Venezuela transitará 2021 en la «normalidad» de una economía negra y en crisis
¿Cuánto tiempo llevará recuperar la economía? ¿Es posible en las actuales circunstancias de incertidumbre política? ¿Está el sector privado preparado para ocupar los espacios que dejará ese Estado empresario que hoy tiene serias dificultades financieras? Analistas económicos consideran que Venezuela no caerá más en 2021 y que el tiempo que tome una reactivación dependerá de factores tales como las sanciones, del manejo de la política monetaria y de la industria petrolera
El año 2021 será un período en el que la economía «mejore levemente» con espacios importantes para el sector privado y, el cual la inflación seguirá siendo un elemento volátil que afectará las características generales del ambiente económico. Analistas coinciden en que el país no caerá más desde el foso en el cual se encuentra, pero el sostenimiento de esa estabilidad pende de un hilo al estar atado a las sanciones de Estados Unidos y a las condiciones de la industria petrolera nacional.
Venezuela cierra el 2020 con una recesión de siete años en el cual la economía perdió 95% de su tamaño, además de un proceso hiperinflacionario con tasas anuales de cuatro dígitos que cumplió tres años y con un aumento de la dolarización transaccional. Además de una caída inédita de la producción petrolera de Pdvsa y de los ingresos fiscales, del colapso general de los servicios públicos y un aumento de la desigualdad y la pobreza. En ese entorno ha vivido la población, los empresarios y el gobierno.
Un cambio que se observó en 2020 y que se prevé continúe en 2021 será la mayor disponibilidad de bienes y productos alimenticios en el mercado interno, a los que pocos tienen acceso debido al alza de los precios, pero todo ello provisto especialmente por un aumento de las importaciones más no de la producción interna. Las imágenes de supermercados vacíos que años atrás era común, ahora dan paso a pasillos y anaqueles llenos de mercancía pero con pocos clientes.
Para muchos el país ha entrado en un «proceso de normalización» de la crisis, es decir, que todos los actores se han tenido que conformar con manejarse en ese entorno adverso y aceptar las reglas de juego impuestas por las autoridades. Otros señalan que a las dificultades para seguir operando de un sector privado, emergieron otros grupos relacionados a la llamada «economía negra o ilícita» que ha inundado las calles del país de dólares, euros y pesos en efectivo, dando la percepción de una mejora en la actividad económica.
Las sanciones, aunque han empeorado las condiciones macroeconómicas, también hacen que cambien los actores con los que se negocia en el exterior: ya no es Estados Unidos, México o Colombia los aliados comerciales, ahora son Irán, Turquía y países asiáticos.
Pare el economista Efraín Velásquez, el 2021 será un año de crecimiento económico limitado con alta inflación y, agrega que ese crecimiento será ligeramente positivo donde el sector privado tendrá unas oportunidades y espacios importantes que debería tomar, para tratar de llevar adelante su actividad.
«Una leve recuperación podría ocurrir principalmente en el área de la agroindustria y en la industria de alimentos, donde evidentemente las necesidades continuarán siendo relevantes y quizás pueda observarse un incremento en los niveles de actividad», dijo.
Con relación al sector público, Velásquez destacó que habrá que esperar lo que se haga con la ley antibloqueo, ya que pueden darse algunas decisiones que quizás puedan abrir espacios adicionales en 2021 y que redunden en algún estímulo a la actividad económica interna.
«Adicionalmente, en un contexto con una nueva Asamblea Nacional quizás de abra un escenario en el cual aparezcan algunos acuerdos petroleros con China y Rusia y pueda generar una ligera actividad económica o quizás mucho mayor para los años siguientes», resaltó.
El director de la consultora Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, coincide en que lo primero que se observará en 2021 es una «estabilización en el foso», es decir, donde no necesariamente la economía venezolana siga cayendo a las tasas experimentadas en estos últimos siete años, que son tasas de contracción de dos dígitos.
«No se trata de que la crisis se haya terminado o que estamos mejorando, es un signo más bien de estancamiento», afirmó.
Oliveros sostiene que en el país están surgiendo nuevos nichos de negocios que se están desarrollando bajo este escenario económico actual y, a su vez, la incorporación de nuevos actores en el sector privado nacional. Prevé que en 2021 algunos activos en manos del Estado pudieran pasar a la empresa privada.
«Hay categorías en el sector alimentos que están creciendo con respecto al año pasado, así como en el sector farmacia, aseo personal, telecomunicaciones (…) Se espera para 2021 ventas de empresas, cambios de mano, así como la entrada de nuevos actores sobre todo por la ley antibloqueo y por la política hacia Venezuela por parte de la administración de Joe Biden», indicó.
Velázquez reitera que después de la caída importante del segundo trimestre de 2020 debido a la cuarentena, se observó que la actividad económica del tercer y cuarto trimestre se mantuvo en ese nivel bajo pero que no siguió cayendo fuertemente, por lo que pareciera que con los espacios que se espera tomará el sector privado habrá cierta mejora. «Creo que es un escenario importante para Venezuela, para el sector privado y para la sociedad venezolana porque entraría en un proceso en el cual cuando tenemos una economía basada en la actividad privada eso le da sostenibilidad al crecimiento y al mismo tiempo una estabilización de la dinámica de precios».
¿El tiempo lo dirá?
El tiempo que lleve recuperar la economía depende de muchos factores, señala el economista Luis Oliveros y, agrega que el principal punto es si solamente hay una flexibilización de las sanciones de EEUU, con lo cual se puede tener alguna esperanza de contar con crecimiento económico en el futuro cercano; pero que sin flexibilizaciones, Venezuela no crecerá y le costará aún mucho más.
«Se debe tomar en cuenta también cuánto tiempo tomará recuperar la industria petrolera, por lo que hay muchos condicionales para que eso ocurra y por lo tanto es muy difícil determinar cuánto tiempo tomará recuperar el país. Los factores políticos, petrolero y las sanciones son problemas muy difíciles de solucionar», dijo.
Las proyecciones sobre Venezuela para 2021 dadas a conocer por el grupo LatinFocus Consensus Forecast indican que la economía caerá 2%, el consumo privado se recuperará 0,5%, la inflación cerrará en 1.566% y el tipo de cambio terminará en 12,1 millones de bolívares por dólar. Un panorama que luce aún desalentador para muchos.
«Yo esperaría un poco la decisión que tome Estados Unidos con respecto a las sanciones sobre Venezuela, y esperaría el primer trimestre de 2021. Si Biden sorprende con más sanciones y bloqueos, ese foso será más hondo y por lo tanto nuestra economía caerá aún mucho más», resalta Luis Oliveros.
Para el economista, hay un sector privado «que se cansó de esperar por un cambio en lo político y quiere trabajar», invertir, generar más ingresos y hacer crecer su negocio, por supuesto tomando en cuenta los riesgos de una economía como la venezolana.
«Esto sí lo vamos a ver en 2021 en Venezuela. Soy de los que piensan en que si EEUU quita las sanciones o por lo menos flexibiliza las relacionadas al sector petrolero y permitan al país reestructurar su deuda, pues Venezuela va a crecer económicamente de una manera mucho más rápida».
¿Seguimos? (con hiperinflación)
Independientemente del resultado del Producto Interno Bruto (PIB) para 2021, que a todas luces parece se obtendrá un decrecimiento mucho menor al de años anteriores, lo que sí es un hecho es que el país continuará transitando por la senda de la hiperinflación.
Para Efraín Velásquez, en el 2021 se desarrollará un escenario en el cual la inflación continuará siendo alta y las tasas serán similares a las del 2020, básicamente porque esa inflación viene generada por los desbalances fiscales y monetarios como consecuencia de la gestión fiscal del Ejecutivo, debido a las limitaciones financieras que tiene para generar ingresos propios.
«Es por ello que el gobierno tiene que seguir acudiendo al Banco Central que básicamente no es independiente y, tratar de cubrir esas necesidades a través de la creación de base monetaria y en consecuencia genera un alza de la liquidez y en el tipo de cambio. Todo ello ocurre en un contexto en el cual el BCV no tiene metas monetarias y en consecuencia la economía no puede tener metas inflacionarias ni cambiarias», dijo.
Destaca que la mayor restricción que tendrá esa velocidad de recuperación de la actividad económica dependerá de la evolución del consumo. A su juicio, uno de los elementos fundamentales en la economía y en la velocidad económica es el consumo privado y seguirá siendo determinante en 2021.
«Los impactos de la inflación sobre el ingreso disponible de las familias evita que ese consumo se recupere. Uno de los elementos en que las autoridades económicas deben trabajar a futuro para mejorar la capacidad de compra de la sociedad y la evolución del consumo es reducir la inflación. Pareciera que en 2021 eso todavía no es una prioridad para las autoridades y al final hace que ese proceso de recuperación de la actividad económica sea limitado».
En cuanto a la hiperinflación, Asdrúbal Oliveros recalca que «no es descabellado pensar que en 2021 salgamos de la misma o que esta se mantenga moderada. El concepto de salida de la hiperinflación debe ser 12 meses consecutivos por debajo del 50%».
Considera con respecto a la dolarización financiera y no transaccional, que la banca va a entrar en 2021 en la dinámica de gestión de los dólares. «Eso va a optimizar los medios de pago y tendrá un efecto sobre los productos y servicios que la banca ofrece a sus clientes pero también va a ser más irreversible el proceso de dolarización del país».
Oliveros prevé a su vez un aumento de las remesas en torno 25% en comparación a la tendencia negativa experimentada en 2020. «Tiene que ver con la recuperación de la economía mundial luego de la situación del covid-19».
«Economía negra»
Los análisis señalan que para 2021 existirá un mayor peso de la llamada economía negra y/o ilícita en el país. Desde el 2019, el sector privado no depende de las divisas que le provee el gobierno, sin embargo, en un contexto de desindustrialización se han incrementado las importaciones.
El fortalecimiento de la dolarización transaccional se ha asociado con el aumento de actividades ilícitas como la venta ilegal de oro, narcotráfico y lavado de dinero, recursos que superan con creces los obtenidos por exportaciones de crudo, no petroleras y remesas.
De acuerdo a cálculos de Ecoanalítica, para el mes de noviembre, 54,8% de las transacciones que se hicieron con moneda extranjera fue en efectivo. Mientras que la circulación de bolívares estimada en dólares ($500 millones) fue mucho menor al monto en divisas ($2.000 millones). ¿De dónde provienen esos recursos en divisas? Es lo que no está claro.
El director de la consultora proyecta para este período un aumento creciente de las importaciones en torno al 12% y se mantiene la premisa de la entrada de productos importados de otros mercados. «La economía negra seguirá haciéndose presente en 2021 producto de la propia dinámica del manejo actual de la economía, representando 25% del total, teniendo impacto en todas las capas de la sociedad».
Mientras que Luis Oliveros sostiene que las circunstancias están haciendo que se acabe el llamado «gobierno empresario», no tanto por un tema ideológico sino por la crisis económica. El economista observa un gobierno más pragmático, que cree en el sector privado que es amigo y aliado.
«Desde el punto de vista fiscal diría que es una buena noticia el que se devuelva al sector privado una serie de empresas en manos del Estado, aunque el tema es cuánta transparencia habrá en un proceso de privatizaciones o en el aumento de la participación privada en empresas mixtas. Esa es la gran duda. ¿Habrá rendición de cuentas, se respetará lo que establece la Constitución, se puede creer que esas empresas privadas lo harán mejor que el Estado? Pareciera que sí, pero tengo dudas con respecto al tema institucional y de rendición de cuentas», apuntó Oliveros.
Asdrúbal Oliveros coinciden en la eliminación gradual del Estado empresario por la del Estado gestor. «El gobierno aspira con que una nueva Asamblea Nacional genere una base jurídica para el nuevo modelo económico, es decir, nuevas regulaciones para favorecer inversiones y apoyo a determinadas actividades. Además del desplazamiento del sector privado tradicional por nuevos actores emergentes ligados a la cúpula de poder«.