Vuelan los $$$, por Teodoro Petkoff
Ayer el presidente nos hizo saber que «le tiene le ojo puesto» a quienes están sacando dólares del país. Por supuesto que «el ojo» del presidente será tan inútil para impedir la fuga de divisas como lo ha venido siendo su inefable «lupa» para impedir la corrupción administrativa. El efecto va a ser exactamente contrario. Obvio que una hemorragia de divisas desestabiliza la economía y la política del país afectado por ella. Pero si Hugo cree que ese drenaje se enfrenta con medidas de control (lo cual pudiera estar implícito en esa velada amenaza del «ojo puesto»), entonces no está entendiendo cuáles son las razones por las que están saliendo los dólares y no podrá contrarrestar esa tendencia. Vamos a tratar de explicarlo con las palabras de Alejandro Armas, quien el domingo publicó un importante análisis económico en El Nacional. Armas, persona sensata, si las hay, es presidente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea e importante figura del chavismo.
Dice Armas: «En el área cambiaria y de balanza de pagos, la gerencia de la política macroeconómica debe despejar las dudas que se tejen acerca de la capacidad que tiene la economía para mantener un anclaje del tipo de cambio que entre enero y junio ha ocasionado pérdidas de reservas internacionales por un monto cercano a los 4 millardos de dólares». Obsérvese que Armas «pone el ojo» en la política macroeconómica y en la política cambiaria, no en los «desestabilizadores». Allí es donde debe ponerlo también Hugo, o pelará bola. El punto es sencillo. La política cambiaria hace que un buen padre de familia prefiera ahorrar en dólares y no en bolívares. No sólo por esa razón de peso que deriva de la simple comparación de los rendimientos sino por la mera intención de proteger el patrimonio. Ante la incertidumbre que el propio Hugo crea continuamente, por ejemplo, con declaraciones del tenor de esa de «ponerle el ojo a los capitalistas desestabilizadores», la gente prefiere tener sus haberes en una moneda de cuya solidez no hay duda. Con un dólar tan barato, con un bolívar sobrevaluado, ¿cómo culparla?
Sugiere Alejandro Armas que «el gobierno y el BCV deben ajustar la meta de devaluación anunciada por el sistema de bandas cambiarias -de 7% anual para 2001-, ya que han cambiado algunos parámetros que le daban sustentación: el precio y el volumen de producción petrolera han descendido; la salida de capital ahora se combina con una sensible caída de reservas, que alimentan mayores inclinaciones de compra de divisas». Como se ve, Armas propone quitarle a los «desestabilizadores» (en el supuesto negado de que Hugo pudiera tener razón al poner sobre ellos su ojo), las motivaciones económicas que hoy estimulan la huida de capitales.
Concluye Armas: «Nuestra economía no debe seguir encerrada en un fundamentalismo cambiario…» Otro amigo de Hugo, Felipe Pérez Martí, ha propuesto paladinamente que Jorge Giordani sea sustituido a la cabeza del equipo económico. Por allí fumea. Hay que actuar rápido, porque de lo contrario, cuando el daño sea mayor, la tentación del control de cambios será muy grande. Sólo que ese camino nos llevará derechito a un remedio peor que la enfermedad