¿Y los presos políticos?, por Beltrán Vallejo

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En estos últimos meses han venido al país algunos gringos «de alto nivel» para hablar directamente con el régimen de Maduro y abrir posibilidades con el petróleo venezolano en ruta hacia Europa; y en esas conversaciones han gestionado la libertad o al menos la atención de sus norteamericanos que están encalabozados. Muy bien, felicito a esos detenidos. Mientras, ahí están nuestros criollitos presos políticos en sus jaulas.
No tengo información exacta y definitiva de cuantos presos políticos hay porque se han dado excarcelaciones en este año (poquísimas, eso sí), y no tengo un seguimiento en detalle porque se manejan varias cifras que oscilan entre los ciento y pico y los trescientos y pico.
En todo caso, planteo la necesidad de intensificar ese tema en lo nacional e internacional; y, a pesar de que no hay un «interés» dentro del contexto de un país desmotivado, es pertinente de que se haga sobre esa situación una agenda abierta y constante en pronunciamientos de calle, en la protesta y en los foros nacionales e internacionales; los presos políticos de Venezuela no deben ser olvidados.
Y en lo que concierne a las fulanas primarias de la oposición, pues todo aspirante debiera estar enarbolando ese tema, así piensen algunos que eso no genera «votos». Todo demócrata debiera tener en su agenda política un pronunciamiento sobre la libertad de los presos políticos, y me disculpan lo tajante.
No concibo una precampaña y una campaña política de los demócratas que no tengan en la primera línea de sus discursos el tema de los presos político; y lamentablemente, esa es la ausencia notable en varios de los que ya están saliendo al ruedo; es penoso eso.
¿Cuál es el contexto político que vislumbran esos aspirantes para hacer su proselitismo? Veo a aspirantes pastoreando en las nubes, no quieren pisar tierra, y se enrumban hacia una campaña electoral convencional y por ende risible. Quien no hable de los presos políticos en su activismo candidatural no es opositor, y punto. Duelen los muchos silencios que imperan en relación a los reclusos que llevan años en el túnel sin fondo; y no entiendo ese silencio porque la demostración más obvia, más palpable, de que Maduro y su pandilla son fascistas es la tragedia de esos presos políticos.
La manera como se han logrado liberaciones tiene que ver con concesiones propagandísticas que realiza el régimen, y en algunas circunstancias sacan presos y el mismo día encarcelan a otros. Las celdas de esas prisiones políticas nunca quedan vacías. Y son fascistas porque someten a sus presos políticos a regímenes prolongados de aislamiento; y son fascistas porque torturan, torturan con sistematicidad y en todos los órdenes, tanto físico, psicológico y moral. Torturan científicamente y también a lo bestia. ¿Es que hace falta otro Rafael Pocaterra para que haga una nueva Memoria de un venezolano de la decadencia? ¿Es que también hace falta otro José Vicente Abre para que nos escriba una novela como la que Se llamaba SN?
No obstante, esos presos, estén en Boleíta o estén en el Sebin o estén en cárceles comunes, no se encuentran solos y ellos no son los únicos torturados. Hoy es todo un país que está tras las rejas. Ellos están en huecos, y los venezolanos de la calle están en un laberinto.
Como ustedes, aquí aruñamos la pared; aquí también pasamos días, semanas, meses y años mirando hacia el techo; aquí también nos congelamos; aquí también nos apalean; aquí también intentamos dormir con un bombillo que nunca se apaga; aquí también nos volvemos locos; aquí comemos porquería.
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