Unión Europea mantiene su desafío diplomático a Maduro
Miraflores busca asustar a las naciones del viejo continente al expulsar al embajador alemán en Caracas, bajo supuestos aplicables a los representantes de otros Estados europeos. Pero allá desconocen su autoridad y mantienen la presión, abriendo las puertas a los enviados de Juan Guaidó
A la expulsión ordenada por Nicolás Maduro del embajador alemán en Venezuela, Daniel Martin Kriener, declarado como persona non grata por «recurrentes actos de injerencia en los asuntos internos del país», el ministro de Exteriores Heiko Maas ha respondido ratificando que su gobierno continuará reconociendo a Juan Guaidó como el legítimo presidente encargado del país latinoamericano y apoyará su llamado a realizar elecciones libres.
Kriener tomará rumbo a Berlín pero no atendiendo a la expulsión sino debido a un “llamado a consultas” de su cancillería, una manera de no reconocer la autoridad de Nicolás Maduro. Antes de irse, un último desafío a Maduro: se reunió con Juan Guaidó para notificarle su partida e informarle que la embajada en Caracas queda bajo la autoridad de la encargada de negocios, Daniela Vogl.
El diplomático se va luego de recibir en el aeropuerto internacional de Maiquetía, junto a otros 12 embajadores, a Guaidó para evitar que fuera arrestado a su regreso a Caracas. Además, llevó el caso de Billy Six, un periodista alemán preso en Venezuela y acusado de terrorismo, anunció ayuda humanitaria a solicitud del parlamento y no acudió a la toma de posesión de Maduro para una segunda legislatura.
Son acciones compartidas con los representantes de otras naciones europeas presentes en Venezuela. En Caracas, solo 12 Estados miembros de la UE tienen embajada: Alemania, España, Francia, Países Bajos, Reino Unido, Rumania, Portugal, Polonia, Bélgica, Austria, Grecia e Italia. Otros tienen solo representación consular, y algunos más delegan sus asuntos en oficinas ubicadas en capitales de países vecinos.
Pero las posturas en medio de la crisis venezolana han sido en bloque. Por eso, la respuesta este jueves fue así. “Lamentamos el hecho de que el embajador alemán en Venezuela se vea obligado a abandonar el país en un contexto político tenso y complejo (…) la UE espera que se reconsidere la decisión”, dijo en rueda de prensa la vocera Maja Kocijancic desde Bruselas.
El canciller de Maduro, Jorge Arreaza, replicó afirmando que Venezuela “espera que la Unión Europea recupere el equilibrio y reconsidere sus posiciones de permanente interferencia en nuestros asuntos internos, su clara alineación con la estrategia de agresión de Washington y su apoyo a los actos inconstitucionales de la oposición extremista”.
Julio César Pineda, exembajador venezolano y analista internacional, cree que Maduro busca asustar, inquietar o disuadir a otras naciones sobre su actitud hacia su propio régimen. “Pudiera venir ahora un torrente de declaraciones similares hacia otros embajadores, expulsiones incluso” que busquen presionar para que los demás gobiernos no continúan su manifiesto apoyo a Guaidó. Entre los que más actividades públicas tienen, están el francés Romain Nadal y el español Jesús Silva.
Pero es una estrategia que pudiera no darle resultados. Este jueves, Francia le dio la bienvenida a Isabella Zubillaga, como representante diplomática nombrada por la Asamblea Nacional a solicitud de Guaidó.
En París continúa activa la embajada venezolana, encabezada por el embajador Héctor Michel Mujica y por la ministra consejera Glenna Cabello, hermana de Diosdado Cabello, el número dos del chavismo y presidente de la asamblea constituyente.
En Alemania todo está dispuesto para reconocer como embajador de Guaidó a Otto Gebauer. Así ha ocurrido en otros países, como los latinoamericanos integrantes del Grupo de Lima. En la mayoría de ellos no había embajadores sino encargados de negocios. Por ello, aceptar a un diplomático “de la oposición” no sería problema.
Caso distinto a lo ocurrido, por ejemplo, en Costa Rica o en Francia. “Ahora hay una dualidad. Es algo sin precedentes que dos presidentes manden sus embajadores. Es algo insólito y nuevo. La diplomacia clásica y tradicional puede estar confundida”, opina Pineda.
A juicio del diplomático, Maduro está optando por aislarse ante el mundo occidental, y solo mantener relaciones con instituciones multilaterales, como las Naciones Unidas –donde la burocracia chavista es reconocida como la oficial–. De allí que Arreaza mantenga reuniones con Michelle Bachelet, Alta Comisionada de DDHH, y participe en las sesiones a las que es convocada Venezuela.
«Hay que distinguir las relaciones bilaterales de las multilaterales. En las últimas, Maduro sigue reconocido. Ellos se mueven más en los organismos multilaterales. Esto hace que sea una situación novedosa», detalla Julio César Pineda.
La embajada alemana quedará, por ahora, con un encargado de negocios y otros altos diplomáticos, tomando en cuenta que con ese país no hay ruptura de relaciones. En cambio, con Colombia y Estados Unidos sí. En ninguno de los casos había embajador en Caracas, pero Bogotá sí llamó a sus cónsules en Venezuela.
La representación de Washington se ha disminuido al mínimo a pesar del ultimátum que dio Maduro para que todo el personal diplomático abandonara el país. Pero la oficina se mantiene activa y hasta beligerante, no solo acompañando actos formales de la Asamblea Nacional y Juan Guaidó sino velando por la integridad de ciudadanos estadounidenses como los periodistas Jorge Ramos o Coddy Weddle, ambos arrestados y luego deportados.