Urgen iniciativas de integración efectiva para migrantes venezolanos en países de acogida
Sergio Contreras, presidente de la ONG Refugiados Sin Fronteras, denunció que existen actores como la Cancillería venezolana que impulsan una «narrativa que busca que los países que puedan otorgar protección internacional (a los migrantes venezolanos), que puedan reconocerlos como refugiados, no lo hagan»
La ONG Un Mundo Sin Mordaza presentó su más reciente informe sobre la migración venezolana en el que afirmó que «urgen iniciativas de integración efectiva para migrantes venezolanos en países de acogida», pues estos siguen saliendo de sus fronteras con necesidades de protección internacional y en busca de mejores oportunidades de vida.
Ana María Diez, presidenta de Coalición por Venezuela y encargada de presentar el estudio, explicó que, pese a que hay actores en otros países, incluidos políticos, que «buscan criminalizar la diáspora venezolana» y que quieren sentar bases para generar competencias con los ciudadanos de esas naciones —que en la mayoría de los casos están desatendidos—, «no existe ninguna prueba de que la integración (de los venezolanos) sea una deuda adquirida para las naciones».
Añadió que muchos de los venezolanos que han emigrado en los últimos meses están en un proceso de «reemigración»; es decir, en busca de una tercera nación para asentarse con su familia. Expuso Diez que son personas que estaban en un país y se van a otro —casi siempre— con retornos asistidos: «Venezuela es una puerta giratoria, los deportados regresan, venden lo poco que tengan, buscan a su familia y se van a otro país», afirmó.
La representante de Coalición por Venezuela insistió en recordar que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) ha hecho énfasis que en la población migrante debe verse «las oportunidades y no las narrativas destructivas para encontrar soluciones integrales que atiendan la causa raíz de la situación venezolana».
Por su parte, Sergio Contreras, Presidente ONG Refugiados Sin Fronteras, recordó que la migración venezolana es la segunda más grande del mundo y la mayor de América Latina, y aunque reconoció que las realidades de los distintos países receptores de migrantes venezolanos no son las mismas y que los procesos migratorios no son estandarizados, consideró necesario que los actores que generen políticas públicas con los insumos necesarios «para poder hacer el trabajo que se necesita».
Contreras también denunció que existen actores como la Cancillería venezolana que impulsan una «narrativa que busca que los países que puedan otorgar protección internacional (a los venezolanos), que puedan reconocerlos como refugiados, no lo hagan».
Sin embargo, resaltó que los principales actores del mundo que trabajan la migración «incorporan la realidad venezolana como inminente, que hay que atender y que hay que generar políticas públicas que permitan atender esa crisis y lo que la causa».
En este sentido, Ana María Diez sostuvo que son imperativas «iniciativas de integración efectivas para evitar pérdidas de vidas en pasos peligrosos como el Darién, frontera norte de México y Centroamérica».
Los defensores de derechos de los migrantes venezolanos solicitan que las intervenciones por parte de los gobiernos de los países receptores de migrantes venezolanos «estén alineados con los derechos humanos, que sean estrategias regionales, con el foco en la protección de las personas», insistió Ana María Diez.
Contreras celebró las acciones de la Organización de Estados Americanos (OEA) por la migración venezolana, pero dijo que aún «se pueden estandarizar algunos criterios para toda América Latina y hasta Centroamérica» y que haya criterios que se puedan aplicar en la Unión Europea.
De acuerdo con la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4v), la cantidad de venezolanos refugiados y migrantes en el mundo es de 7.7 millones; sin embargo, los estudiosos del tema estiman que la cifra ya superó los ocho millones de personas.
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