Venezuela elecciones 2021 y el fin de los liderazgos, por Reinaldo J. Aguilera R.
Twitter: @raguilera68 | @AnalisisPE
Comencemos por el principio de una vez, sin ir muy lejos, tenemos que el principal objetivo de los líderes es motivar a otros para tomar decisiones y ejecutar acciones alineadas con la visión de la organización, en nuestro caso específico diremos la visión de país, de ese que hoy no existe o que se encuentra desdibujado a causa de las pésimas políticas chavistas.
Alguien que actúe como líder, se necesita que sepa dirigir, ejecutar y conducir, pero el objetivo principal debe ser capacitar a otros para tomar decisiones y emprender, creando así la generación de relevo, lamentablemente en lo que respecta a la oposición cabeza dura de éstos tiempos en Venezuela eso no existe y si existe tratan hasta lograrlo, de aplastar cualquier posibilidad de relevo, la muestra de lo que les digo está sucediendo en la actualidad en el estado Miranda peor ejemplo y también en ciudades del interior del país.
Lo triste es que se nota y demasiado, la gente, el elector ya dejó de ser pusilánime, las circunstancias mismas han obligado a que ese cuerpo electoral madure y se dé cuenta de quién es quién, hasta el punto de determinar con claridad incluso si los que se dicen opositores, son en realidad colaboracionistas del régimen y que lo que buscan es coexistir con él a costillas del sufrimiento de millones de venezolanos, lo que les costará caro a muchos pues sin lugar a dudas perderán esos liderazgos otrora construidos sobre la base de la esperanza de salir de la locura que se vive día a día en Venezuela.
Definitivamente está llegando el tiempo en el cuál, el cambio más difícil que deberán plantearse las organizaciones con fines políticos, será desaprender la forma en cómo se ha liderado, vendrá un proceso de “reingeniería social y electoral” de dónde nacerá un nuevo liderazgo, pasando factura a los anteriores líderes que no supieron entender los cambios necesarios.
Bien lo indica Barbara Kellerman, autora del libro “El fin del liderazgo” quién afirma: “No doy charlas, no escribo, no enseño sobre liderazgo a secas.
Para todos los fines, reemplacé la palabra por la idea de sistema de liderazgo”, explica: “Eso incluye tres partes igualmente relevantes: el líder -sí- pero también sus seguidores y el contexto en que interactúan”; son justamente estos dos últimos los que son olvidados y maltratados por el Chavismo en primer lugar y también por un amplio sector que se dice opositor, mantienen la misma visión en la que priva su estabilidad y sus intereses por sobre los generales y eso es lo que se observará el 21N cuando se evidencie la mala actuación y se pierda una vez más la posibilidad de un logro similar al del 2015 cuando se ganó la Asamblea Nacional y el régimen quedó desnudo.
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Podríamos afirmar que nos encontramos en un punto en el cual ambos bandos están jugando a la utilización del engaño como arma electoral, por un lado, el chavismo sosteniendo que todo está bien y que irá mejor, por otra parte, la “Oposición”, que predica frases como “Hay que sacar a Maduro”, cuándo la elección es regional y municipal, cosas sin pies ni cabeza.
Existe también otro aspecto, es el relacionado con el manejo de la información, la propagación de la desinformación en tiempos de elecciones sobretodo de sectores del régimen, complica la contribución del poco periodismo que nos queda a la democracia.
Las falsedades difundidas a través de redes sociales y plataformas de mensajes controladas por el G2 cubano que se utilizan para influir en los votos de las personas son responsables muchas veces de los resultados finales.
Con la utilización de esas plataformas se le resta valor al periodismo de calidad, que es responsable de proporcionar información verificable incluso para cuestionar a los líderes políticos con la finalidad de garantizar la integridad, paz y la equidad de una elección, todo un gran reto para quienes observamos lo que transcurre en el camino hacia el proceso electoral del 21 de noviembre.
Con todo el panorama que se nos presenta y tratando de no perder las esperanzas en un cambio que influya en el país, no dejo de pensar lo expresado en un artículo del New York Times en el que se decía lo siguiente: –Se sabe: que es muy difícil ser de oposición en el país de Nicolás Maduro, su gobierno ha perseguido, amenazado y limitado a sus adversarios políticos, pero ahora, con una serie de escándalos de corrupción a cuestas, la oposición parece condenarse a sí misma y al país–.
¿Estamos en presencia de un suicidio político opositor?, veremos qué sucede y esperemos que no sea una triste pero cruel realidad, así de simple y sencillo.
Reinaldo J. Aguilera R. es Abogado. Master en Gobernabilidad, Gerencia Política y Gestión Pública de George Washington University/UCAB.
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