Un siglo de historia, por Jesús Elorza
Twitter: @jesuselorza
En el año 1921, el hogar de la familia Alvarado, ubicado en la carrera 4 # 2-30 de Barquisimeto, se vio bendecido con la llegada de un nuevo hijo que, días después fue bautizado con el nombre de Héctor Vinicio.
Durante su infancia, Héctor mostró una peculiar atención por montar bicicleta y vio coronado su infantil deseo cuando sus padres, como regalo navideño, le dieron una bicicleta. A partir de allí, su movilidad era montado en ella: para ir a la escuela, para hacer los mandados y para pasear con sus amigos en rutas cada vez más largas. Y fue fortaleciendo su estilo y su espíritu competitivo en eventos del barrio o escolares.
Como era de esperarse, no aguantó las ganas y a los 17 años se inició en el ciclismo al inscribirse en el «Club CCD Diamante» el 23 de octubre de 1938, dando así comienzo a su actividad atlética en la disciplina de las bicicletas y velódromos.
Gracias a su tenacidad y esfuerzo permanente en los entrenamientos formó parte de la selección nacional y, representando al país en el Campeonato Suramericano celebrado en Montevideo Uruguay en 1941, alcanzó el subcampeonato en su especialidad. A partir de ese debut internacional en eventos sucesivos logró dejar en alto la representación de Venezuela:
-Campeón de las Antillas en los años 1943, 44 y 45
-Campeón Centroamericano y del Caribe en Colombia en el año 1946.
-Campeón Bolivariano en Lima, Perú en el año 1947.
-Medalla de Bronce, Panamericanos, Argentina 1.951.
Después de los Panamericanos, decide retirarse como ciclista activo y transitar un nuevo camino en su deporte preferido, ser entrenador deportivo. Para logar esa nueva meta, se inscribe en la Escuela Nacional de Entrenadores Deportivos ENED y allí logra alcanzar el título respectivo. Hecho este que lo lleva a una nueva experiencia ahora en el campo de la docencia deportiva en su trabajo como entrenador para contribuir en la formación integral de los jóvenes aspirantes a ser ciclistas.
Se incorpora como Entrenador Nacional al servicio del Instituto Nacional de Deportes IND, a partir del año 1961. Durante 25 años ininterrumpidos estuvo en el día a día dando sus mejores esfuerzos para lograr alcanzar con los atletas a su cargo los mejores logros posibles a nivel nacional e internacional.
*Lea también: El plano vertical, por Mercedes Malavé González
Mención especial merece el papel de Héctor en las luchas gremiales del Colegio de Entrenadores Deportivos de Venezuela (CEDV) por alcanzar mejoras laborales en su campo de trabajo. Siempre estuvo a la vanguardia de las acciones gremiales, llevando un mensaje de estímulo y a no decaer en las justas luchas sociales emprendidas en su momento.
En 1975, estuvo presente en las jornadas de huelga que se llevaron a cabo en todo el país, que culminaron con una huelga de hambre en las instalaciones que durante años vieron el trabajo de Héctor, el velódromo «Teo Capriles» de Caracas. La lucha por un deporte mejor estará siempre vinculada a las luchas por una sociedad mejor.
Hoy, a 46 años de esa gesta gremial, sigue en el pensamiento de los entrenadores, jubilados o activos, el papel que desempeñaron los hombres y mujeres que levantaron el espíritu de lucha por la dignidad del entrenador deportivo y allí estuvo Héctor.
Muchas han sido las distinciones recibidas que resaltan la profundidad de Héctor Vinicio, no solo como atleta sino también como entrenador y dirigente. Entre otros, destacan los siguientes:
-El velódromo de Barquisimeto fue bautizado con su nombre en octubre 1971.
-Orden al Mérito Deportivo 1976-78.
-Exaltado al Salón de la Fama del Deporte Nacional y larense 1986.
-Orden «General Jacinta Lara» 1987-88.
-Hijo Ilustre de Barquisimeto 1995.
-Pedal de Oro como pionero del ciclismo venezolano 2007.
Más allá de tan importantes y merecidos reconocimientos, hay dos hechos particulares que sobresalen en este siglo de historia de Héctor Vinicio Alvarado: la fundación de la Escuela Central de Ciclismo, en Barquisimeto el 25 de julio de 1976, la cual se mantiene hoy activa con niños y adolescentes, formando ciclistas de alto rendimiento que han representado exitosamente al país en innumerables eventos internacionales. Y el título de «maestro» que sus alumnos, padres, representantes, comunidades, colegas entrenadores y dirigentes deportivos le han concedido por su integral labor en el campo deportivo, familiar y gremial.
Un siglo de historia marca la trayectoria del maestro Héctor Alvarado. No solo es importante la cantidad de años vividos sino también la calidad y el trabajo desarrollado y aquí podemos decir que es invalorable el camino recorrido por él.
Jesús Elorza es Licenciado en Educación, profesor en la UPEL
TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo