«Vamos a tener venezolanos más pequeños»
Autor: Daniela Rojas
Los casos por mortalidad infantil continúan aumentando ante la mala alimentación de los venezolanos. Según dijo la diputada Karim Salanova en la Asamblea Nacional en junio pasado, 196 niños en el país mueren cada semana por esta causa. Desde 2007 el Gobierno nacional no publica datos oficiales respecto a este tema.
Pero este no es el único problema que tiene la población venezolana debido a la escasez; pues en un futuro la mala alimentación pudiese pasar factura, y afectaría principalmente a los que hoy son niños. El nutricionista y profesor universitario de la Universidad Central de Venezuela (UCV) Enmanuel Velásquez, indica que de continuar la crisis de alimentación en el país, la desnutrición en los infantes traerá como consecuencia que a largo plazo, haya venezolanos más pequeños de estatura que el promedio.
«Quienes se ven más perjudicados con este tema son los niños, porque están en pleno crecimiento. Lo primero que se nota en los infantes es la pérdida de peso, que se llama desnutrición aguda. Si esta pérdida de peso se mantiene se llama desnutrición crónica y esta delgadez se ve reflejada en la talla y estatura. Es decir, que a largo plazo vamos a tener venezolanos más pequeños que el promedio, porque están comiendo menos y de menor calidad», expresa.
Otra de las graves situaciones es que los chamos no desarrollarán bien su sistema nervioso central. «Los niños ahora comen menos carnes, huevos, pollo y pescado porque están muy costosos, y estos alimentos son importantes porque ayudan al crecimiento.
La otra enfermedad subsecuente es la anemia por déficit de hierro, porque se come menos cereales y menos carnes», asegura Velásquez.
El profesor universitario dice que por tal situación hay una mayor cantidad de niños y adolescentes con déficit de atención, lo cual es generado porque su sistema nervioso se formó deficientemente. «Ahora ponen menos atención en clases y a su vez tienen problemas para recordar».
«En el caso de los bebés cuando están en la etapa de crecimiento; y se prolonga la pérdida de peso y desnutrición, llegamos a la pérdida de talla, que no se va a recuperar. Lo otro que sucede es que si no se formó bien el sistema nervioso, va a ser complicado para esos chamos entrar a la universidad. Pero el problema con los niños es que pierden talla. Porque hay niños que están bien nutridos, pero con una talla baja y no van a crecer lo que deben», explica Velásquez.
LOS ADULTOS NO ESCAPAN
El nutricionista Velásquez sostiene que con los adultos la mala alimentación sí pudiera ser reversible, pero solo si se retoma la nutrición correcta.
«En los adultos el problema principal es la pérdida de peso y esto puede generar anemia porque lo más caro es comer carne y pollo, entonces las personas los sustituyen por cereales. Pero de igual manera comen menos proteínas», indicó.
Asimismo, afirma que el otro inconveniente es que los venezolanos, por no alimentarse bien, son mucho más propensos a las enfermedades o virus debido a una ingesta insuficiente de proteínas.
«Una persona que esté recién operada o que tenga alguna cicatriz o herida, le costará mucho más la cicatrización», puntualiza el especialista. «Lo mismo sucederá con las mujeres, en un futuro va haber más señoras con osteoporosis porque no se consigue la leche», añade.
Velásquez describe que otro de los problemas es la escasez de agua, que hace que los niños se laven menos las manos.
Ello genera un aumento en la incidencia de casos de parasitosis. «La comida favorita de los parásitos es el hierro, y ya los venezolanos comen menos proteínas que son gran fuente de hierro, entonces un paciente que tenga parásitos se come el poco hierro que tiene el cuerpo, lo que creará más probabilidades de ser un anémico. Y, aparte, no hay desparasitantes en el país», lamenta.
De igual manera, el médico dice que la enfermedad del Kwashiorkor, que ocurre en personas que comen muchos carbohidratos para sustituir las proteínas y que sucede comúnmente en África y Haití, está apareciendo en los niños venezolanos, principalmente en el Centro de atención nutricional infantil de Antímano (Cania) y en la Maternidad Negra Hipólita.
«Esas personas son desnutridas por exceso, ellos se pueden ver gordos, pero es porque comen muchos carbohidratos. Entonces es ahí que ocurre el edema, donde el agua se sale de su lugar, y hace que los pacientes estén gordos, pero sin tener masa muscular ni proteínas», expresó.
Agrega Velásquez que en los adultos es muy difícil que haya estos casos, pues estos necesitan una pequeña cantidad de proteínas. Alerta que si es muy grave la situación alimenticia de un paciente adulto, sí pudiera ocurrir.
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