Urge repensar los conceptos de ética y moral, por Rafael A. Sanabria M.
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En la algarabía de estos últimos días del año pude apreciar que la ética y la moral están de moda. A su alrededor se tejen imaginarios, creencias, calificativos y afirmaciones que hablan en su nombre, sin conocerse a ciencia cierta cuál es la significación que se tiene de la ética o a cuáles códigos morales hacen referencia. Hace un tiempo era un discurso de filósofos para filósofos, de los sacerdotes para los feligreses, hoy se ha convertido en un tema cotidiano y de preocupación en espacios públicos y privados.
Bien vale la pena iniciar el artículo definiendo los conceptos de ética y moral:
La moral es un conjunto de normas que actúan desde el exterior o desde el inconsciente, una motivación extrínseca a la conciencia del sujeto en cambio la ética influye en la conducta de una persona, pero desde su misma conciencia y voluntad.
Es importante comenzar reconociendo la incidencia de las grandes iniciativas del siglo XX y XXI, derivadas de los avances de la ciencia y la tecnología. Asistimos a fenómenos inéditos que cuestionan de una manera radical la ética y la moral tradicional, tales como la objetivación del sujeto, la banalización del mal, la globalización, el consumismo, el individualismo, la proliferación de medios masivos de comunicación, la reconfiguración de la autoridad, la atomización de credos, los inventos tecnológicos, las nuevas categorías en valores y principios, el surgimiento de la libertad y la responsabilidad, el todo se puede con relación al cuerpo y a la ciencia.
De otra parte, surgen factores culturales y sociales como la muerte sistemática de las masas, la concepción del hombre como materia prima derivada de la industrialización y la sociedad de consumo, los grandes movimientos rebeldes de los años sesenta y con ello el surgimiento del concepto de juventud y las grandes invenciones del siglo pasado como la bomba atómica, la globalización, los medios masivos de comunicación y la realidad del consumo.
Estas creaciones han generado cambios en las acciones de los sujetos, en sus creencias y convicciones, en la forma de asumir la responsabilidad consigo mismo y con los demás, en la manera de vincularse con los otros y con los objetos, en el cumplimiento de las normas y las leyes en las que se han promulgado los derechos humanos, el libre desarrollo de la personalidad, los derechos de los niños y las libertades sexuales; factores estos que influyen en las elecciones en las que el sujeto puede tomar diversas opciones haciendo uso de su libertad. Igualmente, el respeto por los otros y la aceptación de los límites se han modificado.
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Es de esta manera los conceptos de la ética y la moral resurgen con ímpetu. La ética y la moral son el remedio para esta sociedad desorientada y corrupta, es la creencia actual. Pero, ¿es claro el concepto de la ética? ¿Los sujetos que apelan a ella como remedio para los males actuales tienen claro a qué se refiere? ¿Cuál es el imaginario que gira en torno a este significante casi tan antiguo como la humanidad misma?
En este mismo orden de ideas, Lipovetsky pregunta si el siglo XXI será ético o no será, (2002, p. 9). Hay un forcejeo de la cultura en la medida en que existe una oscilación entre extremos: mayores sanciones versus mayores libertades. Prevalece una tensión entre posiciones opuestas frente a diversos temas que se refieren a la forma de vivir: la sexualidad, la libertad, el desarrollo de la personalidad, el respeto, los derechos desde una posición individualista responsable y una irresponsable.
A manera de reflexión se ha debilitado la ética y la moral, la responsabilidad y corresponsabilidad han desplazado su lugar por el cumplimiento de mandatos del otro para agradar y ser aprobado; la sociedad de consumo ha logrado absorber el sujeto en algunas de sus dimensiones.
La libertad, tantas veces invocada, pero ausente en los decires del colectivo y en muchos casos totalmente tergiversada. Sin duda alguna vivimos en una sociedad donde se echan a un lado los valores y la integridad, por ello es indispensable que cada uno de los seres humanos coloque en práctica los valores que ha aprendido a lo largo de su vida en este episodio histórico que vivimos donde cada cual quiere hacer su norma o su ley que le beneficie.
Rafael Antonio Sanabria Martínez es profesor. Cronista de El Consejo (Aragua).
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