Venezuela: en el mundial de los conflictos, por Tony Rivera

Autor: Tony Rivera
Desde la calificación de una transformación estructural basada en la “racionalidad económica” propia del capitalismo para llegar a la construcción de un sistema donde se cortan los flujos necesarios para el comportamiento normal de la sociedad en aras de la desaparición del capitalismo, resulta algo ilógico como si se tratara de un asunto “inocente”, cuyas estrategias no estuvieran determinadas desde otras instancias poderosas y distantes de cuya amplitud se valen para la actuación por mampuesto y el ocultamiento de las verdaderas intenciones.
Los actores aparentes parecieran ser: Cuba y Venezuela ,contra los imperios occidentales lo cual tiene algo de cierto si lo analizamos como plataforma o punto de apoyo de otras potencias imperiales enfrascadas en una lucha contra el capitalismo liberal y el sistema político que lo acompaña al modo occidental que de paso nada tiene que ver con el socialismo científico al menos que no sea para debilitar la acumulación de capital y la ganancia de sus competidores a sabiendas que el “socialismo” les permitirá tomar una mejor posición en el mercado a sus empresas debido a la inoperancia de este sistema a la hora de competir en el plano productivo racional tal cual ocurre en estos momentos con la industria petrolera prácticamente desde esta dinámica en manos de rusos y chinos.
El vecino precavido colombiano, por otra parte, se cubre con la OTAN en una jugada maestra a sabiendas de las intenciones de los rusos pero además por saber que la “guerrilla colombiana” es parte de la retaguardia de esos factores internacionales donde están presentes cubanos, venezolanos y afines.
La paz colombiana es de apariencias tácticas pero a la hora del combate será fundamental la guerrilla para impulsar el socialismo a escala continental. La lucha no está planteada en una localidad sino que tiene carácter expansivo solo que ocurren pasajes donde el repliegue táctico es necesario para acumular fuerzas y ajustarse a objetivos más hacia las oportunidades coyunturales que a un esquema a largo plazo.
En un principio de este proceso, el militarismo nacional, intentó usar la violencia colombiana en sus chifladuras contra los norteamericanos pero los cubanos le llamaron la atención de este peligro ante la fuerza del Ejército colombiano y su aliado norteamericano para, cambiado este impulso “emotivo”, convencerlos de que por la vía electoral podían llegar “los bolivarianos” al poder en Colombia.
Así el problema para la zona, no les extrañe una respuesta de todo orden contra Venezuela ahora que está descubierto el plan de subversión continental pero que debilitada al máximo por sus propios errores no le mete miedo a nadie desde sus propias fuerzas y potencial militar.
La nación desde esta conspiración contra el sistema capitalista ha cometido graves errores hasta llegar al autosuicidio actual en la creencia de que con chantajes y alianzas hacia un mundo “enemistado “con los norteamericanos le resultaría suficiente para sobrevivir desde la heroicidad del motivo geoeconómico de estar en el área del dominio del capital (occidental) equivocándose por cuanto este siglo de negocios los dólares pesan mucho de tal forma que hunden ideologías.
Algunas veces sienten los golpes y sus propias torpezas para mostrarse racionales a la vida práctica pero como si estuvieran dominados por “un espíritu burlón” ante cualquier sorpresa sueltan la lengua y se declaran guerreros eternos eso sí sin disparar un tiro para luego extender la mano pidiendo amistad, paz y amor.
Una diplomacia saltimbanqui cuyos efectos se reflejan en Mercosur, la OEA, en el Grupo de Lima, en la Unión Europea donde ya no existe respeto alguno por sus opiniones.
Nos hemos quedado sin la productividad de la empresa capitalista que mantenía al país en las buenas y en las malas en la búsqueda de un socialismo perdido, para sin siquiera transporte para optar por el modelo (a la cubana) de turismo que sin necesidad de grandes capitales y de la inversión extranjera en grandes empresas usando la naturaleza y sus recursos naturales “desarrollar” el territorio que así repartirá cajas CLAP por los siglos de los siglos y desde esta estructura lambucia en un mundo dinámico pensar en su consolidación.
Esto será imposible dadas las condiciones globalizadoras y la historia nacional cuyas costumbres van más allá de estas necesidades insatisfechas conocedores de la abundancia la comodidad y el consumo no controlado.
La moraleja es: En pelea de burros no se meten pollinos.