¿Y cómo han sido las “primarias” del PSUV?, por Beltrán Vallejo
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Como todo régimen autoritario y hasta con ínfulas totalitarias, el chavomadurismo ha recorrido toda una etapa histórica de cercenamiento de las libertades establecidas en el modelo democrático, ha contaminado los espacios institucionales para que se perviertan sus formas y procederes libres, ha reprimido los canales comunicacionales de opinión pública, y ha convertido las elecciones de los funcionarios de gobierno en un festín de corrupción, persecución, represión y de judicialización de la política.
El régimen ha desbaratado el quehacer democrático de sindicatos, gremios, academias y universidades; ha usado una argucia anticonstitucional, como son las inhabilitaciones emanadas por la Contraloría General de la República, para sacar del camino a políticos y líderes incómodos a sus intereses; ha usado el poder judicial para anular directivas de partidos políticos opositores, ya sean de derecha o de izquierda; ha encarcelado, perseguido y ha agredido físicamente y con otras formas de violencia a dirigentes políticos y a sectores completos de la oposición venezolana. Pero este año, el caradurismo del régimen se hace grotesco a la enésima potencia.
Desde que los demócratas tomaron la sabia decisión de realizar una consulta a sus bases y a su electorado para escoger al candidato de ese sector que vaya a la contienda electoral presidencial en el 2024, el chavomadurismo de manera expedita tomó el camino del saboteo, de la agresión violenta contra algunos candidatos y de la descalificación; y ahora subió el nivel casi al grado de terrorismo de Estado con la utilización de voceros de las Fuerzas Armadas que han calificado a las primarias opositoras como una “amenaza subversiva”; es decir, un mero acto democrático de consulta es para ellos una subversión.
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Ahora, esto es «normal» en dictadura, nada sorprende. No obstante, lo que me incomoda de todo esto es la patanería y el caradurismo que contextualiza todas estas agresiones. Los patanes del PSUV, tanto civiles como militares, tienen rato queriendo dar lecciones como demócratas; se disfrazan como los demócratas más puros; ellos pretenden pontificar sobre la temática democrática.
Por ejemplo, ellos han realizado eventos denominados como «primarias», ¿y cómo han sido esas fulanas primarias del PSUV? Las últimas fueron en el 2021, y fueron un bochorno. Las «primarias» del PSUV han sido tan burocratizadas y elitistas que terminaron como una antítesis, terminaron como una antiprimaria.
Recordemos las de ese 2021 donde, al final de ese grotesco camino de usar groseramente y sin pudor a sus militantes, fue el cogollito de la dirección nacional del PSUV el que dio la última palabra para la designación de candidatos a gobernadores y alcaldes.
Por eso es que, semanas después de esa y que consulta, muchos municipios y algunas regiones estuvieron en suspenso con esas candidaturas, y en donde incluso en algunos de esos espacios resultaron designados candidatos que, de acuerdo a la misma militancia de base, no obtuvieron la votación mayoritaria, y los defenestrados tuvieron que quedarse calladitos o con algunos «consuelos».
Además, el espectáculo que dieron esas primarias estuvo tan salpicado de irregularidades, corrupción, otorgamiento de dinero en los centros electorales, bolsas de comida, peculado y malversación hasta debajo de las piedras, amenazas, persecución, intimidación y chantaje, que hasta el mismo Diosdado y Maduro tuvieron que reconocer que «hay denuncias»; pero la miopía de ellos no importó porque su propia militancia y el país en general fue testigo del espectáculo de un hecho político interno realizado con la fuerza de la corrupción y del autoritarismo.
¿Cómo fueron esas asambleas de UBCH para las postulaciones? La respuesta es sin convocatoria y muchas bajo intimidación ¿El voto fue libre? En ningún lugar de esas primarias ¿Fue trasparente ese proceso? La respuesta es que fue un aquelarre oscuro y misterioso. ¿Cuál fue el número total de votos y de participantes? Ese es el gran misterio; pero ellos dicen que millones y millones.
En fin, las comparaciones, dicen algunos que no son convenientes, pero para mí si encierran una gran lógica y un contundente dato, en este caso político y social. Yo lo que le ruego a los factores democráticos que participan en las primarias y a la Comisión Nacional de Primarias es que dicho proceso de escogencia del candidato presidencial sea la antítesis de las primarias del PSUV, que sea lo completamente opuesto a esa falsa.
Que las primarias de la oposición democrática sea un evento con una participación que llámenla como la llamen le provoque un miedo «subversivo» al régimen, y que se corone como una jornada democrática trasparente, organizada, limpia, que la gente vote con libertad y a conciencia, que no se ensucie con la realada o con la corrupción, y que de ahí la oposición democrática salga unida para rescatar a Venezuela.
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