¿Volver a Carabobo?, por Ángel R. Lombardi Boscán
«Volver a Carabobo» era el lema pintado en los cuarteles antes de Chávez y sus golpes de estado en el año 1992. Hoy, «Carabobo» sólo representa a un orden militar basado en el atropello del orden constitucional. Es común escuchar que los venezolanos vivimos en la V República, cuando en realidad sólo ha existido una sola República iniciada en el año 1811 y de talante civil. Una de las herencias más perniciosas de la independencia fue el secuestro de toda su simbología e institucionalidad por parte del sector castrense hasta el día de hoy. Recuperar el protagonismo civil alrededor de un orden democrático empieza por desmilitarizar a Bolívar y subordinar a los militares a los civiles.
¿Qué tanto sabemos los venezolanos de la Batalla de Carabobo (24 de junio de 1821) y la independencia? Pues prácticamente nada. Esos hechos del pasado solo representan destrucción y muerte. Sólo que el poder se los apropia para deformarlos y codificarlos en beneficio propio. Lo que tenemos es una “épica del desencanto” (Tomás Straka) sin conexión real con los problemas de los venezolanos en el presente.
A continuación ofrecemos algunos tópicos pocos conocidos sobre Carabobo para alentar el tan necesario debate sobre unos temas cautivos por el imaginario patriotero y nacionalista.
El ejército «español» en Carabobo estuvo formado por soldados del país en su mayoría: criollos. Sólo la oficialidad era europea.
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En Carabobo, 1821, el ejército realista ya estaba condenado a una derrota segura. Además, La Torre cometió el error de dividir sus fuerzas cayendo en la trampa de Bolívar y su diversión sobre Caracas. Luego, Morales, Jefe de la Caballería, se le insubordinó en plena batalla.
Cuando Morillo abandonó a Venezuela en los meses últimos de 1820, con gran alivio por cierto, el ejército realista ya estaba derrotado. La victoria de Bolívar no fue en Carabobo, 1821, sino en Boyacá, 1819
En Carabobo Bolívar se «deshizo» de la Legión Extranjera, los británicos. No podía pagarles por sus «desinteresados» servicios. A Páez también intentó enviarlo a la «gloria» en plena batalla pero éste logró escabullirse. Algunas de estas polémicas afirmaciones salieron a relucir por primera vez en los muchos testimonios de los extranjeros contemporáneos de esos hechos. El general Charles James Minchin (1797-1879) es uno de esos testimonios. Pérez Jiménez en un libro de entrevistas aseveró algo parecido.
El triunfador de Carabobo en un sentido práctico fue Páez y sus soldados llaneros. Desde entonces Bolívar dio un paso a un lado sobre el feudo Venezuela. Es por ello que el fundador de Venezuela es Páez.
Según Marx los libertadores de la América del Sur fueron los soldados de la Legión Extranjera. Bolívar y San Martín por ser criollos siempre estaban un paso por debajo de los europeos. El eurocentrismo de Marx fue más que evidente.
Bolívar, no se conformó con liberar la Costa Firme. Su ambición siempre fue el Perú, sólo que por esos lares nunca le quisieron. Por eso destinó a Sucre en hacer lo que él mismo no pudo o le impidieron hacer. Ayacucho (1824) es la consagración de Sucre. España, la metrópoli, se enteró de la pérdida continental en 1898 cuando apenas le quedaban Cuba y Puerto Rico.
Luego de Carabobo, La Torre se refugió en Puerto Cabello a una rendición segura. Fue relevado del mando por Morales y éste aprovechando que las fuerzas de Bolívar se fueron al Sur logró conquistar el occidente hasta Maracaibo. Sí hubiese tenido refuerzos provenientes del exterior, que los pidió al almirante Laborde en repetidas oportunidades, reconquista toda Venezuela.
Carabobo, no fue un éxito estratégico de Bolívar en plena batalla. La Torre controlaba las alturas y el emplazamiento de sus tropas fue mejor. El momento clave fue la deserción de la caballería de Morales que no cargó en el momento decisivo. Morales y La Torre se odiaron.
Siempre me ha parecido curiosa la benevolencia del discurso patriota respecto a la «gallarda» retirada del batallón Valencey en Carabobo. Son esos recursos que utilizan los vencedores para engrandecer aún más su victoria. O el triste consuelo del derrotado.
Carabobo, es el inicio de una mitología de la independencia con sus héroes y mentiras. Representa el epicentro de una ideología militarista dañina hasta el día de hoy
Director del Centro de Estudios Históricos de LUZ