Vecinos de San Martín en Caracas intentaron espantar a saqueadores en medio del apagón
Durante la noche del sábado 9 y hasta la madrugada del domingo 10 de marzo, la parroquia San Juan fue escenario de disturbios. Vecinos buscaron proteger negocios de intentos de saqueo
Fotografía: Cortesía Hugo Pasarello
Pasaban las 9 de la noche del 9 de marzo cuando un grupo no mayor de 10 hombres comenzaba a encender cauchos en la entrada de la avenida José Ángel Lamas que conecta con la avenida San Martín de Caracas. Encendieron dos cauchos, uno en la vía que sube y otro en la que baja. La humareda comenzaba a entrar en las casas y apartamentos de la zona.
Lo que parecía una protesta por las fallas eléctricas que ha dejado sin luz de forma intermitente a toda Venezuela por más de 72 horas, se convirtió en una oportunidad para robar y saquear los negocios de la zona desprovista totalmente de seguridad policial.
Encendidos los cauchos, inmediatamente comenzaron a levantar las alcantarillas para que ningún vehículo pudiera transitar por allí. A medida que pasaban los minutos se escuchaban más voces de personas merodeando la avenida y la plaza Palos Grandes.
A la media noche ya había tres cauchos encendidos y una banda de hombres y mujeres que amenazaban con abrir algunos negocios. Comenzaron los golpes contra santamarías, la oscuridad no dejaba ver con exactitud cuál negocio querían saquear.
La ausencia de efectivos de seguridad obligó a los vecinos de la zona a defenderse. Comenzaron gritos entre las personas que se encontraban en sus casas contra los que estaban en la calle, casi de inmediato comenzaron a lanzar botellas de vidrio y piedras para espantar aquellos que daban sin cesar golpes a las santamarías de los negocios.
Más entrada la noche algunas tanquetas de la Policía Nacional Bolivariana daban un recorrido en la zona, pero el intento de saqueo no paraba. Los vecinos continuaban gritando en un franco desespero porque no saquearan, también Se escucharon varias ráfagas de disparos, pero nada tuvo efecto.
A la 1 y 30 de la madrugada dos tanquetas llegaron a la zona, iniciaron una ráfaga de bombas lacrimógenas contra la bandada que quería adueñarse de lo ajeno. Al menos una decena de bombas lacrimógenas estaban rociando gas en la avenida José Ángel Lamas, entrada del barrio El Guarataro.
Cada vez que se iban, continuaba los golpes contra las santamarias y los gritos entre vecinos y saqueadores. Todo finalizó cuando las tanquetas decidieron quedarse en medio de la avenida con la luz encendida esperando que algún otro delincuente se atreviera bajar.