Un millón 600 mil carros parados muestra el efecto de la crisis en el sector automotriz
Las colas de vehículos en las llamadas «horas pico» prácticamente desaparecen en Venezuela. La realidad económica golpea a otro sector comercial cuyas ventas, producción y ensamblaje han caído drásticamente.
La falta de repuestos y los altos precios de los mismos llevan a los venezolanos a estacionar obligatoriamente sus carros. El proceso hiperinflacionario que cercena de manera importante el poder adquisitivo de la población, disminuye además las posibilidades de comprar los pocos vehículos que aún se importan, puesto que el ensamblaje ya poco se hace.
Omar Bautista, presidente de la Cámara de Fabricantes Venezolanos de Productos Automotores (Favenpa) informó que el parque automotor venezolano cuenta con 4 millones 163 mil de vehículos, de los cuales se calcula que 40% se encuentra inactivo. Destaca que entre las principales razones del importante número de unidades paradas obedece a la falta de repuestos.
«Muchos opinan que el porcentaje de autos paralizados es mucho mayor, pero en la Cámara el estimado es de al menos 1 millón 600 mil autos parados en talleres mecánicos, estacionamientos y en las calles del país», dijo
Señaló que un gran porcentaje de estos autos parados se debe a la caída del mercado productivo de partes y autopartes, por la falta de divisas otorgadas por el gobierno para nuevos inventarios en comercios y tiendas, además de la hiperinflación que hace imposible para muchos la adquisición de repuestos básicos o la cancelación de mano de obra para reparar los vehículos. «Los precios pueden cambiar cada vez con mas rapidez».
Resaltó igualmente que la contratación de una póliza de seguros para automóviles se ha vuelto mas costoso, por lo que muchos venezolanos prefieren no realizar este gasto. «Se ha llegado al punto en el que los venezolanos no movilizan sus autos por no tener medios para cancelar las cuotas de los seguros».
El presidente de Favenpa reveló que un gran porcentaje de estos vehículos fuera de circulación, son unidades de transporte público y camiones de carga pesada, lo que afecta directamente la movilidad de los usuarios hacia su lugar de trabajo o a su vivienda, así como el transporte de bienes.
«Hay que tener en cuenta que en nuestro país todo se mueve sobre ruedas. Para esta fecha en 2017, las estadísticas de Favenpa era de 22% de carros parados, es decir, prácticamente duplicamos esta cifra en un año», apuntó.
El sector presenta una caída en sus ventas de 41% durante este año frente al 2017, y ha sido muy poca la participación de empresas de autopartes en las subastas del Dicom para obtener divisas a tasa oficial.
“Se han adjudicado unos 165.000 dólares entre las cuatro pequeñas empresas afiliadas a las cuales se les ha dado acceso a divisas en todo el 2018, a diferencia de las también pocas 35 empresas del 2017 a las cuales se le adjudicaron unos 8 millones de dólares y sigue siendo una cantidad baja, ya que en un año normal se puede requerir de hasta 30 millones de dólares mensuales para mantener activo todo el sector».
Afirmó Bautista que con el nuevo esquema de subasta del Dicom es más complicado la participación de las empresas.
Recalcó además que los bancos corresponsales no han podido transferir a los proveedores internacionales un monto por $600.000 que se adjudicaron en 2017 a las empresas del sector. Explicó que las empresas perdieron el crédito internacional debido a que Cencoex, mantiene 2.000 solicitudes pendientes desde hace mas de cuatro años por $406 millones.
«El volumen de compras se redujo sustancialmente y ahora tenemos que pagar de contado a los proveedores foráneos para el despacho de la mercancía», dijo.
Destacó que en el ultimo año, cinco empresas han cerrado operaciones, pero aún se encuentran 61 empresas afiliadas a Favenpa. «Aún tenemos un tejido industrial de fabricación muy importante con alta capacidad gerencial y productiva, un sector que llegó a exportar $260 millones en el año 2004, lo que da una prueba de la competitividad de nuestros productos y que con mejores condiciones creemos que a corto plazo podemos reactivar la producción de autopartes».
Menos producción, menos ventas
Venezuela llegó a tener importantes ensambladoras internacionales y hasta exportó vehículos, pero en la última década muchas de ellas se han ido y ahora la producción es prácticamente cero.
Cifras de la Cámara Automotriz de Venezuela (Cavenez) muestran que en el pasado año se lograron vender apenas 2.479 vehículos nuevos, una cifra insignificante si se compara con las unidades vendidas en 2012 de 130.553. De acuerdo con fuentes del sector, la capacidad de ensamblaje de las empresa es de 270.000 automóviles anuales.
Entre las ensambladoras, Toyota sigue batallando con la crisis económica, mientras que Ford, FCA (antigua Chrysler), General Motors, Iveco y MMC Automotriz han paralizado operaciones. De hecho, General Motors, que fue la mayor productora venezolana, cesó definitivamente sus operaciones en el país.
Entre enero y abril de 2018, el sector vendió 715 vehículos, lo que representa una caída de 48,4% con respecto a la cantidad vendida en el mismo período en 2017. Un total de 238 vehículos se importaron en el cuatrimestre, mientras que la exportación cumplió 107 meses en cero. Desde mayo de 2009 no se han exportado automóviles.
En cuanto al inventario total de la industria automotriz venezolana, hasta abril de este año se ubicaba en 1.237 unidades.
«La única manera en que pueda reparar mi carro o comprar otro, es ganando un sueldo en dólares, porque mi salario en bolívares se lo come la hiperinflación. Más bien estoy viendo en cuánto puedo venderlo en dólares, ya que planeo irme del país «, afirmó Gonzalo Gutiérrez, ingeniero en computación de 42 años.
En 2015 el Gobierno permitió a las ensambladoras vender los vehículos en divisas y para ello los clientes pueden cancelar en dólares una parte del precio estipulado, para que estos recursos pudieran ser destinados a la importación de materia prima e insumos. Pero esta alternativa es posible para unos pocos ya que 93% de la población obtiene ingresos en bolívares. Igualmente, con la medida se intentaba reactivar a la industria pero la realidad es que se encuentra en sus niveles más bajos de producción.