Vargas: Mi próximo disco será totalmente marginal
El músico venezolano Vargas, instalado en Buenos Aires, va adelantando sencillos que pudieran terminar en el próximo álbum que prepara desde Argentina. Su más reciente publicación es el tema «La Energía», junto a Apache
-¿Cómo comienza esta colaboración entre Vargas y Apache para «La Energía»?
-Apache y yo habíamos trabajado juntos en producciones. Psycho, que es su mánager, fue el mío también. Andábamos dentro del mismo equipo. Fuimos al South by Southwest también juntos. Y, bueno, desde que estoy en Buenos Aires, cada vez que puede y viene, nos encontramos y nos juntamos. Siempre estuvo pendiente esa canción. Fue en diciembre del año pasado cuando, después de un show de él, nos encontramos con un funk en un lugar y dijimos: «así tiene que sonar». El tema empezó fue por ahí, pero también fue un momento que tuve de depresión loca, en donde yo estaba hablando con Psycho como mi amigo, explicándole lo que me pasaba y ahí salió también la fuerza. Los muchachos me animaron, trataron de hacerme sentir mejor y de ahí salió todo lo que es el tema de la energía como tal.
-¿Cómo se combinó tu manera de componer con la de Apache, al ser géneros dispares?
-No sentí fronteras tan marcadas porque, por lo menos en mi caso, siempre he coqueteado un poco con géneros que están cerca de él, aunque no tanto con el hip-hop. Ya había tenido una colaboración con Gona. Apache tiene un talento increíble también y puede entrar en todas. Yo pienso que cuando vas a trabajar con alguien una canción, tiene que gustarte lo que hace esa persona y también tiene que tener onda para que salga bien.
-Antes publicaste «Durazno», que era un canto de amor, al encuentro, al descubrimiento de alguien; y luego «Sofía», que es sobre una ruptura. ¿Quién debe llenarse de esa «Energía»?
-Los que estábamos metidos en un hueco sucio, asqueroso, podrido y estábamos llenos de mugre, que cuando nos levantamos y nos vemos en el espejo nos decimos: «Maldita sea, me odio». O sea, como que es esa inyección que todos necesitamos. No es un libro de autoayuda, pero sí es para cuando estamos en el piso. Yo espero que se tome así, porque a mí me ayudó, me hizo bien ese tema. La letra, la intención, como se dio todo.
-¿Pretende ser una suerte de Red Bull musical?
-Es una dosis de lo que más te guste en la vida para arrancar. Aparte que marca una etapa interesante en mi forma de hacer las cosas, porque ya estoy como que alejándome, más que todo con estas canciones nuevas que vienen, del discurso que venía trayendo con las relaciones y todo eso. Ya la corté. Eso me tiene bien y contento, porque ya me siento preparado para hablar de otras cosas que tienen que ver más con el descubrimiento de la conciencia, del subconsciente, esa onda. Y creo que estoy cerca de lograrlo.
-¿Cómo se grabó este tema?
-Esto se grabó casi igual a como yo venía haciendo todos mis trabajos. Pasa que también, aparte de ser doméstico, mi idea era meterme en una onda de bedroom pop, de un sonido lo-fi, que me gustó como quedó. Aquí grabé todo igual. O sea, las guitarras las grabé en mi casa. Los bajos también, aunque Enrique Pérez hizo un pedazo de un bajo. Cosas así. La voz la grabé borracho en casa de mi amigo. Todo fue casero. Así estoy grabando. Tuve la participación de un amigo DJ y productor de acá, que se llama Vectril. Él es un pro en edición, producción, los beats.
-¿Cómo surgieron las colaboraciones, por ejemplo con Enrique Pérez o Jauuar?
-Las colaboraciones siempre son un tema pendiente para todos nosotros como músicos, artistas, cuando admiramos o queremos mucho a alguien. Lo bonito de este tema, de cómo y dónde surgió, es la gente que colaboró. Mezclamos el bajo sintetizado que yo hice con el bajo maravilloso y majestuoso de Enrique. Jauuar vive a una cuadra de mi casa y en su casa fue que grabamos las voces. Whisky y dale, como para no perder el toque. Surge así, por admiración mutua, porque nos queremos mucho y porque nos la debíamos.
-¿Y volver al estudio?
-No sé, no lo extraño tanto. No me quita tanto el sueño cuando se trata de hacer música. Creo que ya para mí hacer música es desde donde estás, como estás, con lo que tienes. Es divino entrar a un estudio. Pero los temas que vienen son también grabados así domésticos, pero con unos amigos que tienen más experiencia en cuanto a audios, para que no suene tan casero y los amigos productores no me odien tanto. Ya yo sé cómo voy a llamar a mi próximo disco y será totalmente marginal.
-¿En «La Energía» hay algo que haya sido completamente nuevo en la manera de trabajar?
-Una técnica que sí usé aquí, que no había hecho antes, era mezclar los drums. Primero yo hice una batería y aparte hice como unas conguitas. Después, cuando nos metimos con Vectril, él agregó muchos efectos de sonido y unas ediciones. Entonces, primera vez que mezclo tantos elementos no percusivos, sino tantas baterías.
-¿En cuántas piezas más y proyectos estás trabajando?
-En un montón, porque hubo un despertar y en él salen un montón de cosas. Vienen nuevas canciones. Estoy preparando mi disco, el disco marginal. Todavía ese no es su nombre. Eso ya será para el año que viene. Ahorita viene otro sencillo, vamos a estar tocando también. Me quedo en Buenos Aires capital un rato hasta sentirme preparado para irme por ahí. Hay muchas cosas que hacer y estamos activos.