Vieja política, por Griselda Reyes

Los autores de la política venezolana a lo largo de los años no han entendido la necesidad de renovarse y abrir los campos a las nuevas promociones de políticos que cada día van haciendo y abriéndose paso, comprendo que tener que hacerse a un lado no es fácil, pero hay que entender que la vida pasó y no hay alternativa.
Pero desgraciadamente no hay capacidad para comprender que es así, entonces recurren a prácticas destructivas que buscan golpear la moral y luego lo emocional, tratando de vulnerar los sentidos de la cordura y la inteligencia, pues le tengo un mensaje a eso, váyanse al carajo, porque si algo nos ha caracterizado es la fuerza moral y el temple para asumir los retos de envergadura.
Si hubiesen hecho bien el trabajo, aquí más nadie tuviera oportunidad, pero, al contrario, lo tuvieron todo y prefirieron entregarlo, y es que lo vemos en prácticas tan miserable como el hecho de preferir que llegue un chavista a un puesto de representación popular que un aliado político de la misma causa, sólo porque el otro no puede llegar y desplazarlo con políticas renovadora, y triste es que hay seguidores que se prestan a esa tarea.
Por ahí escuché una consigna que es dedicada a los chavistas de base, que habla de revolcarse en no sé qué, pues en eso nos estamos reciclando somos nosotros por esa manera estúpida de hacer política que prefieren ver al enemigo en el poder que luego los vs a perseguir, patética verdad.
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Este país está en desgracia, pero no solo por la política que adelanta el chavismo en su plan de destrucción y control absoluto de todo el aparato productivo del país, sino porque lo han logrado gracias a esa vieja manera de hacer política que no soportan que alguien suena porque de una vez van a destruir su imagen.
Ortega y Gasset hablaban de dos España, aquí hay tres Venezuela, pero la humilde y trabajadora que le estamos invirtiendo dinero, pasión y vida va a lograr renacer de las cenizas a esta nación que necesita, verdad y trabajo comprometido con todos los venezolanos.
No me voy a ir, y tendrán mi pasión recorriendo las calles, dice por ahí que «Esa es una loquita que está recorriendo las calles» pues les tengo un mensaje, prepárense porque este país se vaca convertir en un verdadero manicomio de alegría, de entusiasmo, de actitud positiva y sobre todo un manicomio de desarrollo y verdadera prosperidad, con libertad, donde todos tengan la oportunidad para el crecimiento.
Cálmense, no voy a presidente, duerman tranquilos, sólo estoy engendrado en la gente una manera diferente de hacer las cosas, sólo estoy dándole verdadero poder a la gente, otorgándoles el título de CIUDADANOS, ese que le da al individuo las herramientas necesarias para dejar de ser tontos útiles, diciéndole que dejen de seguir siendo escaleras de ataúdes de políticos que su tiempo pasó, y como decimos en mi tierra natal del Táchira, «oiga toche, quítese que su tiempo ya se acabó» me seguirán viendo en la calle, me seguirán viendo en los sectores más humildes, podrán decir los que les dé la gana, que mi voluntad y moral no se destruye con simples palabras, que necesitan muchas cosas más para verme doblegar, porque tengo la fuerza de ser mujer venezolana y madre con los ovarios bien puestos.