Una luz de esperanza, por Gioconda Cunto de San Blas
X: @davinci1412
«Rien» (en español: «Nada») fue la entrada del rey de Francia Luis XVI en su diario de caza, la víspera de la toma de la Bastilla (14 de julio de 1789), ignorante de los graves sucesos que se cocinaban en las calles de París y que acabarían con el absolutismo del Antiguo Régimen, en un evento histórico que marcó el devenir político y social de Occidente desde entonces.
«Nada, no hubo nada, no ocurrió nada ese domingo»…Negar la evidencia es en esencia la respuesta que los obsecuentes magistrados del tribunal supremo de (in)justicia (TSJ), actuando en representación de nuestro particular «ancien régime», dan a la impecable jornada del pasado 22 de octubre llevada adelante por la Comisión Nacional de Primaria, bajo la coordinación del abogado constitucionalista y profesor universitario Jesús María Casal, en la que 2,5 millones de venezolanos depositamos nuestros votos en ratificación de nuestra decisión de respaldar la vía democrática de selección del candidato opositor a la elección presidencial de 2024, evento que genera en nosotros profundo agradecimiento y que derivó en el reconocimiento de María Corina Machado como la ganadora indiscutible del día.
No voté por ella. Pero, fiel a mi compromiso unitario, la felicito por su triunfo y me comprometo a trabajar en conjunto con la Unidad para aportar mi grano de arena en llevar este barco a buen puerto, con el anhelo de volver a la senda de progreso, democracia y libertad de la que nunca debimos apartarnos.
No entraré a discutir los detalles de la sentencia de marras porque eminentes juristas y la Academia de Ciencias Políticas y Sociales la han argumentado con propiedad. Sí mencionaré que dicho mamotreto viola la cláusula primera del acuerdo parcial sobre la promoción de derechos políticos y garantías electorales para todos, firmado entre el régimen y la Plataforma Unitaria de Venezuela el 17 de octubre pasado, y que reza textualmente: «Las partes reconocen y respetan el derecho de cada actor político de seleccionar su candidato para las elecciones presidenciales de manera libre y conforme a sus mecanismos internos, atendiendo a lo establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la ley».
¿Cómo se da por no efectuado el evento electoral masivo del domingo 22 de octubre, según exigen los genuflexos magistrados del TSJ en sentencia írrita? ¿Cómo se penaliza lo inexistente? ¿Podríamos decir que tampoco el jueves 19 de abril de 1810, el viernes 5 de julio de 1811 o el jueves 23 de enero de 1958 hubo nada digno de ser recordado para la posteridad? ¿Podemos presumir que a tenor del poeta Andrés Eloy Blanco, lo que vivimos y presenciamos el 22 de octubre fueron «vapores de la fantasía»? ¿O más bien, que tras un cuarto de siglo de desventura «revolucionaria», fue la expresión inequívoca de una inmensa población cansada de tanta miseria? No hubo tal jornada opositora, decretan ellos en su desvarío.
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No se habían terminado de contar las papeletas cuando ya el régimen comenzaba a regar vitriolo y protestar por el «fraude» dominical en un evento que no era suyo. Un régimen conocido por su falta de escrúpulos para el manejo de la cosa pública se ponía exquisito a la hora de calibrar una iniciativa privada de ciudadanos decididos a contarse para escoger un candidato de oposición por el mecanismo electoral. Comprobaron así que el volumen de votantes, compuesto en su mayoría por el pueblo llano que alguna vez fue suyo, hoy en rebeldía callada, superaba con creces las previsiones más optimistas del sector opositor.
Depositar una sencilla papeleta de votación luego de hacer una pacífica cola bajo sol o agua, ante improvisados centros de votación, se convirtió en el más duro cuestionamiento a una vida de sinsabores «revolucionarios», como narra @sergioantillano en su sentido texto «La fuerza de un anhelo», al tiempo que @riosdefrente en sabrosa ironía refería cómo se habían desbordado «…los votantes de la oligarquía de Carapita, de la burguesía del Guarataro, de la élite de Antímano, los imperialistas de Casalta…».
La pérdida del apoyo popular les dolió. Esa y no otra fue la fuente de la que se nutrió la ira de los personeros gubernamentales.
De allí a subir el tono para montar una investigación penal por presunta usurpación de identidad, de funciones electorales y asociación para delinquir durante la organización de las elecciones primarias opositoras había solo un paso. Y lo dieron. Allí están, afanados en levantar expedientes amenazantes por doquier.
Tocará ahora no dejarnos envolver por las emociones y más bien, dar paso a la razón, al análisis, para encaminar nuestros próximos pasos con serenidad y firmeza, sin salpicarnos del pantano en que chapotean quienes no se reponen de la paliza del 22 de octubre de 2023, una fecha imborrable en el calendario opositor.
Gioconda Cunto de San Blas es Individuo de Número de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales. Investigadora Titular Emérita del IVIC.
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