Volver a los autores venezolanos “nos permite reconocernos”
Insistir, reeditar, crear campañas, son parte de las ideas que vienen a Yoyiana Ahumada para volver a los autores venezolanos, ratificar su importancia y llevarlos a las nuevas generaciones
Autor: Crisbel Varela
Rómulo Gallegos, Teresa de la Parra, Arturo Uslar Pietri, Isaac Chocrón, Ida Gramcko, José Ignacio Cabrujas, Miguel Otero Silva, todos autores venezolanos que han dejado un repertorio trascendente en la literatura venezolana. Sobre el peso de su pluma se crearon textos que con el pasar de los años siguen reflejando lo que somos como sociedad.
Insistir, reeditar, crear campañas, son parte de las ideas que vienen a Yoyiana Ahumada para volver a los autores venezolanos, ratificar su importancia y llevarlos a las nuevas generaciones.
En medio de volver a esos autores venezolanos, Yoyiana Ahumada, fue capaz de crear un diálogo entre las famosas novelas de Rómulo Gallegos: Doña Barbara y Canaima, para ser llevadas a escena bajo la producción de la Fundación Rajatabla y como parte del lanzamiento de la editorial Sarrapia, quienes publicaron “en formatos de esmerado diseño artístico con ilustraciones del maestro Leonel Duran”, dos de los libros emblemáticos del también político, acompañando la reedición con una propuesta teatral.
Gallegos: Selva, llano y palabra, un texto donde Ahumada entrelaza dos historias del autor de una forma poética y que bajo la dirección de Marisol Martínez, logran una sinergia que le regala al espectador una propuesta muy artística, atrevida y sensorial gracias a la musicalización de Manoa Audio.
Para Ahumada volver a los autores venezolanos es reconocernos y referenciarnos.
“Creo que hay que insistir en llevarlos a escena, pero también en reeditarlos, hacer campañas creativas de lectura. En descubrirles que son voces fundamentales para reconocernos, referenciarnos y acompañarnos en estos momentos en los que se ha pretendido borrar nuestra historia, suplantarla por un inmediatismo que genera ahistoricidad y anomia, por tanto un quiebre”, expresó la escritora.
Jesús Das Merces, Rebeca Herrera, Luis Palmero, Margareth Aliendres, José Gregorio Martínez, Jessica Arminio y Natasha Cádiz (Danza), dan vida a esta obra que no cuenta solo la historia de las novelas, sino al mismo Gallegos mientras escribe. La pieza muestra el imaginario del autor y como los personajes juegan en su mente, permitiendo así, entrelazar las novelas.
La pieza estrenó en noviembre de 2023, presentándose en la sala Rajatabla, se remontó en diciembre de ese mismo año en la Asociación Cultural Humboldt y ahora regresa a las tablas del Trasnocho Cultural durante tres semanas. Además tienen pensado recorrer el interior del país, con invitaciones de presentarla en Maracaibo y Margarita.
“Gallegos: Selva, llano y palabra es una propuesta que nace a partir de la decisión de la editorial Sarrapia, dirigida por Ramiro Molina. Querían que el lanzamiento de las obras fuera más allá del espacio editorial. El señor Molina, amante de la literatura y el teatro venezolano y especial admirador del grupo Rajatabla desde su primer montaje, le propuso a William Lopez esta posibilidad, y tanto él como Marisol Martínez, me convocaron para el proyecto”, relató Ahumada.
Al trabajar un autor como Gallegos, Ahumada considera que “es acercarse a un proyecto de conocimiento profundo de venezolanidad”.
“Podríamos pensar que abordar a Gallegos es encarnar en escena el mundo imaginario del que es considerado el novelista más importantes del siglo XX y uno de los más grandes autores de latinoamérica (…) Indagar en Gallegos es acercarse a un proyecto de conocimiento profundo de venezolanidad. Romulo Gallegos quiso hacer del paisaje un inmenso texto literario y prácticamente no le quedó por fuera ninguna región de Venezuela”, agregó la dramaturga.
“Pienso en la suerte que tenemos de compartir gentilicio con este genio de la literatura y la civilidad, pienso en que volver a beber de sus textos es sorprenderse con una novela como Canaima, donde se asoman los primeros signos del realismo mágico. Pienso en que más allá del conflicto civilización y barbarie con el que nos lo quisieron hacer un autor aburrido y militante del positivismo, Gallegos es un portento por descubrir, una potencia narradora y dramatúrgica que supo convertir en paisaje humano las profundas contradicciones de este país que tanto amó y por el que trabajó sin descanso”, reveló la dramaturga, citando además al autor: “El progreso penetrará en la llanura y la barbarie retrocederá vencida”.
La editorial Sarrapia explicó que eligieron Doña Barbara y Canaima porque creen que “la palabra es espejo, vacío y encuentro”.
“Apostamos que conociéndonos y reconociéndonos hay siempre camino a la esperanza. Ese es nuestro compromiso difundir lo que somos en aras de un mejor país”, dijo Julieta Molina de la editorial Sarrapia.
“Gallegos forma parte ineludible del imaginario venezolano. Sus obras hablan de lo que hemos sido y de lo que somos. La obra de Rómulo Gallegos es una ficción de carácter fundacional, en la que desde el pensamiento positivista propio de la época, nos presenta una visión de país engranada en una abundante galería de personajes. Comenzamos realizando una relectura de su obra, haciendo especial énfasis en tres títulos: Doña Bárbara, Canaima y Cantaclaro, en ellos una vez más tropezamos con su concepción ética en torno a la tierra, el bien y el mal, la civilización y la barbarie. La Venezuela que observa y la que anhela: tesis y símbolos de quien aspira una sociedad democrática que garantice los derechos de la ciudadanía y la convivencia. Una estructura narrativa que surge de la idea de la violencia como generadora de los males que aquejan el territorio, y promueve la acción civilizadora como instrumento”, añadió.
Ramiro Molina, Julieta de Molina y Rosalexia Guerra, crearon la editorial Sarrapia para relanzar referencias de la literatura con el fin de captar nuevos lectores y su plan precisamente se centra en la publicación de obras venezolanas con el objetivo de promover la memoria y la identidad.
“La voz de la literatura y de nuestros autores es lo que somos. Creemos que hay que volver a nosotros mismos. Rescatar y propiciar la memoria como identidad. Por ello es importante volver a nuestros escritores. Somos lo que la cultura amalgama en nuestras vivencias, aspiraciones y actitudes. Un tejido cultural y social que requiere los mejores hilos para reconocernos y reconstruirnos”, mencionó Julieta Molina, dando a conocer que desde Sarrapia trabajan en una próxima publicación de Andrés Eloy Blanco.
La editorial asegura que sigue apostando tanto por los escritores venezolanos que dejaron un legado como por las nuevas generaciones y sueña con un país de lectores.
“Es conocido por todos la dificultad de acceder no solo a las grandes obras de la literatura universal, el conocimiento científico y las novedades del sector, los libros no llegan al país y las empresas se encuentran en un mercado contraído, caracterizado por la escasez de la oferta; seguimos apostando por el país y su cultura, pero sobretodo apostamos a nuestros lectores, a la posibilidad de que accedan a los mejores libros porque esto es el real ejercicio de la ciudadanía. Un lector es alguien que siente, reflexiona, debate con el texto para construir una nueva realidad. Esa es nuestra apuesta: memoria, identidad y lectores”, sentenció Molina.
Otra pieza que llegó para recordar a los autores venezolanos es La hora menguada, original de Rómulo Gallegos, en esta ocasión versionada por Orlando Arocha, quien también dirige la obra.
La reconocida historia estrenó este 5 de abril y estará en las tablas hasta el 14 de este mismo mes en el Centro Cultural Chacao, donde el público también podrá disfrutar de una muestra de Gallegos que incluye fotografías, documentos e incluso objetos personales del autor.
“Siempre que haya una relectura sobre los autores venezolanos, será importante; a veces sucede que las decisiones de volver sobre clásicos es fortuita y eso hace que el sentido y la motivación tarden en aparecer. Creo que pasearnos por nuestros autores nacionales es necesario en la medida en que tengamos una postura o al menos una inquietud genuina en relación a ellos”, mencionó el actor que participa en la pieza, Gabriel Agüero, quien agregó que en el equipo de La hora menguada conviven múltiples generaciones, “las cuales han vivido experiencias diversas y tienen una percepción del mundo única”. “La confluencia de eso es muy reveladora. En nuestra rueda de prensa estaban sentados juntos la hija de Rómulo Gallegos, Sonia y el niño que interpreta a Vitico. Ambos representan una era de lo que ha sido hasta ahora y será nuestra historia cultural desde el legado y el porvenir”.
Crisol Carabal, Elaiza Gil, Gabriel Agüero y Sebastián Porras, son los artistas encargados de encarnar esta historia emotiva en la que Amelia y Enriqueta son dos hermanas unidas por un pecado y un secreto que las acompañará por el resto de sus vidas.
Tanto Gallegos: Selva, llano y palabra como La hora menguada estrenan este viernes, cuando se cumplen 55 años desde la muerte del novelista.
El 2024 comenzó lleno de propuestas teatrales para todos los gustos y rescatando la importancia de volver a los autores venezolanos, otra pieza que destaca es E’ Ultreja de Arturo Uslar Pietri, un montaje dirigido por Guillermo Díaz Yuma que se presentó el año pasado en el Centro de Creación Artística TET y regresó para el Festival Internacional de Teatro Progresista 2024 el pasado 22 y 23 de marzo.
Lowell Guzmán, Mario Becerra y Yohn Terán, se convierten cada uno en una presencia. Juntos y entre cantos y un trabajo físico que a la vez es sutil, esperan al ente que los hará trascender, mientras se cuestionan sobre la vida y la divinidad. Es una puesta en escena con una mirada siempre minimalista y unos personajes que están en triada, como la Santísima trinidad o el equilibrio entre el cuerpo, la mente y el alma; son el gesto, la virtud y la risa.
“Esta pieza habla de la humanidad, cosas tan simples con un lenguaje complejo y lleno de muchas imágenes. Habla de la vida, lo repetitivo que somos, como no vemos la belleza en lo simple y esta búsqueda del ser humano de querer trascender”, explicó Lowell Guzmán.
“Es importante presentar E’ Ultreja porque habla de nosotros”, dijo el actor, agregando que “siempre es importante regresar a lo que somos como sociedad o país”.
Al llamado a volver a los autores venezolanos se puede sumar a Un vestido para Doris Wells, una pieza escrita por Elvis Chaveinte donde proyectan a José Ignacio Cabrujas para crear una especie de recuerdo que permite al público reflexionar sobre lo que fuimos y seguimos siendo, en medio de una historia que habla de una de las artistas más importantes que ha tenido el país.
“Es un referente muy importante, porque nos pensó, reflexionó, se dispuso a tratar de entender nuestra idiosincrasia. Hizo un gran aporte a nuestra cultura contemporánea en todos los ámbitos en los que participó, y pertenece a esa generación tan brillante que coincidió en ese momento en que se cuenta la obra”, comentó Chaveinte cuando estrenó la pieza el año pasado en La Caja de Fósforos. Este 2024 la propuesta regresó a los escenarios del Trasnocho Cultural en marzo.
Con Un vestido para Doris Wells, Chaveinte buscó hacer un homenaje a su abuela, a Doris Wells y al teatro.
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Agüero reflexionó que lo importante además de volver a los autores y reconocerlos, es “no parar”.
“El teatro siempre va a estar. Es el arte que nos acerca como ciudadanos y nos convoca a un espacio donde nos aceptamos en medio de nuestras diferencias. Las distracciones también han estado y seguirán estando. La tarea es seguir y convertirnos en una fuerza de atracción no solo para las nuevas generaciones sino para todos los ciudadanos. Ciertamente debemos estar al día en relación a lo que sucede mundialmente y en la medida en que seamos honestos con nuestros discursos, igual de honesta será la respuesta bien a favor o en contra. Lo importante es no parar”.