Un Brasil polarizado elige este domingo #7oct a su próximo presidente
La enorme polarización entre el derechista Jair Bolsonaro y el candidato de izquierda Fernando Haddad hace de éstas las elecciones más reñidas en Brasil en varias décadas
Brasil afronta sus elecciones más inciertas desde que recuperó la democracia en 1985. En un clima tenso por el ascenso de la ultraderecha de mano del exmilitar Jair Bolsonaro y castigada por los estragos causados por los escándalos de corrupción y la crisis económica de los últimos años, la potencia latinoamericana elige este domingo a su próximo presidente.
Bolsonaro, calificado como el «Donald Trump brasileño» y temido por su agresivo discurso contra las instituciones, lidera las encuestas en vísperas de las elecciones y tiene prácticamente asegurado su pase a la segunda vuelta, prevista para el 28 de octubre.
Según los pronósticos, su último escollo para llegar entonces a la presidencia del mayor país de América Latina sería Haddad, heredero del popular expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), pero también lastrado por los escándalos de corrupción de su Partido de los Trabajadores (PT).
De hecho, Bolsonaro aumentó su ventaja frente al izquierdista Fernando Haddad antes de la polarizada elección del domingo y ganaría una eventual segunda vuelta más tarde en el mes, según un sondeo de CNT/MDA publicado este sábado.
El estudio mostró un destacado avance del apoyo a Bolsonaro en los últimos días que, de continuar, le podría dar la mayoría de los votos el domingo, evitando la segunda vuelta el 28 de octubre.
El respaldo a Bolsonaro aumentó al 36,7% desde el 28,2% del sondeo previo, realizado a fines de septiembre. Por su parte, su máximo rival, el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) Haddad, bajó del 25,2 al 24 por ciento.
Sin embargo, tal vez lo más llamativo del reporte es que la cuota de votos válidos de Bolsonaro se disparó hasta el 42,6% desde el 35,3%, acercándole bastante al primer triunfo electoral en primera vuelta en Brasil desde 1998. La cuota de sufragios válidos para Haddad cayó desde el 31,5 al 27,8 por ciento, reseña la agencia Reuters.
El viernes, Bolsonaro pidió a los brasileños que voten por él y le den una victoria en primera vuelta para evitar un balotaje, durante una emisión en vivo por Facebook desde su casa en Río de Janeiro.
El respaldo a Haddad depende de la popularidad de su mentor, el encarcelado expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, que no puede participar en los comicios por una condena por corrupción.
Los otros
En un panorama caracterizado por la abundancia de partidos y alianzas, las candidaturas para elegir al sucesor del conservador Michel Temer para el periodo 2019-2022 se basan sobre todo en la personalización y el arrastre individual.
Además de Bolsonaro y Haddad, el voto de este domingo se divide entre otros seis candidatos, lectorado brasileño se divide entre los que destaca Ciro Gomes, un diputado que goza de prestigio en círculos de izquierda y participa activamente en política desde la década de los 80. Gomes fue ministro de Integración Nacional entre 2003 y 2006 y colaborador de Lula.
También está Geraldo Alckmin, exgobernador de Sao Paulo (2011-2018), quein representa al centroderechista PSDB del expresidente Fernando Henrique Cardoso, uno de los partidos más tradicionales de Brasil.
Por su parte, la exministra de Medio Ambiente (2003-2008) Marina Silva era vista en algunos círculos progresistas como esperanza para devolver la estabilidad al país. Silva, una mujer negra de orígenes humildes, se alejó de Lula por diferencias en la política medioambiental.
Henrique Meirelles, un exbanquero que fue hasta hace poco ministro de Hacienda del Gobierno de Temer, es el candidato por el partido del impopular actual presidente, el MDB.
Aunque sin posibilidades algunas, Guilherme Boulos:, un joven líder de uno de los grupos sociales más influyentes de Brasil, el Movimiento de los Trabajadores Sin Techo, uno de los políticos emergentes de la izquierda, busca consolidar su figura; algo que también busca Cabo Daciolo, del pequeño partido conservador Patriota.