Vecinos de Peribeca (Táchira) consiguen sustitución de transformadores eléctricos

Tras una semana de constantes fallas eléctricas, la comunidad tachirense, junto con autoridades locales y la asistencia de Corpoelec, logró la sustitución de los equipos para contar con el servicio eléctrico
Fotos: Cortesía Construyendo Conciencias
El trabajo en conjunto entre ciudadanía, funcionarios gubernamentales y empresa privada dio nuevamente frutos en el sector San Mateo y Cerro Lindo (Peribeca), municipio Independencia del estado Táchira. En esta oportunidad la avería de dos transformadores del sistema eléctrico, que dejó a los vecinos sin servicio varios días, movió a la comunidad a comunicarse con las autoridades y solventar entre ambos el inconveniente.
Tras una semana de constantes fallas eléctricas, primero por la avería de fusibles de la línea de alta tensión y luego por el daño de dos transformadores, la comunidad, junto con autoridades locales y la asistencia de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), consiguió sustituir las piezas y poder contar con el servicio eléctrico, cuando no hay racionamiento.
Determinación, comunicación, diálogo, colaboración y trabajo en conjunto son la fórmula que aplican muchas comunidades del estado fronterizo, azotado por una gran cantidad de fallas en los servicios públicos, para sortear los problemas y salir adelante.
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Primero fueron los fusibles
El pasado 20 de julio se fue la electricidad en ambas localidades, afectando alrededor de 100 familias. Los habitantes de la zona reportaron la situación a Corpoelec, que determinó que la falla se debía la avería de dos fusibles de la línea de alta tensión, pero la empresa estatal no tenía cómo sustituirlos. La comunidad se organizó y se compraron ese mismo día, las piezas; se instalaron, pero el flujo eléctrico presentaba bajas constantes de voltaje.
Dos días más, tras una fuerte explosión, se dañaron los dos fusibles nuevos, los vecinos volvieron a recolectar dinero y los sustituyeron nuevamente, pero sólo llegó la electricidad a unas casas sí y otras no.
“El 23 de julio vinieron trabajadores de Corporelec y determinaron que un transformador se había dañado y sólo dejaron trabajando dos de los tres que allí se encuentran. Esto hizo que llegara la electricidad a las zonas afectadas, pero el 29 de julio se volvió a ir la electricidad, se reportó a Corpoelec, ellos vinieron de nuevo y nos dijeron que se habían vuelto a quemar los fusibles y que debíamos comprarlos de nuevo. Esto ocasionó molestias en la comunidad, ya que se habían cambiado dos veces y el problema estaba peor», explicó Óscar Santiago vecino de la zona y fundador de la ONG Construyendo Conciencias.
Pero el caso llegó a oídos de un gerente regional de Corpoelec, el ingeniero José Altuna. En la noche se llevó a cabo una reunión con la presidenta del Consejo Legislativo de Capacho, Neida Cantor, con el ingeniero Antúnez y la comunidad para buscar una solución al problema del transformador.
Luego el transformador
El gerente de Corpoelec ofreció entregarles el transformador del campo de fútbol de Bella Vista (Peribeca), que se encuentra desmantelado –hace unos meses sufrió un robo, los hampones se llevaron todo el cableado, pero dejaron los transformadores–, pero los vecinos debían realizar una contraloría social, donde la comunidad lo solicitaba en calidad de préstamo mientras se sustituía el que se había quemado; y contar con la aprobación de la Alcaldía.
El día jueves 30 de julio el personal de Corpoelec se encargó de buscar los transformadores, mientras parte de la comunidad se quedó limpiando y cortando los árboles que interrumpían las líneas afectadas; otro grupo se encargó de preparar comida para los trabajadores de Corpoelec, “ya que el trabajo era largo”, explica el fundador de la ONG.
Se hizo la luz
Finalmente, el viernes, 31 de julio llegó la luz para todos. Ese día volvió la electricidad ya con normalidad a todas las casas de la zona. “Los técnicos revisaron las cargas y determinaron que unas líneas estaban sobrecargadas y ese mismo día se distribuyeron las cargas por la zona para así darle más comodidad a los transformadores y alargarles la vida útil”, señala Santiago.
“El día viernes, a primera hora, llegaron (técnicos de la estatal eléctrica) y se hizo de nuevo el procedimiento, se instaló el otro transformador; de nuevo la comunidad se organizó para darles el desayuno y almuerzo, en calidad de agradecimiento a la gente de Corpoelec”. También ubicaron gasoil para que los trabajadores pudieran emprender camino a San Cristóbal.
En Táchira siguen los racionamientos eléctricos, que son de entre ocho y 12 horas diarias, sin haber un horario establecido. Pero es un logro para esta comunidad –hay zonas donde ha pasado lo mismo y suman meses sin electricidad, esperando un transformador–, que se organizó y trabajó y tocó las puertas necesarias para conseguir resolver sus problemas.