Vote por la Unidad, no coma cuento; por Teodoro Petkoff
Hay varios cuentos de camino que los electores no deben comerse por ningún respecto. Veamos.
1.El cuento de que el gobierno descubre cómo vota cada quien. Eso es falso de toda falsedad. No existe manera alguna de violar el secreto del voto.
Este cuento está dirigido sobre todo a asustar a los empleados públicos y a los beneficiarios de las misiones, porque la amenaza, bien explícita, es que «te botamos» si no votas por el gobierno» o «te quitamos la beca». Pues bien, eso es sólo para cazar bobos. De hecho, el sábado pasado una profesional universitaria, empleada en la Electricidad de Caracas, preguntó a este editorialista: «¿Doctor, usted me jura que no van saber como voté?» Se lo juramos por todos los santos y se lo demostramos. Su respuesta fue muy buena: «El lunes llego explicando esto, porque allá todos estamos hartos de este gobierno, pero tenemos mucho miedo».
2. – Uno de los «argumentos» inventados dizque para descubrir el secreto del voto fue el de los «captahuellas». Aparte de haber servido para un guiso fenomenal, esos aparatos no hacen otra cosa que recoger huellas digitales y más nada. No existe ninguna asociación entre las captahuellas y la máquina electoral, de modo que es enteramente falso que se pueda establecer la secuencia de los votantes.
3.Recientemente han puesto a correr otra cuento cazabobos: el del satélite. Ahora, según y que «descubrirían» el secreto del voto mediante el satélite chino.
Eso no sólo es imposible técnicamente, sino imaginemos el caos que significaría ese aparato monitoreando 33 mil mesas electorales y millones de votantes, y eso manejado por esta cáfila de inútiles que ejerce funciones de gobierno, a quienes se les pudre la comida en los puertos y ni siquiera logran darle mantenimiento adecuado a «su» línea aérea. Este del satélite si es un verdadero cuento chino.
4.Una vez que usted vota, la maquina le da un «recibo». Usted se fija si ese papelito tiene los mismos votos que usted marcó y luego lo mete en una urna o caja. El 54% de esas cajas será abierto después del acto de votación, para comparar su contenido con lo que dice el acta arrojada por la máquina. La auditoría se hace después que se cierran las votaciones y no antes y las cajas a auditar (en el caso de que sean más de una) deben ser escogidas por sorteo.
Pero hubo en el pasado unos vivotes, llamados «coordinadores de centro de votación», designados por el CNE (en verdad, por la banda de las cuatro) que pretendían que la escogencia de las cajas se fuera haciendo durante el proceso de votación, ya imaginamos para qué. Esos «coordinadores» no tienen otra función que la de ayuda técnica, si esta fuera necesaria, pero no mandan ni dirigen las mesas ni los centros de votación. Mosca, pues.
5.Los militares del Plan República sólo tienen funciones de orden público y custodia. No tienen nada que ver con lo electoral mismo. No dirigen ni mandan en las mesas ni en los centros de votación, no son árbitros en ningún conflicto que pudiera suscitarse con lo propiamente electoral. Eso lo resuelven en la mesa, los funcionarios y testigos miembros de ella. Ningún militar puede atribuirse funciones electorales.