¿Vértigo?, por Gisela Ortega
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El vértigo, del latín ”uertigo” significa girar, es una alteración del sentido del equilibrio que se caracteriza por una sensación de falta de estabilidad. La persona que lo sufre siente que los objetos giran a su alrededor o que ella misma experimenta un movimiento rotatorio del cuerpo.
El vértigo, es conocido desde la antigüedad. Plinio, el viejo, -23-79,- s.1. D.C., científico, naturalista y militar romano, lo reseñó en su Historia Natural.
San Isidoro, -556-636-, Arzobispo de Sevilla, siglos VI-VII, aparece en textos médicos hispánicos del s XV, así en 1490 “se dize vértigo al vaguido dela cabeca”.
Según los profesionales de la medicina, existen más de trescientas causas que pueden llevar a una persona a padecer de vértigo. Sus orígenes son muy variados y variables. El aturdimiento es una perturbación de los sentidos producida por una causa física externa, golpe, ruido, etc. Mareo, turbación o vahído se refieren a un trastorno del equilibrio de una persona. Lipotimia es el término con que en medicina se designa el vahído o mareo. Letargo indica una suspensión del uso de los sentidos y facultades anímicas, de bastante duración y mayor gravedad que los anteriores.
El vértigo, forma parte de nuestras vidas, lo percibimos ante circunstancias negativas y positivas; cuando no sabemos qué hacer, cuando nos falta el equilibrio y la seguridad.
Sentimos vértigo ante las magnitudes que hacen evidente nuestra pequeñez: en medio de lo extraño, de lo desconocido o de lo real más allá de nuestro entendimiento; cuando nuestro horizonte se amplía en proporciones inconmensurables, sin barrotes confinantes, y nos perdemos en distancias, en lejanías, en galaxias; ante lo vasto, lo dilatado y la infinitud del cosmos, ese infinito del que no tenemos intuición, ante lo inmenso, lo que no tiene límites en el espacio o en el tiempo; ante el comienzo de un mundo ilimitado.
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Provoca vértigo contemplar el firmamento que nos señala la existencia gigante del universo, de sus leyes, de sus profundidades y la ausente presencia del Ser omnipotente que lo ha creado y ordenado. Causan vértigo el vacío, la nada, y cualquier punto de referencia en el que, precisamente, toda referencia se desvanezca.
Se siente vértigo ante la forma vertiginosa cómo pasa el tiempo y por la fracción que se comete al perderlo; ante lo instantáneo del ahora, ante lo perenne que supone haber estado en el pasado, estar en el presente y seguir estando en el futuro; ante los milenios y los años luz; ante la eternidad concebida.
Hay términos que producen vértigos, como las cifras astronómicas que alcanzan asignaciones presupuestarias, y con la vertiginosidad con que se diluyen y se esfuman sin dejar rastro.
Vértigo es también, una turbación del juicio. Es, el apresuramiento anormal de la actividad de una persona o colectividad; es la angustia que produce la velocidad del tiempo y como se transforman las cosas.
En la literatura, la pintura y el cine son numerosos los ejemplos en que el vértigo aparece como tema culminante.
En la novela de Milán Kundera, La insoportable levedad del ser, publicada en 1984, el escritor señala:
“¿Qué es el vértigo? ¿El miedo a la caída? ¿Pero por qué nos da vértigo en un mirador provisto de una valla segura? El vértigo es algo diferente del miedo a la caída. El vértigo significa la profundidad que se abre ante nosotros nos atrae, nos seduce, despierta en nosotros el deseo de caer, del cual nos defendemos espantados”.
Ernesto Sábato, 1911-2011, en su ensayo publicado en el año 2000, La Resistencia, plantea el problema del vértigo en nuestra sociedad, tan afanada por el trabajo y la técnica: “En el vértigo no se dan frutos ni se florece. Lo propio del vértigo es el miedo, el hombre adquiere un comportamiento de autómata, ya no es responsable, ya no es libre, ni reconoce a los demás. Se me encoge el alma al ver a la humanidad en este vertiginoso tren en que nos desplazamos, ignorantes, atemorizados sin conocer la bandera de esta lucha, sin haberla elegido.”
El pintor chileno, Roberto Matta, -1911-2002- participante activo del surrealismo y uno de sus mayores renovadores, en su obra “El vértigo de Eros”, marca el período en que el artista comienza a expresar su relación con el entorno social. El vértigo puede ser considerado como un sentimiento de abandono que se produce al momento de tomar conciencia de un proceso interno en el que se efectúa un cambio trascendente.
“Vértigo”, es una famosa película dirigida por Alfred Hitchcock que fue estrenada en 1958 y que obtuvo dos nominaciones al Premio Oscar.
James Stewart y Kim Novak son los protagonistas de esta producción, un film de suspense y un drama, que gira en torno a la figura de un policía retirado que sufre de vértigo. Este, alejado del servicio, será solicitado para que se encargue de vigilar a una mujer de la que se enamora.
Pero el más común y grave de los vértigos es el que causa la altura o sentirse en las alturas, y el peligro de caer, porque hay que considerar –para quien lo padece–, algún día el vértigo lo invadirá.
Gisela Ortega es periodista.
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