Una Venezuela sin taladros verá el impacto en la producción de crudo en meses
Se pudo conocer que el último de los taladros de perforación de pozo en Venezuela perteneciente a la empresa Petropiar cerró operaciones este martes 21 de abril
El panorama para el sector petrolero en Venezuela es desalentador. Luego de una serie de eventos que afectan a la industria, las consecuencias para el país serán devastadoras por ser especialmente este rubro el principal motor de la actividad económica.
Esta semana se conoció del cierre de operaciones de todos los taladros de perforación de petróleo en Venezuela, lo cual tendrá un impacto en la producción en un plazo de seis meses. Expertos advierten que reactivar un taladro de perforación en el futuro suele ser más costoso.
«Una vez que un taladro perfora un campo empieza a fluir el crudo y queda un pozo productor, se puede tener producción sin taladro pero se debe taladrar nuevamente para no dejar caer la producción. Al quedarse Venezuela sin taladros podría generarse un impacto en la producción en los próximos meses», explica Antero Alvarado, director regional de Partner in Gas Energy.
De acuerdo a informaciones suministradas por varias fuentes, el martes 21 de abril dejó de operar el último taladro de perforación de petróleo que quedaba activo en el país. En los campos petroleros también se encontraban activos varios taladros de rehabilitación o de recuperación de pozos, pero éstos también fueron paralizados.
Desde hace unos años, las empresas de servicios proveedoras de estos equipos disminuyeron paulatinamente su uso, debido a la menor inversión de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) en los campos, lo que se tradujo en menos producción.
«Ya es oficial: no existe un solo taladro perforando en Venezuela», acotó una fuente que señala que el último equipo de perforación que paralizó operaciones se encontraba en uno de los campos pertenecientes a la empresa mixta Petropiar.
Otras fuentes informaron que este taladro es propiedad de la empresa Nabors Drilling International Limited, que le provee servicios de perforación a Petropiar, la cual es 30% de la petrolera norteamericana Chevron y 70% de Pdvsa.
«Es la primera vez en 100 años que no hay un solo taladro funcionando en el país, que fue primer exportador de petróleo del mundo (1925-1970) y hoy tiene las más grandes reservas (de crudo)», escribió recientemente en sus redes sociales el economista Orlando Ochoa, al advertir que en marzo cesaron operaciones unos cuatro taladros.
Este martes, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento de Tesoro de Estados Unidos extendió hasta el próximo 1° de diciembre, la licencia para permanecer en Venezuela a Chevron y a las empresas de servicios Halliburton, Schlumberger, Baker & Hughes y Weatherford.
Sin embargo, este permiso trajo fuertes restricciones para las compañías norteamericanas, las cuales no podrán ejecutar operaciones, entre ellas, perforar pozos, vender y comprar petróleo o productos derivados del crudo o transportarlos.
Chevron dijo en un comunicado dado a conocer por la agencia Bloomberg que continuará cumpliendo con las leyes y regulaciones aplicables en relación con las actividades que está autorizado a realizar en Venezuela.
«Seguimos comprometidos con la integridad de nuestros activos de empresa conjunta, la seguridad y el bienestar de nuestros empleados y sus familias, y los programas sociales y humanitarios de la compañía durante estos tiempos difíciles», señaló la empresa.
Esta medida del gobierno de EEUU se suma a los problemas de la industria petrolera, afectada por la disminución de las inversiones, la paralización de refinerías por falta de mantenimiento, la salida de personal altamente capacitado, la expropiación a empresas petroleras (Exxon Mobil y ConocoPhillips, entre otras) durante la gestión de Hugo Chávez, las erradas políticas petroleras y hechos de corrupción, las sanciones y caída de los precios del petróleo en los mercados internacionales.
Pero también en 2020 la cuarentena que ha paralizado actividades en casi todo el mundo, para evitar la propagación del coronavirus, hundió la demanda de petróleo y de los precios. Situación que afecta principalmente a los países productores de crudo.
El declive
Según el último informe mensual de la empresa de servicios norteamericana Baker & Hughes, el número de taladros reportados en diciembre de 2019 fue de 25 unidades por sexto mes consecutivo, de los cuales 23 son de petróleo y dos de gas.
La tendencia durante el año 2019 fue a la baja, iniciando en enero con 27 unidades para después pasar a 22 unidades en marzo, con una caída del 14%.
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Posteriormente aumentó a 25 unidades en julio y a partir de ahí se mantuvo en el mismo número de equipos de perforación hasta finales de 2019. Comparado con diciembre de 2018, esto presentó una diferencia de dos unidades menos.
«La actividad de perforación en los últimos años ha tenido una importante incidencia en la disminución de la producción del país. Comparando el nivel de taladros y la producción de crudo de 2019 respecto a 2014, se evidencia una caída de 67% en el número de taladros operativos y una caída en la producción«, se indicó en un informe de la Comisión de Energía y Ambiente del Instituto de Estudios de Administración (IESA).
Se destaca en el documento que la tendencia a la baja en los equipos de perforación durante cinco años consecutivos, es un indicador importante que está también relacionado a los bajos niveles de inversión que se realiza en la industria petrolera y por ende se manifiesta en la necesidad de atraer nuevos capitales para poder recuperar la producción petrolera.
En el reporte de marzo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Venezuela produjo 660.000 barriles diarios (b/d ), lo que significó una caída de 880.000 b/d con respecto al cierre de 2019. Las cifras de abril muy posiblemente lleguen a unos 440.000 b/d, según han calculo varios expertos.