Virutas, por Fernando Rodríguez
1.-El presidente Biden le dijo al papa Francisco que era el más grande luchador por la paz que había conocido. Esto sucedió en la fraternal visita que le hizo en el Vaticano, con motivo de la reunión del G20 en Roma. Algo debe decir en contra de las supuestas tendencias rojillas del más alto prelado. Aunque también se puede considerar que Biden, como buen demócrata, tiene su lado si no rojo, rosado al menos. Le gustan los impuestos y los gastos sociales. Tanto más ahora que el ala más a la izquierda, la Sander y Warren, se ha robustecido notablemente e incluso la «izquierda radical» de Ocasio-Cortez, Boudin y otros jóvenes crece consistentemente. Alerta, están por todas partes, hasta en EE. UU. Los macartistas locales, y mundiales, también crecen y se ponen al acecho, hasta los nazis puros y duros han renacido.
2.-La Facultad de Arquitectura de la UCV ha sido históricamente de las más brillantes de esa institución hoy demolida. Bueno cuando era lo que era, muchas de sus más notables figuras se permitieron criticar la hechura del mural de Zapata que está en uno de los costados de la ciudad universitaria. Ojo, nadie dijo que Zapata no fuese un gran artista, sembrado como pocos en el alma nacional. Tampoco que cuestionaran la belleza del mural. Pero la excesiva cercanía con el patrimonio de la humanidad les parecía inadecuada. Bastante sutil la observación, pero provenía de la admiración y el respeto a la obra de Villanueva. Ahora, en el país de Jacqueline Farías, Maduro y las charreteras se ha ejecutado del lado de la ciudad universitaria, colindante con el estadio, un esperpento de la más burda factura técnica y de la más deplorable estética, patriotera y cursilona, para celebrar los 200 años de la batalla de Carabobo.
Como no hay UCV, sino su sombra evanescente, no ha habido reclamos. Al menos dejemos constancia en estas líneas extraviadas.
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3.-Ahora que Nicolás Maduro ha coleccionado el mayor número de condenas internacionales formales por sus atropellos a los derechos humanos que tenga dictador alguno, vivo al menos. ¿O me equivoco y hay otro que lo supere? Ahora que somos objeto de la condena universal y eso que todavía no han explotado Saab, el pollo y la enfermera, algo debería moverse aunque sea un poco.
4.-A estas alturas las políticas internacionales sobre derechos humanos han demostrado que han crecido desde Núremberg y que hasta hay ya una gama amplia de instituciones que tienen como objeto sancionar sus violaciones. Muchas veces se ha celebrado como un gran logro de la humanidad, y por supuesto lo es: la justicia es un valor superior a las fronteras, sobre todo en un mundo globalizado, en que tirios y troyanos somos sobre todo humanos. Pero también parece ser una tendencia creciente el que su puesta en práctica resulta cada vez más difícil por la imposibilidad de ir más allá de las soberanías nacionales.
Si se revisan los archivos de la Corte de La Haya parecen insólitas las trabas formales para hacer realidad sus sanciones y la temporalidad que emplea. Esto lo digo porque no va a ser demasiado pronto que se haga realidad de verdad la justicia en Venezuela.
Pero, por supuesto, lo acaecido esta semana es de una inmensa importancia en cuanto a la imagen mundial de una dictadura investigada porque mata y tortura.
Fernando Rodríguez es filósofo. Exdirector de la Escuela de Filosofía de la UCV.
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