo que en el centro médico Los Samanes de Maracay podría hacerlo económicamente.
Ir de Barinas allí, era difícil, el dinero en efectivo era un problema.
Una amiga le presentó a un hombre de fe cristiana.
Nancy le comentó a Ritter Herrera, que necesitaba efectivo para viajar hacia Maracay.
Él ofreció llevarla. Él iba hacia allá por la vía de Apure. Ella aceptó, confiada en su condición religiosa.
Emprenden el viaje en el estado Guárico en el punto de control “Corozo Pando». Un guardia detiene el carro. Ella nota a Ritter muy nervioso.
Nancy jamás imaginó que su vida se iba a convertir en un infierno.
Los guardias al inspeccionar el vehículo, descubrieron un alijo de presunta marihuana.
Los gritos desgarradores de Nancy eran de desespero. Había sido engañada.
*Lea también: ¿Cómo un velero sin rumbo?, por Pablo V. Ojeda P.
Una mujer reconocida del estado Barinas, de buena familia, hija de un conocido odontólogo con doctorado en ULA, poeta, escritor.
Ella madre de una hija hermosa, quien fuera mini Venezuela en Venevisión en el año 1997, veía cómo su vida y su familia se destruye, por culpa de un delincuente , que la usó como su acompañante, era su modus operandi.
Empezó su periplo infernal dentro del Sistema de Justicia Venezolano.
Fue detenida. La fiscalía le decomisó su teléfono personal. Fue enviada al destacamento 342 de la Guardia Nacional en Calabozo estado Guárico. Ahí empezó la tortura…
Fue encadenada de pies y manos como un animal a un poste durante 48 horas, a pleno sol, con sed, calor y moscas verdes en su rostro.
La esposaron 4 meses junto a una mujer acusada de asesinato.
Las mantuvieron descalzas durante cinco (5) largos meses.
El tiempo pasó, hasta que fue trasladada al centro de detención en Guayabal cerca de San Fernando de Apure. Allí duró tres (3) meses, en condiciones infrahumanas. El comandante de ese puesto al estilo nazi, le mando a rapar el cabello a todas las presas como si fuese un campo de concentración.
Dormía en el piso, sin ningún tipo de protección. En el día el calor era sofocante. Las noches frías sin una cobija, rodeada de cucarachas, ratones, bichos y hasta culebras ingresaban al cuarto de hacinamiento. Hacía sus necesidades fisiológicas en bolsas.
Ritter Herrera confesó su delito el año pasado, fue sentenciado a 10 años de prisión.
Nancy fue a juicio a demostrar su inocencia, jamás iba a confesar un delito que no cometió.
En el juicio se presentaron todas las pruebas, testigos, la fiscalía nunca presentó pruebas en contra de ella, hasta desestimó el delito de asociación para delinquir.
La defensa probó que solo iba de cola. Es más, ella cargaba el informe médico donde iba remitida al centro médico. La fiscalía desechó esa prueba, así como los mensajes del celular donde se demostró, que Nancy no tenía ninguna relación con el hecho ni amistad con Ritter.
El lunes 27 de septiembre de este año 2021, fue el acto conclusivo. El juez Cristóbal Jiménez quién lleva el caso, no tomó en cuenta los testimonios de los guardias nacionales que presentó la fiscalía quienes testificaron a favor de Nancy.
El juez y la fiscalía desestimaron el informe médico que lo corroboró. El Plan Cayapa del ministerio de Servicio Penitenciario, que le hizo la prueba médica a Nancy constató que efectivamente tiene un problema grave en el seno.
El juez ya tenía el dictamen en su mano cuando lo leyó: Una sentencia aberrante de 20 años de prisión. Superior al verdadero autor del delito en cuestión.
Hoy Nancy se encuentra en la policía del estado Guárico. Gracias a Dios fue sacada del infierno de guayabal y del destacamento 342 de la Guardia Nacional. La lucha continua para que haya justicia en este caso que ha conllevado al sufrimiento de toda una familia del estado Barinas.
Viene la fase y oportunidad de apelación. Está en manos del tribunal de apelaciones.
Lamentablemente estamos en Venezuela. La familia no tiene recursos económicos ni influencias en el sistema judicial, ni en la política.
La defensa apelará con jurisprudencias que son atenuantes para el beneficio de Nancy.
Su vida ha sido una pesadilla digna de historia de televisión. Una historia triste en un sistema judicial cuestionado.
Por su inquebrantable Fe en Dios, ha sobrevivido en esa cárcel venezolana. Una mujer con valores cristianos. Sus conocimientos médicos los ha puesto a disposición de los privados de libertad.
Esta historia se publica para que las personas puedan compartirla en sus redes sociales, pueda llegar al fiscal Tarek William Saab que revise este caso grotesco de injusticia.
Pueden comunicarse con su hermano 04245229898 José Zarate.
Nancy Coromoto Zárate Moreno cédula 9.382.303, expediente número JP11P20191003 del tribunal de Calabozo estado Guárico.
Ojalá que pueda llegar a los organismos internacionales de los derechos humanos, los cuales han sido violados, pisoteados por el sistema de justicia venezolano.
Pido a mis hermanos del Foro Penal venezolano, al gremio de colegas abogados y en general a todo el que pueda ayudar a esta.
Después de vivir esto, no será nada igual. Su inmediata libertad pudiera ayudarla a ella y a su familia a olvidar y a creer que siempre hay luchadores por los derechos de los más necesitados. De los olvidados.