Venezuela acusa a Acnur de ser una «mafia burocrática» tras informe sobre refugiados

Venezuela acusó a Acnur de incumplir su mandato humanitario y validar «la guerra política contra países independientes y rebeldes», luego de conocerse su informe sobre la situación de los refugiados a nivel global, cuyas cifras son lideradas por refugiados y migrantes venezolanos
Venezuela rechazó este jueves 12 el informe publicado por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), donde se ubica al país como el primero en la lista con mayores refugiados y personas necesitadas de protección internacional.
En un comunicado, difundido por el canciller Yván Gil en su cuenta de Telegram, el oficialismo aseguró que las cifras de Acnur son «manipuladas», y que su informe «confirma la degradación total de esta agencia de la ONU».
«Acnur se ha transformado en una mafia burocrática financiada por la extinta USAID, y operada por mercenarios a sueldo que han desnaturalizado por completo la figura del refugiado», se aseveró.
*Lea también: Venezuela lidera cifra global de refugiados entre 122 millones de desplazados
Además, se señaló a esta agencia, a la que acusaron de incumplir su mandato humanitario, de validar «la guerra política contra países independientes y rebeldes, y sus informes se han convertido en instrumentos de propaganda para justificar agresiones, captar fondos y atacar a naciones soberanas como Venezuela».
Según las cifras de Acnur, para finales de 2024 se registraban 370.000 venezolanos bajo la figura de refugiados y otros 5,9 millones necesitados de protección internacional. La agencia señaló que se está ante una «crisis global profunda» en torno «a la protección de los civiles».
Acnur también advirtió que la evolución de los grandes conflictos en todo el mundo determinará si la cifra global vuelve a aumentar. El número de personas desplazadas a la fuerza, se señaló, es «insosteniblemente alto», sobre todo en una época en la que está desapareciendo la financiación humanitaria.
*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes «contra el odio», «contra el fascismo» y «contra el bloqueo». Este contenido fue escrito tomando en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.