Venezuela y México aumentan venta de crudo a EEUU por atasco de suministro desde Canadá
Ante dificultades para adquirir más crudo desde Canadá, los refinadores de EEUU han incrementado considerablemente sus compras en América Latina
Las atribuladas petroleras estatales de México y Venezuela han estado desviando crudo procesado históricamente en sus plantas domésticas a refinadores de Estados Unidos, que se han visto afectados por limitaciones de transporte para obtener variedades similares de Canadá, según datos sobre el sector.
Estados Unidos importó 1,675 millones de barriles por día (bpd) de crudo latinoamericano en agosto, el nivel más alto desde mayo de 2017, según datos de Refinitiv Eikon, reporta la agencia Reuters.
Ese aumento se produjo pese a que el marcador de crudo de referencia en Latinoamérica, el Maya mexicano, se está cotizando unos 50 dólares por barril por encima del Western Canadian Select (WCS), debido a los costos de transporte.
“Los que lleguen tarde a la fiesta (del petróleo canadiense) tendrán que pagar más por el crudo pesado latinoamericano o por Basrah Heavy de Irak”, dijo un operador que suele comprar tanto crudo canadiense como de América Latina.
Más efectivo
El reciente impulso exportador de América Latina está siendo empujado principalmente por México, Brasil y Venezuela, a pesar del prolongado declive del bombeo de crudo en casi toda la región. En la última década, los productores de petróleo -a excepción de Brasil- han reducido sus envíos, sobre todo con destino a Estados Unidos.
En el caso de Venezuela, la estatal Pdvsa “necesita efectivo tanto para pagar este mes a los tenedores del bono 2020 como para amortizar (siguiendo un laudo arbitral) a ConocoPhillips”, dijo Robert Campbell, jefe de investigación de productos petroleros de la consultora Energy Aspects, en referencia a dos grandes facturas con vencimiento en los próximos días.
Petróleos Mexicanos está recaudando dinero sobre todo para refinanciar su pesada deuda corporativa. Un alza de las ventas de su codiciado crudo Maya podría ayudarle a restaurar sus refinerías, que están funcionando a niveles históricamente bajos.
Antes del auge del petróleo de esquisto en Estados Unidos, muchos refinadores de la costa del Golfo configuraron sus plantas para procesar crudos de América Latina y Oriente Medio, con Venezuela y México como los principales proveedores. Ese suministro de crudo foráneo disminuyó a medida que aumentó la disponibilidad de variedades locales, que se combinaron mayormente con petróleo canadiense.
No obstante, limitaciones en la capacidad de los oleoductos procedentes de Canadá están volviendo a reconfigurar el origen las importaciones, al menos en el corto plazo.
Las refinerías estadounidenses quieren más crudo canadiense “porque es barato”, dijo un operador, pero “a menos que alguien construya un nuevo oleoducto” será difícil impulsar más las importaciones.
Las compras estadounidenses de crudo canadiense por oleoducto aumentaron a 3,6 millones de bpd en la semana que finalizó el 12 de octubre, alcanzando 98% de capacidad. En el mismo periodo, los envíos por ferrocarril también subieron a un récord de 284.000 bpd desde los 85.000 bpd de octubre de 2017, según el proveedor de datos Genscape.
“Estos oleoductos están absolutamente llenos”, dijo Dylan White, analista de mercados petroleros de Genscape. “No hay espacio para crecer”.