Venezuela nos necesita a todos, Cristián Silva
Autor: Cristián Silva | @visionvenezuela
El ciudadano presidente de la república y candidato a la reelección en un acto proselitista celebrado en el estado Vargas pronunció muchas palabras vulgares difundidas a nivel nacional en cadena de radio y televisión, en flagrante violación a la ley Resorte; y Conatel aplaude y se hace la desentendida sin aplicar las sanciones correspondientes.
El ventajismo y los abusos alcanzan su máxima grosería en estos comicios presidenciales ante la ceguera del Consejo Nacional Electoral y el Plan República.
Decía el señor presidente que en caso de ganar otro candidato y entregara las riquezas patrias al capitalismo, estaría dispuesto a tomar un fúsil y llamar a la rebelión popular.
Tomándole la palabra presidente, agarre no uno, sino varios fusiles y «empiece a echarle plomo a los chinos, rusos, cubanos, iraníes y otros grupos de naturaleza violenta y terrorista los cuales están desangrando nuestras riquezas venezolanas con la anuencia y protección de su revolución».
Por si no está informado, «cuando estaban en Venezuela sus odiados gringos» aquí no faltaba nada. Los supermercados, abastos, bodegas y bodeguitas en todas las ciudades, pueblos, urbanizaciones y barrios tenían de todo: leche en polvo y fórmulas lácteas infantiles de varias marcas y presentaciones; arroz, azúcar, pollo, café, carne, huevos, charcutería, margarina, queso de todo tipo, avena, chocolate…
Gasolina, electricidad, transporte, dinero en efectivo, repuestos para vehículos, agua potable, dinero en efectivo, en fin, ¡de todo! «Harina de trigo -por demás- en todas las panaderías con todo tipo de pan y en cantidades hasta para tirar para arriba». Tortas y dulces a precios razonables.
Desinfectantes, papel y toallas sanitarias, jabones de lavar, de baño, pañales, detergentes, champú, crema dental de la marca y presentación que quisiera; desodorantes, perfumes, entre otras menudencias.
Y ahora, ¿qué tenemos señor Maduro? Colas de 4 y 5 horas para comprar dos panes, una bombona de gas, un paquete de arroz o harina de maíz, y rogándole a San Patricio que mande una caja CLAP. Con todo respeto, si usted tuviera algo de vergüenza, sensibilidad social y amor patrio, no debería hacer campaña electoral, sino retirarse en silencio a pedir perdón al cielo por los daños hechos a nuestro país. Muchos de ellos irreparables e irreversibles.
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¿Qué ofrece su bendita revolución a los venezolanos? Hambre, hambre; miseria y más miseria. ¡Su discurso, su retórica y sus palabras ya no engañan ni a un niño de 5 años!
Si todavía no se han dado cuenta nuestros conciudadanos, tengan presente lo siguiente: en Venezuela tenemos doble régimen autoritario. El primero es una dictadura militar y el segundo un sistema comunista esclavizador. Ambos disfrazados con el traje del teatro y la pantomima de un estado democrático.
Ante todo esto urge que nuestra dirigencia política se aparte transitoriamente de sus legítimas aspiraciones y nos integremos en un solo equipo para desalojar del poder al enemigo común de la república llamado Nicolás Maduro.¡Venezuela nos necesita a todos, no podemos defraudarla!
Secretario general estado Sucre
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