Y la FAN… ¿qué dice?, por Teodoro Petkoff
Queremos insistir en el tema que ayer abordamos, sobre el rol de la FAN. Ante todo, y para que no haya dudas al respecto, no llamamos a un golpe militar ni a ningún tipo de intervención de la FAN al margen de su rol constitucional. Nuestra postura civilista y antigolpista ha sido afirmada a lo largo de estos años con invariable contundencia. En segundo lugar, nos hemos dirigido a la institución como tal, no a una de sus facciones. La institución, a través de sus órganos regulares, con sus chavistas, sus antichavistas y sus institucionalistas, es la que sentimos obligada a dar su opinión, a un gobierno al cual debe obediencia, sobre una situación política que, quiérase o no, involucra a la FAN.
La vieja frase de Clemenceau («la guerra es asunto demasiado serio para dejarlo en manos de los militares»), de algún modo desarrollaba el apotegma de Clausewitz («la guerra es la continuación de la política por otros medios»), porque no hacía otra cosa que subrayar la primacía de lo político y de la política en la conducción de la acción propiamente bélica. Pero, precisamente, porque es un asunto demasiado serio, «la política por otros medios» no puede ser adelantada sin contar con la opinión especializada de quienes operan esos «otros medios», es decir, las armas. Nadie imaginaría a Kennedy y a Jruschov, durante la crisis de los cohetes, en 1962, discutiendo con sus respectivos equipos políticos la guerra nuclear que parecía inminente, pero al margen de la opinión de sus respectivos jefes militares, a los cuales habría tocado la horrible tarea de lanzar los misiles. Eso no fue así y en ningún país es así.
Son también los franceses quienes bautizaron a la fuerza armada como «la gran muda», porque se la supone callada, obediente y no deliberante (condición que en nuestro país el constituyentismo chavista, estúpidamente, eliminó de la Constitución), pero eso no significa otra cosa que la imposibilidad de que tome decisiones políticas de modo autónomo respecto de los órganos políticos del Estado y no que prescinda de elaborar opiniones que contribuyan a la toma de decisiones político-militares que, en todo caso, están obligadas a obedecer. Venezuela está viviendo una situación en la cual la seguridad de la nación está seriamente amenazada por un colapso económico de muy predecibles consecuencias y la paz interna también pende de un hilo. Todo es resultado de la crisis política más grave de nuestra historia republicana moderna. Para esa crisis el mundo político busca desesperadamente una solución política, pacífica y democrática, que en sana lógica no puede ser otra que de carácter electoral, pero acordada por las dos partes. Lo del acuerdo es importante porque hace que la salida no suponga la exclusión ni la muerte política (y hasta física) de ninguno de los protagonistas. ¿Cuál es la opinión de la FAN sobre este delicado asunto? Debería ser favorable a un acuerdo para que la «obediencia debida» no coloque a los militares ante la necesidad de utilizar las armas con el fin de imponer por la fuerza la voluntad de un gobierno metido en una terrible crisis de gobernabilidad. Una opinión en ese sentido no es desobediencia sino una contribución al logro de la mejor salida para el país. Hay que recordar al gran clásico militar chino Sun Tzu: el mejor general es aquel que gana sus batallas sin combatir.