Uruguay: De la dictadura a la democracia, por Juan D Villa Romero
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Uruguay es una nación que ha instrumentado una política exterior moderada hacia nuestra Venezuela, tanto con el expresidente Tabaré Vásquez (Centro-Izquierda), como con el nuevo mandatario Luis La Calle Pou (Partido Nacional/Centro-Derecha).
Es bueno revisar la compleja transición política que experimentó durante el siglo pasado ese país hermano.
En 1973, se instauró una dictadura cívico militar, por ende, comienzan las persecuciones, enjuiciamientos y encarcelamientos de todos los dirigentes de las fuerzas políticas que se oponían a ese régimen abominable. Esa dictadura arremetió brutalmente contra los partidos Unión, Nacional, Colorado, así como también contra la guerrilla urbana Tupamaro con sus principales líderes: Mauricio Rosencof, Eleuterio Fernández y el expresidente José “Pepe” Mujica, quienes permanecieron injustamente presos por 12 años.
Las Fuerzas Armadas y de Orden de ese país tenían el control de casi todas las instituciones. Para terminar de consolidar el sistema autoritario convocan a un plebiscito en 1980, con el objetivo de aprobar una nueva constitución que les otorgaría mayores facultades para seguir manipulando la política a su antojo.
Los partidos políticos de oposición decidieron participar a pesar de no contar con las condiciones y garantías.
De hecho, en los medios oficiales, a la oposición no se le permitió ni un solo espacio, por lo que les tocó la ardua tarea de emplear una campaña boca a boca. Incluso, por el miedo a represalias, se privaron de hacer actos de masas.
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El Partido Nacional, del actual presidente Luis LaCalle Pou, organizó un acto simbólico en un cine de Montevideo. Toda la gente que se quedó afuera fue brutalmente agredida por policías y miembros de las Fuerzas Armadas.
El día de las elecciones, los militares estaban convencidos de que iba a ganar el SÍ, por lo que permitieron televisar el conteo de votos. El resultado fue que salieron derrotados con el 53% de los votos.
Inmediatamente comenzó un proceso de negociación, donde se inició un proceso de transición en el que, a pesar de continuar en el poder los militares, hubo liberación de presos políticos, restitución de garantías y 4 años después (1984), convocaron elecciones presidenciales, donde resultó electo Julio María Sanguinetti del partido Colorado, recuperándose la democracia, lo que conlleva a que rápidamente se aprobara, en febrero de 1985, una Ley de Indulto en la que todos los presos políticos fueron liberados.
Sin embargo, la amnistía no fue directa para quienes habían sido condenados. A estos se les excarceló provisionalmente, llevando a cabo una revisión de sus sentencias, en aras de hacer justicia.
Otra problemática que se debió encarar fue la validez de las leyes aprobadas por el Consejo de Estado, organismo inconstitucional –similar a «la ANC» que hoy tenemos en Venezuela– y que existió durante toda la dictadura que sufrió ese país hermano. Como se entendió que la mayoría de esas leyes habían creado múltiples relaciones jurídicas de gran complejidad, el nuevo Parlamento aprobó una Ley de Convalidación de los Actos del Gobierno de facto.
Dos años después, se dicta la Ley de la Caducidad de la Pretensión Punitiva de Estado, que consagraba la impunidad de los delitos de violación de los derechos humanos y de terrorismo de Estado durante la dictadura (1973-1985).
Esta Ley fue llevada a referéndum en el año 1989, por solicitud de más del 25% de la ciudadanía uruguaya, en la que el 57% del pueblo uruguayo ratificó con su voto la validez de la Ley de Caducidad.
Los gobiernos subsiguientes se resistieron a intervenir en materia de juicios a violadores de derechos humanos. No obstante, el presidente Jorge Batlle instaló en el año 2000 la Comisión para la Paz, que inició finalmente muchas investigaciones largamente postergadas, en la que se encontraron desaparecidos.
Poco a poco se fue haciendo justicia sin atropellar y garantizándoles sus derechos, siendo juzgados, entre otros, el excanciller Juan Carlos Blanco Estradé, así como el exdictador Juan María Bordaberry, varios militares.
En resumen, que todo este complejo proceso que experimentó Uruguay nos sirva de lección y aprendizaje a nosotros los venezolanos, que entendamos de una vez por todas que la abstención y la confrontación no son el camino, que para salir de este mal gobierno nos toca unirnos en un solo bloque y caminar responsablemente por la senda del gradualismo, yendo a elecciones, administrando responsablemente los cargos obtenidos y usando el artículo 68 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela para ejercer constructivamente todas nuestras demandas sociales.
Juan Villa Romero es Político. Secretario Juvenil de Unidad Visión Venezuela.
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