Virutas, por Fernando Rodríguez
1-La verdad es que no soy admirador de la figura de Raúl Baduel. Su «salvación» del Chávez destronado y los largos años que lo acompañó en su delirio destructor, como su segundo hombre, me fueron suficiente para ello. Además, sé que practicaba un espiritualismo bastante extravagante y disonante. Pero no dejo de reconocer que, en un momento de su vida, el mejor, se dio cuenta de que íbamos hacia el abismo y tuvo una valiente confrontación a la dictadura. En ese momento pensé que su misticismo, tan raro en uniformados sin sesos, había hecho lo suyo.
Pero lo que me asombra de este drama es la saña y el martirio a los que lo sometieron los que tanto le debían, su cabeza política. 12 años de cárcel, con vejaciones y atropellos, físicos y psíquicos. Hasta con uno de sus hijos se cebaron. Ahora muchos dicen que fue asesinado, tras el disfraz de un infarto.
Son todos elementos para una tragedia sobre el poder y la miseria humana. Y, en otro plano, algo que hay que aclarar por las dimensiones de los personajes.
2-Todos los que saben sobre la pandemia en el país están indicando que estamos en el peor de los momentos de la pandemia desde sus inicios. Lo dice Castro, Oletta calcula que hay multiplicar por ocho o diez las cifras oficiales. Y nada anuncia que estamos dominando este impulso tenebroso. De manera que resultan absurdos y grotescos los anuncios de Maduro de celebrar unas navidades de dos meses liberalizados y no hay otra explicación que su ignorancia y falta de asesorías adecuadas o una de las más siniestras propagandas electorales que hayamos oído.
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3-Es un deber de patria ver la exposición de Mercedes Pardo en la galería Ascaso, en las Mercedes. Estupendamente montada en esa amplia y hermosa galería está una de los dos o tres grandes pintoras venezolanas de todos los tiempos. Y es verdaderamente una alegría encontrarse con un arte abstracto lleno de espiritualidad y expresividad. Es más es una grata experiencia encontrarse otra vez con una artista de lienzo, pincel y mesurado lirismo en la barahúnda experimental que es el pan nuestro de cada domingo, cuando había exposiciones en Caracas quise decir.
4-Las vejaciones contra las universidades autónomas no cesan. Cada día más perversas. Las defensas universitarias parecen estar en el suelo. O hay complicidad, o silencio, o manifiestos más o menos privados para los gremios. ¿Dónde diablos andará eso que llamaban el movimiento estudiantil y que libró batallas bastante encomiables, desde los chamos del 28? Ahora bien, yo estoy seguro de que si el deseo del gobierno es apropiarse de esos centros de estudios, que son algo así como su antítesis, van a producir una sampablera más o menos cotidiana que no les conviene. Nada mejor que esta anarquía y desorientación que ahora practican. Si no pregúntenle a algún calderista de peso cómo manejó el brillante estadista el error de haber allanado la UCV y por qué motivos tuvo que revocar la costosa medida.
Fernando Rodríguez es filósofo. Exdirector de la Escuela de Filosofía de la UCV.
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